Ya en el inicio de la velada y luego de la proyección de películas sobre el Bicentenario y el Cincuentenario coscoino, la bendición de monseñor Ñañez y el poema a Cosquín en la voz del recordado Jaime Dávalos, la entonación del Himno Nacional Argentino a cargo de Juan Carlos Baglietto -quien a su vez fue el encargado de la puesta en escena, las luces y el sonido- junto al pueblo, presagió una noche emotiva.
Hecho que se terminó de consolidar en la arenga y luego en el tradicional “Aquí Cosquín” en la voz de Jairo, el cantor de Cruz del Eje.
Como no podía ser de otra manera, los amigos de la querida y recordada Mercedes Sosa, Jairo, Víctor Heredia, León Gieco, Teresa Parodi y Peteco Carabajal, le rindieron su tributo y en el canto de piezas del estilo de “Zamba para no morir”, “Esa musiquita”, “Sólo le pido a Dios”, “Como pájaros en el aire” y “Ojos de cielo”, la hicieron sentir presente sobre el escenario.
Mientras que si faltaba alguna emoción, los temas “Razón de vivir” y “Los hermanos” con su voz en off y en la imagen de las pantallas, terminaron por llenar de emotividad a la presentación, que también contó con “Antiguo dueños de la flecha”, “Gracias a la vida” y “Al jardín de la república”, acompañados por los músicos de “La Negra”, Popi Spatocco en piano, Rubén Lobo en percusión, Jorge Giuliano en guitarra y Pablo Fernández en bajo.
El conjunto salteño Los Huayra de la mano de su nuevo álbum “Código de barro” volvió a demostrar el porqué fue consagrado el año pasado, al igual que la vientista Mariana Cayón, en sets de canciones que merecieron contar con un poco más de tiempo para el desarrollo de su espectáculo, especialmente en el caso de los primeros.
La noche de la palabra, de los silencios y de “Juan Pueblo”, se hizo presente en el gaucho de Madariaga, Argentino Luna, quien con su guitarra le regaló a la gente nuevos temas como la milonga “Anoche lo vi a Atahualp`a” y “Vengo a buscar mi caballo”, la cifra “Destino” y la zamba, “A Mercedes Sosa”.
El destino de la palabra por sobre la música sin dejarla de lado, continuó con las actuaciones de Carlos Di Fulvio, quien renovó su título de guitarrero con un pasaje de la obra “Por el camino Real” y Orlando Veracruz y Víctor Velázquez protagonizaron el “Canto de dos orillas”.
Soledad volvió a Cosquín con un show pleno de clásicos de su carrera del estilo de “Chacarera de un triste”, “La fiesta”, “Entre a mi pago sin golpear”, “De chiquita”, un mix de huaynos y junto a sus músicos y su hermana Natalia, también le dieron un espacio al cantante pop Axel, para juntos entonar “Cuando llegue el alba” y “Celebra la vida”, que hizo delirar a sus fans que la vivaron durante toda la actuación.
El final de la primera luna del cincuentenario, estuvo protagonizado por el carnaval que desde Jujuy renovaron Los Tekis, pero que no sólo tuvo el sonido de la fiesta en las canciones, sino que además contaron con una puesta en escena, muñecos y un cuerpo de baile, que nos llevó desde Cosquín en la imaginación hasta la Quebrada festivalera.
El Ballet Camin de Cosquín (quienes representan como es habitual el Himno a Cosquín de Zulema Alcayaga y Waldo Belloso) y el Ballet El Chucaro de la localidad santafesina de Pérez, le pusieron el toque de adornos a la mágica noche, al igual que la
Delegación de dicha provincia encabezada por Orlando Veracruz, junto a la Sinfónica de Santa Fe y el cantor David Colombo en la obra “Crónica cantada a Estanislao López”.
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