Policiales

De Ludueña a Tribunales

Una marcha para que el crimen de Mario no quede impune

A casi 20 días del homicidio de Barboza, familiares organizan para este martes 4 una concentración en Pellegrini y Balcarce para pedir celeridad en la causa. “No fue un ajuste de cuentas. Eso hay que dejarlo en claro porque queremos que él quede limpio”, dice familiar a este diario


Mario murió asesinado la noche del 16 de agosto.

“Sobrellevamos la ausencia con angustia y miedo”, dice Mónica, tía de Mario Barboza, el técnico en sonido e iluminación que fue asesinado el 16 de agosto en barrio Ludueña. Pasaron casi 20 días de esa noche aciaga y la sed de justicia, para sus allegados, está lejos de aplacarse. La calle es un caldo de cultivo de versiones sobre el crimen, llevado a cabo en un sector oscuro y prácticamente sin testigos. Un adolescente de 15 años, que quedó a cargo de la dirección de Niñez por su edad, está mencionado en el homicidio –por su edad no es punible–, acaso el único dato de peso que manejan los deudos. Están seguros, sin embargo, que el pibe no estaba solo y es a partir de ese temor a que la muerte quede impune que este martes a las 12 concentrarán en Tribunales para pedir celeridad en la causa, de acuerdo con lo que contó el entorno de la víctima a El Ciudadano.

La familia de Barboza tiene la necesidad de aclarar, otra vez, que Mario no tenía antecedentes ni estaba embarcado en emprendimientos delictivos que pudiesen culminar en una muerte violenta: “No fue un ajuste de cuentas. Eso hay que dejarlo en claro porque queremos que él quede limpio”. Y aclaran: “Tampoco fue un robo; el sólo tenía su motito y celular, que no se lo robaron: lo estaban esperando”.

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Una de las hipótesis que manejan, sobre la base de trascendidos en el barrio, es que Mario fue atacado por haber intercedido en una gresca entre un familiar y un pibe del barrio, cerca de las vías que atraviesan Ludueña. “Mario le dijo: «Cómo podés andar con un revólver sabiendo que acá andan todos los chicos de la escuela. Por qué no guardás eso”. El reto había sido tomado como una afrenta por el pibe, al que le atribuyen haber respondido: “Ahora voy a traer a los míos”.

“Ma, sí, trae, que yo ando solo”, respondió Barboza, según reconstruyeron un diálogo que tuvo el último día que visitó a su madre.

Ese 16 de agosto Mario volvía en moto de comer de la casa de su tía cuando poco antes de llegar a su casa se topó con un grupito que lo estaba esperando. Quiso esquivar la emboscada y se escucharon siete disparos. Dos plomos lo alcanzaron en la espalda que a los pocos minutos acabaron con su vida.

Foto: Juan José García.

 

“Mario era muy querido y era un pibe que no se metía con nadie”, recuerda Mónica a tres semanas de la trágica pérdida del sonidista. “Cuando falleció su papá, Mario tenía 13. Hacía changas, perdió un ojo en un accidente mientras hacía un trabajo de albañilería; la vida lo trató mal, pero él no se dedicó a hacer daño. Al contrario, él hacía un bien. Lo quería todo el mundo”.

Desde entonces el clima en el barrio está caldeado. “Estamos en tierra de nadie, no ves pasar a la Policía, se escucha correr y nadie sale a mirar. No sabes qué hacer ya”, afirman familiares, Y pintan una realidad que describe una cotidianidad pauperizada: “La gente no quiere hablar, no hay una noche en que no se sienten tiros en la villa”.

“Para colmo –analiza un allegado a Barboza– en la escuela Montaldo (por la Nº 1027 Luisa Mora de Olguín, ubicada en Humberto Primo y Camilo Aldao) asisten familiares de Mario y parientes de «los otros» que hicieron la macana. No se sabe en qué va a terminar”. Una realidad compleja para la cual las respuestas de la justicia pecan de lentas al momento de descomprimir malestares y odios engendrados en un crimen que consideran tan gratuito como injusto.

Según puedo averiguar El Ciudadano, un pibe de 15 años de Ludueña se presentó en el juzgado de menores Nº 4 y quedó a cargo de la Subsecretaría de Derechos de Niñez, Adolescencia y Familia. Por su edad, no es punible. El avance judicial está lejos de conformar a los amigos y familiares de Barboza, que sostienen que el adolescente no estaba solo y dos hombres más lo acompañaban.

Luego de idas y venidas por problemas de logística, este martes 4 a las 12 se prevé una concentración frente a Tribunales, en Balcarce y Pellegrini, para pedir celeridad en la causa y descomprimir broncas. La actividad está convocada por familiares de Barboza y con el apoyo del equipo de trabajo social de la capilla Santa Rita, el lugar histórico del fallecido padre Montaldo.

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