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Conmoción política

Una multitud se movilizó a un mes de la muerte de Nisman

Bajo la lluvia, miles de personas se sumaron en Buenos Aires a la “marcha del silencio” convocada por un grupo de fiscales.


A pesar de la lluvia torrencial, cientos de miles de personas participaron ayer de la “marcha del silencio” convocada por un grupo de fiscales a un mes de la muerte de su par de la causa Amia, Alberto Nisman, y desde la Plaza de Mayo elevaron un fuerte pedido de “verdad y justicia”.

Entre una marea de paraguas, la columna principal estuvo encabezada por una bandera negra con letras blancas con la leyenda “homenaje al fiscal Nisman. Marcha del silencio”, sostenida por el grupo de fiscales convocante y los familiares del fiscal fallecido: su ex esposa Sandra Arroyo Salgado y su hija mayor, Iara, así como su madre, Sara Garfunkel.

La marcha fue convocada con la estricta consigna de guardar silencio, debido a lo cual no hubo ningún acto ni discurso, aunque en medio de las banderas argentinas pudieron observarse pancartas con el rostro de Nisman y consignas como “verdad y justicia” alusivas al pedido de esclarecimiento de las causas de su muerte.

El único en pronunciar un mensaje fue el secretario general de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, Julio Piumato, quien al llegar a la puerta de la sede de la Unidad Especial Amia habló arriba de un improvisado escenario: “Estamos acompañando el sentimiento de la familia, en respeto a su memoria. Les pedimos a los cientos de miles, a quienes agradecemos su presencia en este día de homenaje a Alberto Nisman, un minuto de silencio”, sostuvo.

Entre la multitud se mezclaron además, con bajo perfil, los principales dirigentes del arco opositor, entre ellos el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri (PRO); los diputados Hermes Binner (Partido Socialista), Sergio Massa (Frente Renovador) y Margarita Stolbizer (GEN), Elisa Carrió (Coalición Cívica ARI) y Julio Cobos (UCR); también los senadores Ernesto Sanz (UCR) y Adolfo Rodríguez Saá (Peronismo Federal), entre otros.

Para la Policía Metropolitana, concurrieron a la movilización más de 400 mil personas que hicieron el recorrido desde plaza Lorea hasta la Plaza de Mayo en alrededor de dos horas y media y en el que no se registraron incidentes.

Antes de llegar a la sede de la Unidad Fiscal Amia, ubicada a una cuadra del Cabildo y donde se realizó un minuto de silencio, los manifestantes se detuvieron frente a la sede de la Procuración General de la Nación y allí entonaron el Himno Nacional.

También hubo una pequeña parada en la embajada de Israel en la Argentina, ubicada en avenida de Mayo al 700.

De la movilización no participó ningún dirigente ni legislador del oficialismo ni funcionarios del gobierno nacional, mientras que la presidenta Cristina Kirchner, quien hoy cumple 62 años, siguió la marcha desde la residencia oficial de Chapadmalal.

Al frente de la columna, los fiscales convocantes José María Campagnoli, Guillermo Marijuan, Carlos Rívolo, Ricardo Sáenz, Carlos Stornelli, Germán Moldes, Raúl Pleé, y el líder del sindicato de empleados judiciales, Julio Piumato, fueron acompañados a paso lento por una marea sin identificaciones partidarias, pero sí con algunos gritos que interrumpían el silencio: “Justicia”, “Nisman presente”, “Argentina” y “Viva la patria”, según pudo escucharse.

Las movilizaciones por Nisman también se sintieron en las principales ciudades del país y en el exterior: a través de las redes sociales se organizaron las convocatorias en las provincias, donde hubo manifestaciones entre banderas argentinas y aplausos, mientras que en el exterior los puntos de encuentro fueron los consulados argentinos.

Audiencia con el Papa

El papa Francisco mantuvo ayer un breve encuentro con sobrevivientes y familiares de las víctimas del atentado a la Amia que no adhirieron a la marcha por la muerte del fiscal Nisman y se comprometió a dar su aporte a la causa por el atentado.

Se trata de la Asociación 18J Sobrevivientes, Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la Amia, quienes habían pedido una audiencia con el Papa para solicitarle sus “buenos oficios para interceder ante Irán”, para que el gobierno de ese país ponga a disposición de la Justicia argentina a los imputados por el atentado a la mutual judía.

“El Papa se tiró hacia atrás, impactado y dijo: «De mí esperen todo lo que pueda hacer, yo voy a hacer todo lo posible»“, relató Sergio Burstein.

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