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feria navideña en plaza montenegro

Una Nueva Oportunidad para mujeres que le dijeron basta a la violencia de género

Este miércoles estuvieron en la Feria Navideña de la plaza Montenegro, en San Martín y San Luis, donde vendieron sus productos elaborados artesanalmente.


El punto en común es que se conocieron en el taller que destina el programa Nueva Oportunidad para mujeres que son víctimas de violencia de género donde aprenden el oficio de panificación. Todas decidieron decir basta y recuperar una vida sin golpes. Son un grupo de mujeres que se ayudan y se contienen. Este miércoles estuvieron en la Feria Navideña de la plaza Montenegro, en San Martín y San Luis, donde vendieron sus productos elaborados artesanalmente.

 

Algunas historias

Mariela tiene 27 años y cuatro hijos. “Aguanté mucho. Dije basta cuando me llamaron de la escuela donde va mi hija mayor porque tuvo algunos cambios. Me citó una psicóloga y en ese momento empecé a hablar. Le conté que en mi casa se vivía una violencia permanente”, contó.

Un día Mariela decidió a ir a buscar trabajo y se había armado varios currículums. “Mi ex pareja me encerró, me golpeó y me rompió todos los currículums que tenía adentro de la cartera. Mi hermano que vivía atrás de la casa de mis padres escuchó mis gritos y vino a salvarme. Se me nubló todo y recordé que ese día estaba la psicóloga en el centro de salud. Llamaron inmediatamente al área de la mujer. No querían que vuelva a mi casa, o que trate de no quedarme sola”, explicó.

Mariela volvió a su casa y tenía que bañar a los chicos; su ex pareja la encerró en el baño y luego rompió el vidrio de la puerta, que recayó sobre su hija más grande. “Me acompañó mi hermana al área de la mujer y me dijeron que no vuelva a mi casa. Le aplicaron una orden de desalojo y prohibición de acercamiento. En ese momento no tenía el apoyo de mis padres”, continuó su relato.

La mujer le mostró sus lesiones a su ex suegra y la respuesta que obtuvo fue retrógada: “Tenés que seguir con él por los chicos”. Tampoco no podía salir a la calle porque recibía amenazas de parte de la familia de su ex pareja y tuvo que soportar que le diga que “a las mujeres las matan porque se lo buscan”.

A Mariela poder contarle a una psicóloga le salvó la vida y luego de pasar por ese calvario comenzó el curso de panadería del Programa Nueva Oportunidad. En ese espacio todas las chicas reciben acompañamiento para transitar caminos legales y contención psicológica incluso hasta los hijos.

“Hoy tengo fortaleza para contarlo. El curso nos ayudó mucho. Al principio nos costó porque nuestro profesor es hombre y algunas no entendían que todos los hombres no son iguales”, remarcó la mujer.

Mariela aprendió a hacer fideos, pan, bizcochos, galletitas, pan dulce y budines, entre otras cosas.

“Estamos muy entusiasmadas con las compañeras. Queremos tener un emprendimiento para que sea una fuente de ingreso para todas”, expresó la mujer.

Y concluyó: “La unión es lo que prima en el grupo. Brian, nuestro profesor panadero, nos contiene a todas. Nos llevamos muy bien, incluso hay personas que están encargadas de cuidar a nuestros hijos. Encontré buena gente”.

Débora es otra de las mujeres que sufrió violencia de género y estudia panadería. Tiene tres hijos de 16, 20 y 22 años. Hace poco más de tres años que denunció a su ex pareja cuando le pegó a uno de sus hijos. Lo denunció y le prohibieron que se acercara a ella.

“Aprendí mucho en este curso. Es un grupo de mujeres maravilloso y nos hicimos amigas. También estoy en la Feria de Mendoza y Provincias Unidas ofreciendo mi producción de budines y tortas”, contó.

Débora tiene su propio emprendimiento en su casa. Sus vecinos le encargan tortas y budines y es una fuente de ingreso para salir adelante junto con sus hijos.

“De no hacer nada aprendí un oficio. Como mujeres que padecimos violencia de género, teníamos algún rechazo hacia los hombres pero Brian nos demostró lo contrario. Es una buena persona y lo queremos mucho”, aseguró la mujer.

La voz del profesor

“Se formó un lindo grupo y les pude demostrar que todos los hombres no son iguales”, dijo Brian, el profesor de panadería.

Y concluyó: “Muchas de ellas tiene su propio emprendimiento y llevan adelante su casa y sus hijos”.

Nueva Oportunidad, que desarrollan en conjunto la Municipalidad y el Gobierno de Santa Fe, convoca a jóvenes de 16 a 30 años, que hayan dejado la escuela, no tengan empleo ni formación en oficios.

Les permite capacitarse en una diversidad de oficios, que incluyen panificación, electromecánica, albañilería, realización audiovisual, fotografía, arbitraje, carpintería, herrería, jardinería y serigrafía, entre otros, además de participar en espacios de intercambio y reflexión para adquirir herramientas de inserción laboral y social para la construcción de un proyecto de vida.

Los cursos se dictan en diferentes barrios a través de distintas instituciones capacitadoras y organismos estatales y de la sociedad civil, entre ellos, Centros de Convivencia Barrial, centros de salud, escuelas y ONG. Durante 2017, en Rosario se capacitaron 4.500 jóvenes.