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Reclamo

Una joven con discapacidad depende de los cuidados de su padre, pero lo obligan a volver a trabajar

Una familia santafesina lucha porque Osvaldo obtenga una licencia para los cuidados de su hija, que no puede asistir a un centro terapéutico por pandemia, Pero no está contemplado entre las excepciones


Osvaldo vive en la ciudad de Santa Fe, tiene 51 años y cuatro hijos, tres varones y una mujer. Julieta tiene 21 años y sus problemas de salud requieren cuidados las 24 horas. Con la pandemia, sus asistencia a un centro de día se vio impedido y Osvaldo que es docente auxiliar no logra conseguir una licencia para cuidar a su hija.

Cuando Julieta nació pesaba 800 gramos, a raíz de esto se desencadenaron varios problemas de salud: con el paso del tiempo, cuenta su papá, quedó ciega e hipoacúsica. Además tiene trastorno generalizado de desarrollo (TGD), su peso fluctúa permanentemente, padece crisis psicóticas y hace un tiempo fue diagnosticada como autista.

Necesita cuidados las 24 horas, su mamá María del Carmen y su papá son quienes se ocupan de ella pero antes de la pandemia durante el día Julieta asistía además a un centro de día. Sin embargo, los protocolos necesarios -distancia social, no tocar superficies- son imposibles de cumplir para ella, por eso no pudo seguir asistiendo.

En este contexto en que la pandemia continúa pero se retoman las clases presenciales, Osvaldo necesita una licencia en la escuela donde trabaja como auxiliar docente, EETP N° 601 Leandro N. Alem. La normativa que contempla las licencias que puede tomarse el personal no incluye la discapacidad, es decir cuando tienen familiares que requieran de cuidados por esta condición médica.

Desde 2018, él y otros compañeros esperan la personería jurídica para la constitución de la Unión de Auxiliares Docentes, un sindicato que incluye a auxiliares docentes, preceptores y bibliotecarios. “Estamos olvidados y somos un montón. Esperamos poder entrar en las paritarias. Los gobiernos no tienen a la discapacidad en la planilla de licencias, si esto se revierte con mi caso puede sentar un buen precedente y ayudar a otros papás con hijos con cualquier tipo de problemas de salud y discapacidad”.

Las condiciones que reúne Julieta indican que deberían estar internada en un instituto psiquiátrico pero su mamá y papá se niegan por las denuncias de vejaciones que hay contra el mismo en la ciudad de Santa Fe. Tienen el permiso, por lo pronto, para estar a cargo de su hija. Están a la espera de las definiciones escolares para que contemplen su situación.

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