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Una nota, la coartada del ex

El principal sospechoso del homicidio de Dayana justificó su presencia en la escena del crimen: dijo que “encontró” una misiva en la puerta de su casa, a través de la cual lo citaban en el lugar. Se confirmó que el cadáver hallado corresponde a Dayana


Una misiva en la puerta de su casa con una cita a las 11 en lo del Gauchito Gil fue la coartada que brindó ayer el ex novio de Dayana Soledad Capacio -la adolescente hallada sin vida en General Lagos en un monte ubicado a metros del santuario del santo profano- para justificar su presencia en el lugar del macabro hallazgo. Un cazador de la zona que se topó con el cadáver de la chica avisó a la Policía, que apresó al sospechoso casi en simultáneo de divisar el cuerpo, cerca de las 11 del viernes a la altura del kilómetro 275 de la autopista Rosario Buenos Aires. En ese momento, Maximiliano T., de 21 años, conducía un VW Gol y dijo a los uniformados que había ido “a fumar un faso”. En el vehículo tenía un arma calibre 32.

Ayer, el joven fue indagado durante más de dos horas por el juez de Instrucción Luís María Caterina ante la presencia de sus abogados defensores, quienes dijeron a El Ciudadano que el muchacho explicó que había ido al lugar donde solía encontrarse con Dayana porque halló una nota en la puerta de su casa que lo convocaba. Maximiliano agregó que tiró el papel y dijo que la Policía lo detuvo cuando se disponía a volver a Rosario tras no encontrar a su ex.

Un santuario poco milagroso

El santuario del Gauchito Gil se levanta sobre un enorme eucalipto que marca el ingreso a un monte que suele ser visitado por parejas en auto. Allí, a unos 400 metros de la autopista, apareció el cadáver de la adolescente de 17 años, casi tres días después de su desaparición. El cuerpo, que llevaba unas 36 horas sin vida, estaba vestido y presentaba varios cortes de arma blanca, dos orificios compatibles con heridas de bala y algunas partes incineradas.

Cerca de las 11 del viernes, un efectivo de la subcomisaría 13ª de General Lagos se acercó al lugar alertado por un cazador de la zona, cuyos perros habían alertado de la presencia del cadáver. Apenas corroboró la existencia del cuerpo, el policía se alejó unos metros en busca de su compañero y, cuando volvió a la escena del crimen, vio salir un VW Gol color gris conducido por un muchacho. Fuentes de la pesquisa dijeron que al preguntarle al joven qué hacía en ese lugar contestó que “había ido a fumarse un faso”. Los uniformados lo demoraron y cuando buscaron sus datos descubrieron que se trataba del ex novio de Dayana.

La coartada

Maximiliano, un empleado metalúrgico de 21 años, quedó detenido y fue imputado por los delitos de homicidio, privación ilegítima de la libertad y portación de arma de fuego. Sus abogados defensores, Eduardo y Damián Sosa, dijeron que el muchacho fue indagado ayer durante más de dos horas, medida que por lo extensiva contininuará en las primeras horas de mañana.

En su descarga, el muchacho accedió a responder sus actividades “día por día” desde el domingo pasado, cuando se vio por última vez con Dayana.

El joven reconoció que se conocían desde hacía dos años en los cuales mantuvieron una relación amorosa algo entrecortada, que incluyó una convivencia de dos meses en su casa. También dijo que la madre de la muchacha se interponía en el noviazgo que terminó meses atrás, y que tenía conocimiento que su ex había comenzado a salir con otra persona. También adujo que solían encontrarse como amigos en el boliche bailable céntrico Free Pass, ubicado en Rioja entre Corrientes y Entre Ríos,  y que el monte de General Lagos era un lugar que solía frecuentar con Dayana.

Respecto a la desaparición de su ex, Maximiliano dijo que estaba al tanto y que había ofrecido colaboración tanto a la Policía como a las amigas de la joven. Sin embargo, no trascendió por qué si encontró una nota en la puerta de su casa que presuntamente decía que Dayana lo esperaba en lo del Gauchito Gil no dio aviso a las autoridades. Según sus dichos decidió acudir a la cita a las 11 y como no vio a la joven decidió volver, momento en que fue interceptado por la Policía.

El imputado agregó que la última vez que vio a Dayana fue el domingo pasado y que los días siguientes la llamó. Según su defensa, Maximiliano no se rehusó a contestar ninguna pregunta y ofreció su celular para mostrar que se “mensajeaba” con su ex. La indagatoria continuará mañana, a partir de las nueve, en los Tribunales provinciales.

Otra pista comprometedora

El domicilio de Maximiliano, el principal sospechoso del crimen de Dayana, fue allanado por la sección Homicidios de la UR II anteanoche, horas después de la detención del joven. Fuentes de la pesquisa informaron que en el lugar fue secuestrado un par de zapatillas del muchacho, que a primera vista tendrían manchas de sangre, por lo que se enviaron a peritar al laboratorio biológico. El allanamiento tuvo lugar en un domicilio ubicado en pasaje Patria al 2000, de la zona sur de la ciudad.

Una de las hipótesis de los investigadores indica que el sospechoso asesinó a la joven poco después de encontrarse con ella, el martes a la tarde, y que el viernes, tras la difusión de su desaparición y al unísono que los familiares de Dayana encabezaban una marcha en Uriburu y San Martín para difundir sus datos, volvió a la escena del crimen para eliminar los rastros. Según esa línea investigativa, el muchacho habría intentado incinerar el cuerpo, que cuando fue divisado por un cazador tenía algunas partes carbonizadas. Momentos después del hallazgo, la mamá de Dayana aseguró a El Ciudadano que desde un principio sospecharon del joven y que la marcha había sido convocada para dar a conocer un nuevo dato: que un testigo había visto a su hija en una acalorada discusión con un muchacho.

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