La temática de la relación entre las masas y el poder ha merecido ya desde la antigüedad la atención de los estudios en ciencias sociales.
Aristóteles en la Grecia Clásica, plantea en su libro “La Política” la cuestión de las clases sociales y la “predestinación” y el “derecho” de una élite a ejercer el mando, y la obligación de la mayoría de las mujeres y hombres a obedecer. En la Roma del ocaso de la República, Marco Tulio Cicerón, otorga fundamentos ideológicos al poder que moviliza a las masas para la expansión por el orbe con sus “legionarios imperiales”. .
El interés por la cuestión de relación masas y poder se expresa también en los análisis de filosofía política de la patrística cristiana medioeval, Agustín y sus Ciudades de Dios y de los Hombres y Tomás de Aquino en su “Summa Teológica”, etc.
Durante el Renacimiento, hallamos una obra que es paradigmática sobre la relación entre masas y poder: “El Príncipe”, de Maquiavelo, indaga meticulosamente los mecanismos de la dominación política, las astucias de los poderosos para perpetuarse y las apelaciones a la fuerza y la persuasión .
Ya en la modernidad, los filósofos de la Ilustración Iluminista abordaron la cuestión desde el contractualismo: Jean Jacques Rousseau y su teoría de la voluntad general, expresada en “El Contrato Social”; John Locke en sus “Ensayos sobre el Gobierno Civil” ; Montesquieu en el “Espíritu de las Leyes”, Thomas Hobbes en el “Leviathan”. Desde perspectivas diversas y hasta contrapuestas se plantean el problema del papel que juegan las masas en la historia social y política.
Pero es durante el siglo XIX cuando encontramos ya la temática instalada. Es que las revoluciones burguesas de la centuria anterior han consolidado la sociedad de masas.
Por tanto la necesidad del estudio de su comportamiento se torna indispensable.
Karl Marx abordará la cuestión desde la concepción materialista de la historia analizando la evolución dialéctica de los modos de producción, proclamando que la lucha de clases es el descubrimiento de la historia y la ideología como falsa conciencia, que encubre la alienación social.
El desarrollo dialéctico de los modos de producción, la evolución de las fuerzas productivas y su infalible colisión con las relaciones sociales de producción capitalista, otorgan a las masas desposeídas un papel central en las transformaciones sociales.
Otros pensadores, como Durkheim en “La División del Trabajo Social”, orientan sus análisis en dirección a la paradójica fragmentación del orden social, emergente en las sociedades industriales modernas, por la falta de regulación moral, y las dificultades de la división del trabajo social, para neutralizar el estado de anomia.
Max Weber, en su célebre obra “Economía y Sociedad”, utiliza la construcción de tipos ideales para analizar la cuestión del poder el Estado y la dominación. Factores materiales y simbólicos.
Será la tradición arraigada, el carisma o bien la racionalidad expresada en la ley lo que otorgue legitimidad al ejercicio de la dominación sobre las masas.
El Estado según Weber es el único con legítimo derecho de uso de la coacción. Consenso y coerción se combinan para garantizar la persistencia del poder de las élites.
Hace ya más de cuatro décadas, Elías Canetti dio a conocer su ensayo titulado “Masa y Poder”, traducido al español recién en 1977. En este ensayo el pensador búlgaro realiza un abordaje por demás original de la cuestión.
Canetti utiliza en su reflexión herramientas de la fenomenología y la dialéctica de los símbolos, articula en sus análisis datos históricos, categorías sociológicas y los aportes de la psicopatología.
Estructura de ese modo una verdadera “antropología patológica”. Ensaya un psicoanálisis de las sociedades contemporáneas.
Pero no se limita al simple diagnóstico. El estudio del comportamiento de las masas y la indagación de los mecanismos de la maquinaria de dominación. Analiza cuáles pueden ser claves para romper con el círculo vicioso que posibilita la perpetuación de minorías privilegiadas que expolian a las masas, manipulando su libido en sentido tanático.
Al mismo tiempo, procuran neutralizar las ansias liberadoras y creativas en germen en cada ser humano con lo que este posee de único e irrepetible.
Un racconto del índice de Masa y Poder nos brinda una clara aproximación a la profundidad y rigor de este estudio.
Primer capítulo: La masa, segundo: Las mutas (antecedentes de la masa , en las hordas primitivas), tercero: Mutas y religión cuarto: Masa e historia, quinto: Las entrañas del poder sexto: El superviviente, séptimo: Elementos del poder ( fuerza y poder – rapidez, sentenciar y enjuiciar , etc.) ; octavo: La orden , domesticación, miedos, negativismo y esquizofrenia, etc.). noveno: La metamorfosis, décimo: Aspectos del poder, la gloria, la corte, la ordenación del tiempo, el director de orquesta, y por último el apartado dedicado a las características del poderío y la paranoia.
En sin dudas la de Elías Canetti una mirada sobre el poder emparentada con los estudios de los pensadores de la corriente del socialismo libertario, Pier Joseph Proudhon, Mijail Bakunin, Eliseé Reclús y Piort Kropotkin, por que desmonta pieza por pieza el entramado de la dominación.
Canetti señala con lucidez que los mecanismos de la dominación se conforman y evolucionan, no sólo en función de estructuras socioeconómicas, sino también y por sobre todo en aquello que Rudolf Rocker, explicitó en su libro Nacionalismo y Cultura, la voluntad de poder. Esta es un factor histórico insoslayable, ya que aparece en las diversas etapas de la vida en sociedad, desde Alejandro Magno a las Cruzadas o el imperialismo decimonónico.
Es un elemento fundamental a tomar en cuenta, en la perspectiva de los análisis sociológicos, antropológicos y políticos.
Los factores de la dominación simbólica, y la violencia que tienden a disimular, pero que se halla latente, son también parte del análisis.
En el presente en esta era de emergencia planetaria el recorrido del voluminoso libro de Canetti, es un ejercicio de reflexión que nos parece no sólo válido sino necesario. Ya que la actitud complaciente de muchos intelectuales ha contribuido y contribuye a cimentar la continuidad de la explotación , camuflada flexibilización laboral y de la barbarie capitalista presentada como autodefensa de un modo vida racional. Con la prepotencia que sólo puede haber cabida para un “pensamiento único.
Ante este panorama, los estudios de Canetti, brindan las claves para aproximarse a la interpretación de muchos de los acontecimientos de los que somos contemporáneos.
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