El Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino en su sede histórica de Avenida Pellegrini 2202 (esquina Oroño), uno de los más importantes del país, planificaba la ampliación y puesta en valor de su edificio, algo que en medio de la pandemia quedó descartado.
El museo, inaugurado el 7 de diciembre de 1937, surgido de una colaboración entre el gobierno municipal y la iniciativa privada, iba a entrar finalmente en obra a partir de un proyecto planificado por concurso internacional en 2017, para su ampliación y refacción, pero el año pasado esa obra fue rescindida por acuerdo municipal y provincial, y de un momento para otro, el vallado de madera que rodeaba el predio fue retirado luego de poco más de un año sin avances en la obra y en medio de la polémica que generó, por ejemplo, la extracción de algunos árboles centenarios para crear el espacio que requería la pretendida reforma edilicia.
Según había sido anunciado, se trataba de un proyecto de ampliación y puesta en valor (son recurrentes los reclamos de goteras dentro del edificio existente) que llevaría un total de diez meses de obra y que pondría finalmente a ese espacio en las condiciones en las que, sin duda, debe estar, con un depósito para guardar y cuidar las obras que no estén expuestas.
Pero el arribo de la pandemia, entre otros tantos daños colaterales que generó, frenó primero la obra hasta su desestimación en los últimos meses, más allá de que, se supone, el presupuesto para la concreción de la obra ya había sido considerado y otorgado.
A partir de las dudas e incertidumbre que generó la decisión del Estado de frenar las obras de esta institución casi centenaria que alberga miles de piezas de valor patrimonial más allá de sus muestras permanentes, más de 3 mil personas ya firmaron una petición en la plataforma Change.org para que el proyecto se retome en una campaña que busca alcanzar las 5 mil firmas.
Se trata de la iniciativa “Todos por el Museo Castagnino” que fue lanzada por la licenciada y docente de la Facultad de Letras de la UNR Magdalena Aliau, dirigida a las y los ciudadanos de Rosario y amantes de la cultura y el arte.
“Nuestro Museo está en peligro porque las goteras que amenazaron una obra como la de Lucio Fontana han sido reparadas, pero no basta, no se puede seguir con parches. Necesitamos la ampliación, ahora paralizada, del Museo, el segundo en importancia del país, que tiene una capacidad para 400 obras y hoy alberga 5000, entre las que se encuentran obras de Goya, Rivera, Camille Pissarro, Alfred Sisley; artistas argentinos como Fader, Schiaffino, Sívori; rosarinos como Berni, Candia, Schiavoni, Grela, Mele Bruniard. Obras de Clorindo Testa, Annemarie Heinrich, Grete Stern y muchos otros que constituyen el patrimonio cultural no solamente de esta ciudad sino también del país y del mundo”, describe Aliau en el texto que acompaña la presentación de la campaña.
Y completa: “Hace más de veintiún siglos dijo Mecenas, consejero del emperador Augusto: «Nuestros hechos políticos mueren con nosotros, el arte permanece. El que llega a Roma va a visitar sus ruinas, los restos de aquel esplendor, sin analizar la política augustal». Durante la Segunda Guerra Mundial, asesores económicos le propusieron a Churchill recortes presupuestarios a la cultura, a lo que él contestó: «¿Quitarle el presupuesto a la cultura? Entonces…¿Para qué luchamos?»”.
Y cierra: “Si arreglar y ampliar el Museo parece en estos momentos una cuestión no pertinente, mucho peor es perder el patrimonio. Perder los bienes culturales de nuestra ciudad es aniquilar la belleza para nosotros y también para los que vendrán. A través del arte, la educación y la cultura nos salvamos, podemos pensar, ser libres y alcanzar la belleza. Parafraseando al Martín Fierro: «Si el arte se pierde, jamás se vuelve a encontrar». Convocamos a todos los ciudadanos de Rosario, del país y a todos los museos e instituciones para la protección del patrimonio cultural del Castagnino, referente de nuestra identidad, nuestra historia y nuestros valores”.
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