Policiales

"Pacto de silencio e impunidad"

Va a juicio otro policía por el encubrimiento narco que derivó en la condena de Hugo Tognoli

Un juez federal procesó al agente Marcelo Roberto Cocco, de 51, por operar de "chofer" en un encuentro secreto que en marzo de 2012 mantuvo un agente antidrogas con el narco Tuerto Mendoza. Reunión crucial para demostrar la culpabilidad del jefe de la Policía de Santa Fe en el juicio de 2015


Un juez federal procesó al agente Marcelo Roberto Cocco, de 51 años, por operar de “chofer” de un encuentro secreto en marzo de 2012 entre agentes antidrogas y el narco Tuerto Mendoza. Reunión crucial para demostrar la culpabilidad del ex jefe de la Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli.

La causa por la que fueron condenados en 2015 el jefe de la Policía de Santa Fe Hugo Tognoli y su operador de confianza José Luis Baella sumó esta semana un nuevo agente antidrogas procesado por encubrir al narcotraficante santafesino Daniel “Tuerto” Mendoza. Durante el juicio a sus superiores, cuya condena fue confirmada por la Corte Suprema de la Nación, se demostró que una noche de marzo de 2012, Baella llegó hasta el domicilio del Tuerto Mendoza en un Chevrolet Corsa color champagne y lo hizo subir al auto donde mantuvieron una reunión secreta por varios minutos. El chofer de ese vehículo policial es quien ahora será enjuiciado por falso testimonio, además de omisión de denuncia agravada por tratarse de un delito especialmente grave y por incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Se trata del agente antidroga Marcelo Roberto Cocco, de 51 años, que aún se encuentra activo en la Fuerza. Según la investigación del fiscal Federal Walter Rodríguez, Cocco sabía que Mendoza vendías drogas y que contaba con la protección de los máximos jefes de la Policía santafesina para eludir las investigaciones judiciales.

Por eso, el agente policial será juzgado por falso testimonio ya que, en palabras del fiscal, su testimonio durante el juicio fue un pacto de silencio e impunidad, pero además por no denunciar la protección policial que se le estaba brindando a un narco.

Esta semana, Marcelo Bailaque, a cargo del Juzgado Federal N° 2 de Rosario, dictó el procesamiento del policía a quien además trabó un embargo de 100.000 pesos.

La investigación contra el agente antinarcóticos Cocco fue ordenada por el mismo Tribunal federal de la ciudad de Santa Fe que en octubre de 2015 condenó a Tognoli, Baella y Mendoza. En esa oportunidad, los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano Lauría pidieron que la Fiscalía abra una causa penal por falso testimonio contra el policía, que declaró haber conducido esa noche el Corsa color champagne pero negó haber ido hasta la puerta de la casa del Tuerto Mendoza, en el barrio  del distrito costero de Colastiné de la capital provincial, y que haya subido a la parte trasera del vehículo.

Sin embargo, ese encuentro secreto quedó probado en juicio –prueba crucial para condenar a la máxima autoridad de la Policía de Santa Fe– y luego de una minuciosa investigación, el fiscal Rodríguez imputó a Cocco en abril de 2020, misma fecha en que pidió su indagatoria. Sin embargo, el juez Bailaque esperó medio año para concretar le pedido de octubre pasado, medida que derivó el pasado 18 de mayo en el procesamiento del policía.

No quiso hablar

En sus argumentos, el fiscal Rodríguez señaló que durante el juicio a Tognoli, el agente Cocco tuvo la oportunidad de explicar su rol durante esa noche, pero no lo hizo. “El accionar de Cocco ante el Tribunal demostró su consagración a una empresa delictiva concebida bajo el abuso de potestades estatales que incluye pactos de silencio e impunidad y resulta inescindible”, esgrimió el fiscal en relación al amparo policial con el que contaba el narcotraficante.

Es decir que el policía procesado no sólo sabía que Mendoza era traficante sino también que contaba con el aval de la cúpula policial y aún así no denunció la situación, con lo que contribuyó “a la consagración de la empresa delictiva expuesta en el juicio oral y público” en la que Tognoli fue condenado a 6 años de prisión, Baella a cinco años y Mendoza a siete años.

En sus argumentos del procesamiento, el juez Bailaque resaltó el testimonio de los agentes de Asuntos Internos que descubrieron el encuentro de unos 15 minutos dentro del auto policial durante la noche del 3 de marzo de 2012 y que fue negado por Cocco durante su indagatoria y luego en una ampliación: “Quiero decir que nunca subió el señor Mendoza al vehículo, como así tampoco que nunca pasé por el domicilio”, esgrimió.

Sin embargo, los oficiales de Asuntos Internos Carlos Alberto Ibarra y Diego Ángel Campañoli ratificaron haber observado el arribo de un automóvil Chevrolet Corsa color champagne con vidrios polarizados, sin chapa patente en la parte trasera que se desplazaba a baja velocidad y con las luces apagadas frente al inmueble de Mendoza. Luego dijeron ver entre las 21.40 y las 21.45 salir a Mendoza de su residencia y subir al Corsa y regresar a su vivienda a las 22, momento en que lograron divisar la patente delantera del auto: HER-858.

Para el juez, lo expuesto constituyó los indicios suficientes para afirmar -con el grado de conocimiento que esta instancia prevé- que Marcelo Roberto Cocco es penalmente responsable de los hechos que se le imputara en el acto de su indagatoria.

 

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