Los hinchas pueden soñar. El partido de Newell’s ante San Lorenzo levantó a la gente como nunca en el campeonato y dio la sensación de que la Lepra debió haber ganado por más goles.
Si bien en el torneo el conjunto de Gerardo Martino cosechó 15 puntos sobre 21 posibles, el rendimiento aún no terminaba de convencer a la parcialidad, que no veía el mismo rendimiento del campeonato pasado. Pero ayer, una actuación sólida, con puntos altos en todas las líneas, hizo explotar las palmas de los simpatizantes.
A pesar de que los hinchas hicieron un esfuerzo extra para asistir al Coloso Marcelo Bielsa, ya que debieron pagar un bono de 50 pesos (ver aparte), el estadio lució a pleno con más de 35 mil almas que cantaron durante todo el encuentro y en medio de los aplausos se lamentaban por las ocasiones que desperdiciaba el equipo.
Si bien los cánticos y el aliento fueron para el equipo en general, hubo dos jugadores que se llevaron todas las miradas.
Uno fue Ignacio Scocco, autor del gol de penal que le dio los tres puntos a La Lepra.
Nacho jugó un partido impresionante, demostrando que está todavía mejor que cuando se fue. La gente sabe de que cada pelota que toca pueden salir cosas interesantes y por eso fue ovacionado cuando se retiró de la cancha.
El otro fue Gabriel Heinze, quien tiene lo que más le gusta al público: garra y entrega. Con eso bastó para despertar el grito de “Gringo, Gringo”.
El público está ilusionado, entiende que el equipo está para pelear el campeonato, a pesar de que, en la previa, se armó para engrosar el flojo promedio.
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