La hora de la verdad. Matar o morir. Newell’s iniciará esta tarde un cuatrimestre cargado de partidos y a diferencia de otras temporadas, el primer cotejo tendrá carácter de final. La Lepra recibe a Emelec de Ecuador en el partido de ida de la fase previa de la Libertadores con la obligación de ganar y así encarar con mayor tranquilidad la revancha del 10 de febrero en Guayaquil.
La importancia que cobra de este primer encuentro oficial seguramente dejará atrás los fantasmas del título perdido en la última fecha ante San Lorenzo y el primer objetivo de esta tarde será evitar dejarse llevar por la ansiedad de la gente.
Más allá de la puerta cerrada de los últimos entrenamientos, Sensini no jugó al misterio y todo hace suponer que el equipo jugará con un esquema 3-4-1-2, similar al que utilizó en gran parte del torneo pasado. Alayes, Rolando Schiavi y Juan Insaurralde aparecen como una defensa respetable que impone presencia en el juego aéreo en ambas áreas. Y Sensini recuperó una pieza que será fundamental en los relevos defensivos y permitirá que Vangioni y Roselli tengan mayor libertad para atacar: Diego Mateo.
Obviamente las mayores ilusiones rojinegras estarán en el ataque, donde Joaquín Boghossian amenaza con tener otro año de ensueño y Mauro Formica puede ser la pieza clave para marcar la diferencia en el medio. Un dato positivo para Sensini es el buen recambio. Diego Torres, Sánchez Prette, Hugo Barrientos, Estigarribia y Cristian Núñez demostraron en la pretemporada que el DT puede encontrar soluciones en el banco.
La Copa ilusiona, aunque hay equipos más poderosos que obligan a poner los pies sobre la tierra. Esta noche la Lepra intentará dar el primer paso. El camino es largo, pero nada es imposible.
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