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Drama en Vía Honda

Caso Patricia Obregón: una saga criminal y amenaza constante

Se cumple el primer aniversario del homicidio de Patricia Obregón. Muertes, balas y venganza sin respuesta estatal.


“No se cómo es que están prófugos si se los ve andando por todos lados”. Así se refirió María Marta M. a los autores del crimen Patricia Obregón, asesinada hace un año en medio de una balacera en Vía Honda que llevó a los vecinos a denunciar a un grupo de narcotraficantes hasta lograr que abandonaran el barrio. Un año después del crimen que investiga el fiscal Miguel Moreno, su familia lamentó el accionar de la Justicia en la investigación. “A los vecinos siempre nos dicen que tenemos que colaborar y llevar testigos. Pero, si uno se expone y denuncia, no pueden demorar tanto en actuar porque nosotros quedamos en riesgo y vivimos bajo las amenazas”, explicó María Marta a El Ciudadano. Un portavoz judicial sostuvo que los autores podrían estar prófugos en otra provincia. Sin embargo, los vecinos afirmaron que viven a unas cuadras y se los ve todos los días.

Patricia Obregón tenía 25 años cuando el mediodía del 11 de junio recibió un disparo en la cabeza en la puerta de la casa de María Marta, en el asentamiento conocido como Vía Honda que se abre a la altura de bulevar Seguí al 4900.

Tras cinco días en estado crítico, Patricia murió el 16 de julio de 2015 en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. La joven había resultado herida en un tiroteo que estaba dirigido contra su cuñado César M., quien es hijo de María Marta.

Ese mediodía, César estaba por comer con su familia cuando, según declaró en una audiencia en Tribunales, tres hombres conocidos como Willy, Patito y Jorgito intentaron matarlo. Estaba frente a su casa y corrió a lo largo de la vía para salvar su vida pero en la balacera su cuñada y su papá resultaron heridos. Los tres tiradores pertenecían a la familia L., conocida en la zona por vender droga y ocupar casas en forma violenta. Después del ataque, César fue a la comisaría 19ª a declarar y lo detuvieron, acusándolo de haberle disparado a Patricia. El lunes siguiente, el juez Juan Carlos Vienna lo imputó por tentativa de homicidio y le dictó prisión preventiva por 20 días, pese a que en su declaración el joven contó que habían querido matarlo a él.

Mientras su hijo estaba preso, María Marta denunció públicamente al clan L. La represalia no se hizo esperar. Los días siguientes, su familia y otros vecinos fueron fue el blanco de amenazas. La esposa de César, según contó, tuvo que abandonar su vivienda con sus tres hijos luego de que Willy le pusiera un arma en la cabeza para que se fuera. A los pocos días, la casa fue saqueada. El viernes 17 de julio, el límite de tolerancia llegó para los vecinos de Vía Honda. Brian, un sobrino de María Marta de 14 años, fue atacado a tiros por dos hombres en moto cuando fue a una verdulería a la vuelta de su casa. Todo el barrio explotó y cortó la avenida Seguí exigiendo la intervención de Estado.

La acción logró que los sindicados narcos abandonaran la zona.

Repercusión

El caso adquirió relevancia en los medios locales y por algunas semanas la tranquilidad volvió al barrio, aunque los amedrentamientos nunca cesaron. Las denuncias lograron que se abriera una investigación en la Justicia federal y que la familia de María Marte contara con custodia de Gendarmería Nacional. Dos meses después de la balacera contra César, el joven volvió a ser atacado cuando iba a trabajar en moto, en Circunvalación y bulevar Seguí. Recibió cinco disparos y quedó al borde de la muerte, aunque pudo recuperarse meses después.

La investigación del crimen de Patricia pasó de las manos del fiscal Ademar Bianchini a su par Miguel Moreno, quien libró la orden de captura para dos jóvenes cuyas identidades nunca fueron reveladas. En el primer aniversario de su muerte, un vocero judicial sostuvo que “hay medidas en curso” y que existen líneas que apuntan a que los sospechosos “no estarían en la provincia”, por lo que la orden de captura “se está haciendo extensiva a provincias limítrofes”.

En el barrio

En diálogo con El Ciudadano, los vecinos contaron que “Willy y Jorgito andan por el barrio todo el tiempo. Viven acá a cinco cuadras y ya están de vuelta en el negocio de las drogas. Siempre que los vemos damos aviso a la Fiscalía, pero todas las veces dicen que se escapan”.

Al respecto, María Marta opinó: “Nos piden que colaboremos y llevemos testigos pero, si uno hace una denuncia y se expone, no pueden demorar tanto tiempo en actuar porque a nosotros nos siguen amenazando y estamos en riesgo”.

La mujer contó a este diario que en varias ocasiones motociclistas llegaron hasta su casa y dispararon contra el frente, incluso con la guardia de Gendarmería a pocos metros: “Ellos están diciendo por todos lados que apenas saquen la custodia se van a vengar tanto de mi familia como de todos los vecinos que los denunciamos”.

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