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UNR, una ciudad que late y vive dentro de otra ciudad

Por: Nicolás Maggi.- Con 72 mil alumnos, aumentó su infraestructura en 30 mil metros cuadrados en los últimos cinco años.


Desde su surgimiento en 1968, cuando se independizó de la órbita de la Universidad del Litoral (UNL), la Universidad Nacional de Rosario (UNR) fue ampliando su infraestructura edilicia paralelamente al crecimiento de la población estudiantil y de su oferta académica, hasta llegar a la actualidad, en la que cuenta con más de 60 carreras que ofrecen título de grado. Los guarismos del ciclo lectivo 2012 arrojan la cifra de 72 mil estudiantes que transitan por sus doce facultades, número que fue creciendo desde 1994, cuando había poco más de 51 mil alumnos. Este crecimiento de matrícula, lento pero continuado, es una de las variables que incrementan la necesidad de espacio físico disponible en la universidad para el desarrollo de las actividades académicas. El arquitecto Juan José Perseo, secretario de Política Edilicia de la UNR, definió en diálogo con El Ciudadano los aspectos más relevantes de la situación actual en cuanto a infraestructura, y realizó un balance de su gestión en la materia.

El funcionario señala que “hay muchas obras en proceso de ejecución durante este año, pero también la culminación de otras tantas iniciadas en años anteriores”. “En lo que va de la gestión de (el rector Darío) Maiorana, que coincide con mi gestión a cargo de la Secretaría de Política Edilicia,  llevamos construidos entre obra nueva y espacios restaurados, más de 40 mil metros cuadrados, de los cuales 30 mil son construcciones desde cero”, destaca.

Pero también, según indica el arquitecto, hay otro tipo de obras de infraestructura que no se pueden cuantificar de esta manera. “Por ejemplo, cuando asumimos la gestión en 2007, la UNR no tenía gas natural en ninguno de sus edificios. Hoy, esa necesidad está cubierta en un 90 por ciento, tanto en unidades académicas como en otras dependencias, lo que significó una inversión de 10 millones de pesos. Es difícil hablar en este momento de facultades relegadas, se están haciendo obras en las 12 facultades y en las tres escuelas que dependen de la UNR: el Superior de Comercio, el Politécnico, y la Agrotécnica”, señala.

La diferencia, para Perseo, está en la situación de los respectivos edificios, y las necesidades de cada facultad. “Algunas necesitan más inversión en la parte edilicia de investigación, y otras en la situación áulica”, afirma.

La financiación

El punto más importante para encarar la construcción o reforma de un edificio es, además de la proyección y la decisión política para llevarlo a cabo, la obtención del financiamiento necesario para la obra. Difícilmente el presupuesto de una universidad de las dimensiones de la UNR pueda cubrir la construcción desde cero de edificios de la magnitud del que se emplaza donde estaba la Facultad de Bellas Artes, o la nueva construcción de la Facultad de Psicología. En este sentido, la gestión ante el gobierno nacional para la recepción de aportes es un momento tan relevante como imprescindible para la concreción del proyecto emprendido.

El secretario de Política Edilicia explica al respecto que “las obras se coordinan con el Ministerio de Planificación, el de Educación o el de Ciencia y Tecnología, y otras se hacen con el presupuesto de la Universidad, que es definido y asignado año por año”. “También hay programas especiales a nivel Nación para, por ejemplo, adecuar laboratorios a normas de higiene y seguridad o para la accesibilidad a los edificios de la Universidad”, aclara.

“Hay evidentemente un ida y vuelta con el gobierno nacional, porque si bien desde allí se ha impulsado la financiación, nosotros para pedir debemos mostrar qué se hizo con lo que requerimos antes. Para cada edificio que se financia a través de alguno de los ministerios, tenemos que presentar un proyecto con un pliego ejecutivo, con las condiciones de cómo va a ser y cómo lo queremos desarrollar. A partir de ahí se trabaja en la gestión del financiamiento, proceso que llevan adelante el rector y el vicerrector”, relata Perseo.

Balance de gestión

Por otra parte, más allá del trabajo simultáneo e inseparable de planificación de las obras y gestión de los recursos ante el Estado nacional para poder materializarlas, para el titular de la secretaría de Política Edilicia, “una de las cuestiones que más potenció esta gestión es la inversión en infraestructura con el propio presupuesto universitario”.

“Lo cierto es que lo que hoy está haciendo la Universidad en esa materia, hacía 20 años que no lo hacía. Yo creo que es una cuestión de componentes internos y externos. No sólo tiene que ver con una inversión del gobierno nacional al respecto, sino también con una decisión de una gestión que apunta a mejorar la situación edilicia. Creo que este es un momento muy bueno en ese sentido, porque existe la posibilidad de mejorar cada vez más”, continúa.

En ese sentido la UNR está en este momento, para Perseo, “posicionada entre las tres o cuatro universidades que más inversión están haciendo en infraestructura, junto con la Universidad Nacional del Litoral, la de La Plata y la de Mar del Plata”.

“Seguramente falte profundizar en muchas cuestiones, pero creo que la UNR desde 2007 a esta parte ha venido creciendo en prácticamente todas las áreas de desarrollo. Tal vez al principio de esta gestión se empezó a trabajar en las necesidades más inmediatas por no haber sido satisfechas por procesos anteriores, pero después, a medida que se fueron cubriendo esos espacios, se empezó a trabajar también en nuevas obras pensando a futuro, con las perspectivas de desarrollo y crecimiento de la Universidad”, señala.

“Es por eso que hoy estamos hablando del proyecto de un edificio para innovación y desarrollo en el Polo Tecnológico, que no se podría proyectar si primero no tuviésemos gas en las facultades. No se puede apuntar hacia un horizonte a futuro si antes no se tienen ciertas necesidades básicas cubiertas”, concluye.

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