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Una pedrada volvió a ser protagonista en acceso sur

Un auto y sus ocupantes sufrieron serio riesgo al impactar con gran adoquín en Circunvalación y Uriburu.

Un conductor y su acompañante pasaron el sábado pasado a la madrugada una situación desesperante cuando embistieron una gran piedra en el medio de la calzada en avenida de Circunvalación a la altura de Uriburu, que afectó con graves daños el vehículo en el que se trasladaban. Tras pasar sobre el enorme adoquín, la caja de cambio y el motor se rompieron y los airbag se activaron, hecho que imposibilitó la visión del chofer del Volkswagen Passat en el que viajaban directivos del diario La Capital. A pesar del susto y la sorpresa, el conductor pudo retomar el control del auto hasta estacionar unos tres kilómetros más adelante donde fue asistido por personal de seguridad vial. La mayoría de estos hechos, en los cuales desconocidos realizan cualquier maniobra para detener a un auto y así poder robarles a sus ocupantes, no llegan a ser denunciados ante la Policía, por lo que no se reflejan en las estadísticas oficiales.

La práctica de arrojar piedras en el acceso sur para obligar a los automovilistas a parar la marcha y robarles fueron foco de las crónicas policiales a finales de enero de este año. En esa oportunidad, Carlos Frutos, de 37 años, recibió un piedrazo mortal cuando transitaba por el lugar con su Volkswagen Gol junto con su familia. Frutos agonizó en el Heca con el desalentador diagnóstico de presentar estallido de cráneo hasta que el 10 de febrero de este año falleció.

En tanto, el chofer del Passat del caso del pasado sábado dialogó con El Ciudadano y relató que cerca de las 0.30 de ese día transitaba por avenida Circunvalación. Al llegar a las inmediaciones de Uriburu, el hombre se encontró de golpe con un adoquín de al menos 40 centímetros en el medio del camino. “Veníamos lo más tranquilos y de pronto sentimos un ruido tremendo”, indicó el conductor, quien agregó que el susto fue mayúsculo porque sin darle tiempo a reaccionar se abrieron los airbag. Entre manotazos, pudo volver a controlar el volante.

El automovilista sostuvo que junto con su acompañante intuían que la piedra estaba dispuesta con intenciones de robo así que condujo como pudo algunos kilómetros para salir de esa zona. Al ver una camioneta con personal de Seguridad Vial, estacionaron el auto, el cual tenía la caja de cambio, el motor y el parabrisas con grandes destrozos, y le hicieron señas para que se queden con ellos hasta que llegara el auxilio.

Por su parte, una fuente del Escuadrón de Gendarmería, a cargo de los recorridos periódicos por toda avenida Circunvalación, aseguró a El Ciudadano que desde que se dispusieron los controles la cantidad de denuncias y hechos de robo a automovilistas disminuyeron de forma considerable. Sin embargo, aclararon que los asaltos no desaparecieron, y  casos como el del sábado ponen cuanto menos en duda que estén en disminución.

A su vez, voceros policiales coincidieron con Gendarmería en que las prácticas que sí tuvieron un mayor incremento en este tiempo son los saqueos a los camiones. “Vemos que lo que aumentó es el robo a los camiones de cereales porque por Circunvalación y Uriburu está la entrada al puerto y los saqueadores aprovechan que el transporte disminuye la marcha para abrirles las boquillas y sacar los granos”, señaló la fuente.

El ataque que apuró controles

El crimen de Claudio Frutos, de 37 años, ocurrió la madrugada del domingo 31 de enero pasado, en el cruce de acceso sur y Uriburu. En ese momento, el hombre conducía el auto en el que viajaba con su esposa Rosa María V., de 32 años; su hijo Maximiliano, de 11; y su hermana Adriana, de 30. Había estado en San Carlos Centro, donde visitaron a unos parientes, y se dirigía a la ciudad de La Plata, donde vivían. Según contó Rosa María a El Ciudadano en esa oportunidad, el día del ataque, pasaron por ese lugar cerca de las 5.30, y ella notó que había un muchacho rubio a un costado de la calle, quien sostenía con dificultad una piedra. “Me di cuenta de lo que quería hacer y le dije: «¡Claudio, cuidado!», pero mi marido no alcanzó a esquivarla. Cuando la tiró, pegó en el parabrisas, lo rompió y le pegó a mi esposo en la cabeza. También destruyó el parabrisas de atrás. Él (por Claudio) quedó inconsciente, dio un volantazo y chocó contra el guardarrail”, recordó la mujer.

Justo en ese momento se le acercó el mismo muchacho que les había arrojado la piedra acompañado de dos muchachos más y con un cuchillo tipo tramontina se le abalanzó y comenzó a pedirle todo lo que tenía. La mujer entregó a los agresores todas sus pertenencias. “Después, fue una situación desesperante porque tuve que esperar casi media hora para que viniera alguien. Él (por su marido) estaba recostado en el vidrio y estaba todo lleno de sangre. Entonces con una toalla empecé a secarlo porque no paraba de salirle sangre y pedacitos de otra sustancia”, prosiguió.

Según refirieron las fuentes policiales en dicha oportunidad, Claudio quedó internado en el Heca, hasta que falleció 10 días después del ataque.

Por este crimen, la Policía detuvo a tres jóvenes identificados como Rodrigo O., de 19 años; Manuel P., de 25 años y Nahuel S., de 18 años. La investigación judicial ya superó la etapa instructiva y fue elevada a juicio.

A partir de este robo seguido de muerte, y de las denuncias radicadas sobre este tipo de asaltos en esa zona de la ciudad, los gendarmes iniciaron tareas de custodia sobre la traza de avenida de Circunvalación y en el acceso Sur de Rosario.

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