Espectáculos

Escénicas

Un Shakespeare de la región que mira al ser humano de un modo irónico, profundo y extremo

Este domingo llega a la sala El Rayo “Hamlet, bueno para nada”, una propuesta singular, que revisa el clásico desde otra óptica, y que es el resultado de un trabajo conjunto entre Teatro del Bardo de Paraná y Estudio Barnó  de Santa Fe    

Fotos: Josefina Tosetto

El eterno Hamlet, el príncipe dorado y oscuro de Dinamarca, protagonista de la icónica obra homónima, está de regreso. Con otro cuerpo y otra voz, acaso una que no tuvo nunca, vuelve, viene de visita a Rosario desde Santa Fe, y se presenta este domingo en la sala El Rayo, con una primera y por el momento única función en la ciudad, por lo tanto se vuelve una cita imperdible.

“¿Qué contar a partir de Hamlet en este aquí y ahora de nuestras vidas, desde nuestros teatros?”, fue la pregunta que movilizó al director entrerriano Walter Arosteguy y al actor santafesino Pablo Tibalt a llevar adelante el desafío de hacer una versión de Hamlet en la región a la que nombraron, irónicamente, Hamlet, bueno para nada.

Hamlet, príncipe de Dinamarca es el texto de William Shakespeare más investigado y representado en occidente. La obra fue estrenada en 1603 y desde entonces, cada nueva propuesta teatral o cinematográfica basada en esa tragedia, sigue despertando el interés del público. La obra, como otras del gran dramaturgo inglés, ofrece la posibilidad de mirar al ser humano de un modo irónico, profundo y extremo.

Hamlet, bueno para nada trabaja a partir de la hipótesis de que el Rey Hamlet (padre del príncipe del mismo nombre) ha sido en la vida del príncipe un espectro, aún vivo, con esporádicas apariciones y extensas ausencias, entre las que su entrada post mortem es un episodio más de esa saga”, destacan desde el equipo artístico. Y agregan, respecto de un teatro que no reniega de sus artilugios y por lo tanto se revisa a sí mismo: “A partir de allí, los vínculos entre padres e hijos y entre actores y directores son los ejes temáticos de esta versión”.

 

El espectáculo, que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro (INT), es un unipersonal protagonizado por Pablo Tibalt y dirigido por Walter Arosteguy, quienes por primera vez trabajan juntos a partir del cruce entre Estudio Barnó  de Santa Fe, y Teatro del Bardo de Paraná, respectivamente, ambos a la cabeza de un gran equipo artístico de ambas ciudades.

“Me interesa especialmente la relación entre actor, director y público. Es en esta relación tripartita donde se centra mi trabajo metateatral como director. El metateatro (el teatro, cuando habla de sí mismo) explora relaciones entre verdad y ficción, realidad y apariencia, identidad del ser y del actor, locura/cordura y vida/teatro y no hay un texto más pertinente para esta tarea que Hamlet, pieza en la que Shakespeare propone una obra de teatro, dentro de una obra de teatro”, explicó Walter Arosteguy con relación a que en el texto original, Hamlet, el protagonista, contrata a unos cómicos para que representen una escena similar a la de la muerte de su padre en manos de su tío, como estrategia y venganza para confirmar la veracidad de esos hechos, y a la que denomina, irónicamente, La Ratonera.

Gabriela Trevisani, Walter Arosteguy y Pablo Tibalt.

“Encarar un trabajo unipersonal con la anécdota de Hamlet implica el gran desafío de resolver escénicamente momentos muy complejos con un solo intérprete. La escena de los cómicos es uno de esos momentos. Pero también varios otros”, agregó Arosteguy.

La tragedia, que en su tiempo era vendida como la obra con más muertes, tiene un gran número de personajes, de los cuales, la mayoría muere en escena de un modo u otro. En este sentido, para Tibalt,  “a esta complejidad se sumaba también el hecho de que el proyecto es un encuentro de dos modos diferentes de entender al público, a la tarea del actor, a los textos, al hecho teatral en general. El Negro Arosteguy y yo hemos construido Hamlet, bueno para nada poniendo en diálogo esos universos y esos universos han dejado sus huellas”.

El proyecto se llevó adelante también con un equipo de trabajo integrado por profesionales de las artes escénicas de Paraná y Santa Fe. El vestuario es de Ignacio Estigarribia, el entrenamiento corporal de Paula Copello, el diseño de iluminación de Gabriela Trevisani y la obra cuenta con la fotografía de Josefina Tosetto y el diseño gráfico de Natalia Hallam.

Para agendar

Hamlet, bueno para nada es una producción conjunta entre Teatro del Bardo (Paraná) y Estudio Barnó (Santa Fe) que se presentará este domingo 7 de mayo, a partir de las 20.30, en la sala de El Rayo Misterioso, de Salta al 2991. Reservas de anticipadas al +54-341-5842730.

Comentarios