Miguel Passarini
En la mitología griega, “Hipnos” refiere al sueño, en realidad a la personificación o corporización del sueño. Entre ese concepto y la idea de justicia en un mundo que se ha vuelto bastante injusto, distópico y violento, surgió Hijas de Hipnos, una escénica de temática hibrida que surgió en 2015 como una performance y que en 2016 formó parte del Encuentro Nacional de Mujeres que tuvo lugar en la ciudad, que intenta “respuestas ante los cuestionamientos que día a día nos interpelan en nuestros vínculos”, según plantean desde el equipo artístico de esta propuesta que este jueves regresa a la cartelera local con una función en la Lavardén, en el marco del ciclo provincial “Reír, llorar, amar”.
Con autoría de Caro Diez, también intérprete junto a Carla Gordillo, bajo la dirección de Natalia Camuso, con vestuario de Lorena Fenoglio y producción de Alita Molina, la propuesta es una tragicomedia con tintes de absurdo que aborda la temática concreta de los femicidios y violencia interpersonal. “En su ficción se entrelazan casos aislados de femicidios reales con ideologías impuestas por los cánones sociales, encarnadas en los discursos de los personajes. Desde la ironía y el sarcasmo, pasando por otros lugares comunes, La Autora y La Zorra desentrañan en sus diálogos las distintas capas del imaginario común, apostando a una búsqueda de replanteo constante de dichos y preconceptos”, plantean.
“Este texto va camino a cumplir ocho años y la temática está vinculada con la violencia de género, la violencia doméstica, los femicidios; hay casos reales que se mencionan pero es como un soporte, como un fondo que intenta llamar a la realidad. Mientras tanto, los dos personajes de la oba están atravesando una escisión interna, dado que se corren de aquello que deberían hacer para no caer en esta realidad que es tan amenazante, como si de algún modo pudiesen escapar de ella”, contó Caro Diez.
El espectador accede a la intimidad cotidiana de los personajes en el encierro en que viven, “en el límite entre la creación y la fantasía”. La obra pone en juego lugares comunes y no tan comunes de la conformación de la identidad de género aunque en un sentido amplio “dentro de una sociedad en constante transformación, y las continuas consecuencias que subyacen a esos mecanismos”, según plantean, al tiempo que el lenguaje del material combina la jerga popular con tintes poéticos y literarios.
“Los parlamentos oscilan entre los tonos solemnes, humorísticos, reflexivos e irónicos, incorporando citas célebres y de libros canónicos, como la Biblia o la Kabahla, a modo de referencia”, destacan.
Respecto del proceso de escritura y montaje muy permeado en todos estos años a partir de los acontecimientos de la agenda real, Diez planteó: “El impulso inicial de escritura del texto fue una especie de investigación sobre las distintas formas que tiene el feminismo; la temática de los femicidios ocupa el lugar de La Autora, uno de los personajes, que bien podría haber sido yo. Es imposible, primero, no prestar atención a eso, a lo que estaba ocurriendo en la realidad, dado que estoy hablando de 2015, donde comienza el #NiUnaMenos, y por otro lado cómo hablar de los feminismos y de este momento que vivimos las mujeres sin tocar ese tema. Por lo tanto, si bien la idea inicial no era escribir un texto sobre los femicidios y la violencia de género, fue inevitable que esos temas de la agenda actual estén en la génesis de esta obra y al mismo tiempo se instalen fuertemente en la temática de la obra”.
En el mismo sentido, la autora y actriz habló del modo en que esos temas se metaforizan en la obra que habla, al mismo tiempo, de una idea de encierro en tiempos donde la humanidad lo ha experimentado a partir de una pandemia vivida recientemente: “Ese proceso tuvo algunas transiciones; originalmente era un texto para cuatro personajes. Ya para el 2016, en el Encuentro Nacional de Mujeres que se hizo en Rosario, el mismo texto se reformuló para dos personajes. Los personajes son dos La Autora y La Zorra; la primera siempre estuvo encerrada, obsesionada con los casos de femicidios, con las noticias. Y La Zorra, de alguna manera, viene a ser el discurso de una salida fácil de esa realidad, aunque los dos personajes están en un encierro y La Autora no termina de saber si La Zorra está allí o es parte de su imaginación. Lo que ocurre, lo peligroso, es aquello que en la obra está narrado por una voz en off, una voz masculina que cuenta lo que ocurre afuera de ese encierro. En el desarrollo del conflicto de la obra, también se puede pensar qué es el afuera y qué es el adentro tanto para ellas como para todos”.
Finalmente, Diez habló acerca de cómo un material tan linkeado con la agenda del presente implica una responsabilidad a la hora de interpelar al espectador para que quede claro que mucho de eso que se metaforiza en la escena también es parte de la realidad: “En principio, la propuesta surge desde la militancia feminista y el formato era más performático. En esa etapa, con la idea de hablar de estos temas, el planteo tenía que ver con llegar a la mayor cantidad de lugares posibles pero sobre todo a los lugares donde el teatro no llega y mucho menos las obras que propone este tipo de debates. Ya desde ese momento y sobre todo ahora, la respuesta del público es muy importante porque en la mayoría de los casos, nos dicen que no se habían planteado estos temas y que la obra los interpela y abre esa discusión”.
Para agendar
La obra teatral Hijas de Hipnos se presenta este jueves, a partir de las 21, en la sala Lavardén, de Sarmiento y Mendoza. Las entradas anticipadas desde 700 pesos se pueden adquirir en http://entradaslavarden.com o bien en la boletería de la sala en horarios habituales y desde una hora antes de la función. Redes: Instagram: @hijasdehipnos / Facebook: Hijas de Hipnos
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