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Violencia de género

Una mujer hizo una denuncia pública contando los abusos sexuales que sufrió a manos de un sacerdote

Lo hizo a través de la red social Facebook y contó en primera persona los ultrajes que sufrió en su colegio de la ciudad de Rafaela cuando tenía apenas 11 años y cómo esa traumática experiencia le influyó en su vida


Delfina tiene 30 años y se animó a contar en un posteo una experiencia desgarradora que vivió en su infancia en el lugar que debería ser un segundo hogar, “la escuela”. Relató: “A los 11 años fui abusada sexualmente por un Cura llamado Padre Ángel, sí, que contradictorio su nombre para un ser tan inmundo y perverso. El Cura formaba parte de la escuela San José, de la ciudad de Rafaela, escuela católica, apostólica, romana. Sí, su Institución encubría un cura pedófilo. Este hombre usaba la casa de la Iglesia para abusar de mi cuando era niña. Uso la capilla y el nombre de Dios para ser impune, perverso y arruinar mi infancia”, contó.

“Estoy segura de que son más las mujeres que pasaron por el mismo horror en las manos de este cura, deseo con mi corazón que puedan sacarlo, hacerlo público, y que la Iglesia se haga responsable del sufrimiento que nos hicieron y hacen pasar, que revean sus prácticas y sus encubrimientos, y que dejen de permitir esta práctica habitual de que los hombres, con sotana o sin, nos usen, nos degraden y que no respondan por ello. Peor aún: que sean la autoridad moral de nuestra sociedad. Es hora de que dejen de mentir y que dejen de aniquilar nuestros derechos. A vos, mujer o varón, que pasaste por lo mismo que yo: te abrazo, y espero que puedas liberarte, como lo estoy haciendo yo ahora.”, sigue el posteo en Facebook.

“Este silencio me ha dañado por muchos años, me lo tragué sintiéndome una estúpida, una pelotuda, o que yo era la culpable. Gracias al laburo con mi Terapeuta la Dani, con su entrega total; a mis Amigas, mi sostén; a mi Grupo Les fénix, donde ardimos y renacimos; y al Feminismo. Me han Salvado. Hoy lo puedo gritar bien fuerte. Las mujeres callamos muchísimos años, y a los silencios, no volvemos Nunca Más”, termina.

Fueron muchos los mensajes de apoyo y acompañamiento para la joven, entre ellos el de su mamá. Adriana contó: “Soy la mamá de Delfi. No tengo palabras para expresar lo que siento. Es difícil pero admiro profundamente a mi hija, por su valentía, por su fortaleza, por ser auténtica, por no callar a pesar de que paso tiempo pero es el tiempo que ella necesitaba para sacarse una mochila muy pesada. Que quería de alguna manera dar a conocer. En ese entonces era una nena de 11 años que no encontró la forma de comunicarlo, era una pequeña que concurrirá a una buena escuela cercana a nuestra casa. Pensábamos que estaba en buenas manos pero no, resulta que los manipuladores están donde uno menos espera. En un aula o en una capilla, donde confesaba a niños y niñas de primaria, donde este ser innombrable les hacía creer que todo estaba bien, que el tenía el poder. Realmente que nadie de la comunidad educativa se de cuenta de lo que pasaba me resulta bastante preocupante, repugnante. ¿Dónde estaba toda esa gente a la que le confiamos nuestros hijos? Que repetía reunión tras reunión el amor al prójimo, a ser buenos compañeros, a no correr en los recreos, a portarse bien, a no hablar en clase, a ser mudos y sordos, muñecos que no molesten. Tendría un montón de cosas para decir pero pienso que fue la peor elección que hice en toda mi vida.!!!!!!!!Enviar a mis hijos ahí. Lo lamento de todo corazón. Gracias a todos por el apoyo a mi hija que es un sol, una leona, a mi familia que es única,incondicional !!!los quiero !!!!!!!!”.

Este posteo surgió en medio de una discusión sobre la implementación de un sistema propio para presentar denuncias de abuso sexual donde estén involucrados clérigos y consagrados. Propuesta que generó la reacción de la comunidad, entre ellas la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, e incluso una denuncia penal contra los arzobispos de Santa Fe y Rosario por usurpación de funciones.

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