Edición Impresa

Una profesión de riesgo

Por: Juan Pablo Sarkissian

Cuando la política muta en represión. Casi como una parodia trágica el 28 de diciembre pasado, día de los santos inocentes, otro periodista fue asesinado en Honduras, con lo que ya suman diez los trabajadores de prensa ultimados en 2010.

Mientras el presidente Porfirio Lobo, expresión política del golpe de Estado de junio pasado, vincula estos crímenes a la delincuencia común, las organizaciones de derechos humanos denuncian que la represión sigue creciendo en Tegucigalpa.

Al salir de su casa ubicada en el municipio de la Masica, Atlántida (norte), Henry Souza, tras ser acribillado a balazos por dos sujetos, se desplomó.

Según relataron vecinos de la zona, los atacantes tuvieron tiempo para fugarse en bicicleta.

En el marco de una tediosa investigación no se conoce información oficial acerca del asesinato del comunicador, que era corresponsal de la importante emisora HRN en la ciudad de La Ceiba y que también trabajaba en el canal Cablevisión del Atlántico.

Jorge Abilio Díaz, propietario de esa emisora televisiva, señaló que el crimen habría sido perpetrado por sicarios y agregó que conocería los posibles móviles del asesinato.

Según publicó la prensa local, el padre de Souza sería un reconocido dirigente campesino en ese sector.

“En ese lugar hay una lucha de las comunidades por el uso de los ríos. Puede ser que Souza haya prestado su micrófono a la población y esté vinculado a eso su asesinato, aunque no lo tengo confirmado”, explicó a un matutino porteño Bertha Oliva de Nativí, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).

Con el asesinato de Souza, son diez los periodistas que fueron asesinados en Tegucigalpa.

Según publicó el diario hondureño La Tribuna, las víctimas son Joseph Hernández Ochoa (Canal 51), David Meza (Radio El Patio), José Bayardo Mairena y Víctor Manuel Juárez (Radio Súper 10), Nahum Palacios (Televisión del Aguán), Luis Chévez (radio W105), Georgino Orellana (canal de San Pedro Sula), Nicolás Asfura (periodista radial) y Luis Arturo Mondragón, director de noticias del Canal 19 de El Paraíso.

Tras el asesinato de Souza, la organización no gubernamental Campaña para un Emblema de Prensa dio a conocer una lista con los países más peligrosos para ejercer el periodismo. No por casualidad, Honduras ocupó el tercer puesto, detrás de México y Pakistán.

Por su parte, las organizaciones de prensa y los organismos de derechos humanos denuncian que sigue impune la mayoría de los asesinatos de los trabajadores de medios cometidos después del golpe de Estado que arrancó del poder al presidente Manuel Zelaya en junio de 2009.

El actual mandatario hondureño, Porfirio Lobo, intentó en varias ocasiones sacarles el tinte político a estos crímenes y desligar al gobierno de la responsabilidad por la muerte de los periodistas.

En este marco la versión oficial es que “los homicidios se deben a la violencia criminal que sacude al país”.

Sin embargo, Oliva de Nativí, representante de las organizaciones de derechos humanos, afirmó que “hay una fina estrategia para justificar toda la persecución que hay y para que ésta aparezca como un crimen común”.

Como sea, la violencia y la represión son parte de lo cotidiano en Tegucigalpa, según se desprende de investigaciones realizadas por organizaciones humanitarias.

En efecto, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos Ramón Custodio reconoció que en los primeros seis meses de 2010 hubo un promedio de 16 muertes violentas por día.

“En el primer semestre de 2010, la tasa nacional de homicidios por cada 100.000 habitantes fue de 36 y podría llegar a 72 al final de 2010 de mantenerse la tendencia actual”, indicó Custodio en un informe reciente.

En 2009, Tegucigalpa había registrado una tasa de homicidios por habitante que multiplicaba por ocho al promedio mundial, que el Informe Mundial de la Violencia y la Salud estableció en 8,8.

La semana pasada, Human Rights Watch (HRW) emitió un informe y una recomendación para que el gobierno de Honduras investigue 47 casos de agresiones o amenazas y otros 18 asesinatos cometidos desde enero de este año contra periodistas, militantes políticos y defensores de los derechos humanos.

“A pesar de que el presidente Lobo expresó su preocupación por estos casos, en los últimos seis meses atacó directamente a las organizaciones de derechos humanos, a las que acusó de tener intereses políticos”, señaló Wilfredo Méndez, director del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos en Honduras (Ciprodeh).

Méndez indicó que aún las organizaciones no poseen cifras definitivas, pero que en 2011 se presentará la investigación que está realizando la Comisión de la Verdad, de la que es cofundadora Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo.

Comentarios