El Ciudadano
Una anciana de la ciudad bonaerense de Chacabuco fue dada por fallecida y se certificó su defunción en el Hospital Municipal Nuestra Señora del Carmen. Pero tras ser trasladada a una sala velatoria, el personal comprobó que respiraba y avisó inmediatamente a la familia: tras “resucitar”, María Muñoz, de 85 años, fue devuelta de inmediato al centro de salud en el que estuvo internada desde el pasado lunes 21 hasta su “muerte”.
“A las 22 vinieron de la cochería, se la llevaron y nos dieron la sala velatoria. Al rato, uno de los muchachos de la cochería nos llama, ella ya estaba en el cajón, y me dicen que estaba viva. Le tocaban el estómago y respiraba, obviamente con dificultad”, contó Gladys, la hija de Muñoz, a Chacabuco en Red.
“Yo no lo puedo creer, estamos shockeados. Yo vivo en Pergamino, anoche me avisan que había fallecido y al rato me dicen que resucitó en la sala velatoria. Quedamos muy mal y muy nerviosos con esto”, contó Carlos, otro de sus hijos, con una mezcla de angustia, enojo e indignación.
La familia de María Muñoz sabe que ella transita por un cuadro irreversible: cinco meses atrás le detectaron leucemia y había quedado internada con su salud deteriorada. El jueves 24 tuvo una descompensación y no pudieron reanimarla: los médicos establecieron que había fallecido, avisaron a la familia y procedieron a firmar el certificado de defunción. El cuerpo de Muñoz fue llevado a la sala velatoria donde todo cambió.
Tras el sacudón que significó ver a la mujer viva, la familia llamó a un médico que constató los signos vitales. Muñoz regresó al Hospital Municipal del que había salido en calidad de fallecida.
El director del Hospital Municipal, Ignacio Gastaldi, declaró que no duda de los médicos que certificaron el fallecimiento, al tiempo que el municipio anunció una investigación interna para tratar de aclarar cómo sucedió el extraño episodio.
Según publicó el diario Clarín, Gastaldi barajó posibles razones del complejo equívoco: “Se pueden tener muchas hipótesis, como que haya habido un estado de catalepsia, cuando el paciente no tiene movimientos, queda fijo. Uno lo estimula desde el punto de vista verbal y físico, pero no responde”. El médico dijo que, en su opinión, Muñoz tenía un bajo nivel de signos vitales, “con el pulso bradicárdico, el corazón con una frecuencia muy baja y una intensidad de latidos también baja, que resultó indetectable, sin mostrar, además, movimientos respiratorios”.
Gastaldi afirmó además que la familia estaba presente al momento de percibir que la mujer no se movía ni respiraba y que llamaron al médico de guardia, quien tampoco detectó signos vitales. “La familia no tenía el documento, por lo que la señora permanece una hora y media con la familia en la sala, hasta que logran iniciar los trámites necesarios y retirarla con el móvil de la cochería”, agregó el director, quien destacó que tras esa evaluación, la anciana permaneció una hora y media en la habitación, rodeada de familiares, “y en ese momento nadie notó nada compatible con la vida”.
Sin embargo, la hija de Muñoz declaró que vio que “la yugular se le movía” y que tras avisar a los médicos, le dijeron que “el cuerpo queda así” tras un fallecimiento. No fue el caso.
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