El Hincha

Una Mar del Plata diferente

Por David Ferrara. (enviado especial).- La “Feliz”  es testigo de un certamen internacional que mueve una gran cantidad de turistas aunque la temporada invernal transita con su habitual tranquilidad.

Para los que no aman transformarse en milanesa humana y caminar diez cuadras sacudiéndose la arena mientras se lucha contra el sabor a sal en la boca. Para aquellos que no disfrutan el incomparable trayecto de cuarenta minutos en un colectivo repleto hacia la playa en horario pico (sobre todo cuando siempre es horario pico). Para todos ellos, Mar del Plata en invierno es un paraíso.

Lógico, no están algunas imágenes que regodean la vista, pero poder caminar por una peatonal desierta no tiene precio. No tener que acarrear o chocar con los que acarrean bolso, heladerita, sombrilla es un regalo para agradecer. Cruzar la calle si depender del semáforo es todo un lujo, no tener que pagar treinta pesos por una hamburguesa se transforma en una ayuda para las finanzas, en incluso sin filas para poder sentarse a comer en restorán. Observar las playas desiertas en el horizonte es una visión pacificadora.

Mar del Plata está preparada para recibir a millones de personas y, si bien el Preolímpico mueve mucho dinero, periodismo y también turismo nacional e internacional, no llega a conmoverla en lo más mínimo. Y su habitual tranquilidad invernal se mantiene. El aletargado ritmo cuando la ciudad queda en mano de sus verdaderos dueños no se inmuta. Y es para agradecer.

Comentarios