En vísperas de la conferencia de sida en Viena (que comienza el lunes próximo) se conoció el informe 2010 del organismo publicado por el director ejecutivo de Onusida (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida), Michel Sidibé. El escrito afirma que el Tratamiento 2.0 es una plataforma que engloba iniciativas para la prevención y nuevas prácticas para la detección del virus. Onusida estimó que un nuevo tratamiento simplificado contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) podría evitar millones de muertes y nuevas infecciones.
En diálogo con El Ciudadano, el médico infectólogo Sergio Lupo explicó que ésta es “una estrategia que apunta a detectar la enfermedad, sobre todo, en los países que tienen alta prevalencia. Esta mayor detección implicaría poder tratar a más personas”, dado que se sabe que al tratar a más pacientes, genera llevar el virus a “nivel cero”. “Con mayor tratamiento, prácticamente se anula el contagio, sería positivo para las personas infectadas pero también para el resto de la sociedad porque se estaría cerrando una vía de contagio importante”, sostuvo el doctor.
Asimismo, comentó que los primeros en utilizar esta teoría han sido los países desarrollados. “A falta de una vacuna, la prevención es la raíz del tratamiento. De todas formas hoy continuamos con una asignatura pendiente: gran parte de la gente permanece aún sin diagnóstico”, lamentó.
Entre las cifras que nadie quisiera conocer, por lo aterradoras, Lupo señaló: “La mitad de los 150 mil pacientes infectados en la Argentina no tiene diagnóstico de VIH y recién podríamos reducir a cero el contagio siempre y cuando el 100 por ciento de los infectados tengan su diagnóstico y hayan empezado su tratamiento. Esto es así: se detecta, se trata y desde entonces podremos hablar de la disminución del contagio”. Según expresa el informe internacional, el Tratamiento 2.0 es “una plataforma multidisciplinar que engloba iniciativas para la prevención, nuevas prácticas para la detección y fórmulas innovadoras para crear fármacos más inocuos”, explicó en Ginebra el director ejecutivo, Michel Sidibé, al presentar el informe 2010 del organismo.
Sidibé subrayó que, además de reducir el nivel tóxico de los antirretrovirales, este método bajaría los costos de los tratamientos. También destacó que el número de jóvenes que contrae el virus está disminuyendo significativamente.
Según Sidibé, “los jóvenes están tomando las riendas en cuanto a la prevención. En 15 de los 25 países más afectados por el sida, la prevalencia del VIH entre la gente joven ha disminuido más de un 25 por ciento gracias a la adopción de comportamientos sexuales más seguros”.
Sin embargo, Lupo remarcó que las estadísticas de Onusida responden a datos muy “genéricos”. “Habría que analizarlo desde distintos lugares sobre cada grupo de jóvenes, si me atengo a nuestra realidad, no puedo ser muy optimista, sólo puedo mencionar que la información está. Siempre que hacemos encuestas y campañas por el cuidado en las relaciones sexuales y en la prevención del sida, desde hace 10 años, siempre tenemos las mismas cifras: el 50 por ciento de los que tienen sexo inestable no usa preservativo. Entonces, tenemos que ser realistas. Se apela a estrategias diferentes ante la falta de práctica de sexo seguro”, sostuvo el médico rosarino.
Y fue más claro aún: “Si uno no quiere contagiarse de VIH, no se contagia. Es más, si uno tiene una pareja estable y no se quiere cuidar, lo mejor es que vayan los dos, juntos, a hacerse el test y desde entonces vivan entre ambos su sexualidad plena, manteniendo el obvio compromiso de no tener relaciones sexuales fuera de la pareja. Es más, hay que aclarar que esto no es propio de los jóvenes, porque muchas personas mayores piensan que con la edad están protegidos del sida. Eso es una locura, la edad no te protege nada, lo único que protege es el sexo seguro”.
Asimismo, Sergio Lupo coincidió con Michel Sidibé al señalar que “la salud es una necesidad y no un lujo”, por lo que se sumó al pedido del titular del organismo internacional Onusida, quien reclamó a los países donantes para que continúen invirtiendo en la lucha contra el sida.
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