Ciudad

Una plaza que esperó por más de 20 años

Por Paola Cándido. Se inauguró la plaza Árabe, proyecto que nació en la intendencia de Usandizaga.

Desde ayer Rosario cuenta con la plaza Árabe, un espacio público representativo y simbólico desarrollado en honor y reconocimiento a la colectividad árabe del país. Está ubicada en 1° de Mayo y Rioja, y fue diseñada por personal técnico dela Secretaría de Planeamiento municipal.

El lugar, que ayer inauguró el intendente Miguel Lifschitz, incluye la construcción de un muro de hormigón con la respectiva señalización de la plaza, en el que se exponen las veintidós banderas patrias dela Ligade los Estados Árabes (Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Comores, Djibouti, Egipto, Emiratos Árabes, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Omán, Palestina, Qatar, Siria, Somalia, Sudán, Túnez y Yemen).

Estos símbolos patrios están ubicados sobre el muro distintivo enmarcados en sus extremos por los blasones dela República Argentinay de la misma Liga de Estados Árabes.

Cabe precisar que el nuevo espacio tiene un frente de18 metrosy medio con una profundidad de28 metros, en el que además se incorporaron árboles típicos de los países árabes, como cedro libanés, olivos y palmeras. También se realizaron trabajos de parquización, limpieza, ejecución de bancos y flamante iluminación con la incorporación de nuevas farolas.

“Para nosotros es un orgullo que la ciudad nos agasaje otorgándonos el privilegio de llamar a este espacio plaza Árabe. La colectividad aportó mucho a la ciudad y la gran corriente migratoria que llegó a Rosario es un número importante. En el país, la corriente árabe es la tercera inmigratoria, después de la italiana y la española”, señaló Néstor Hage, presidente dela Sociedad Libanesade Rosario.

El proyecto original data de noviembre de 1989, cuando el entonces intendente Horacio Usandizaga dictó el decreto N° 2118 que establecía la creación de la plaza Árabe y se puso la piedra fundacional. “Gracias a la gestión de la gente de nuestra colectividad, a Omar Saab, secretario de Obras Públicas dela Municipalidad, y al intendente Miguel Lisfchitz, se hizo realidad”, apuntó Hage. Y añadió: “La gran mayoría de los árabes que vinieron a Rosario son sirios y libaneses que se instalaron en la zona de calle San Luis con sus negocios y tomaron a Rosario como propia, como su lugar en el mundo”.

“El árabe en general se adaptó a la idiosincrasia argentina, tiene una gran carga de inmigrantes, somos tercera generación y estamos agradecidos a este país por cómo recibieron a nuestros abuelos”, resaltó Hage, quien hizo hincapié en que la colectividad “trata de preservar la cultura árabe, pero somos argentinos”.

“El árabe lleva en la sangre lo que es el comercio. Antes de hablar español ya estaba vendiendo mercadería. Los hijos y los nietos de esos inmigrantes, con sus esfuerzos, pudieron pagarles estudios a sus hijos, que hoy en día son figuras destacadas, como por ejemplo en el orden judicial, cultural; el paisano vino como pudo y se arregló para darles educación a sus hijos dentro de la sociedad”, concluyó Hage en  su repaso de la rica historia de los árabes en la región.

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