Ciudad

Una historia que vale escuchar

Por Paola Cándido.- Apenas nació, hace tres años, a Dylan le detectaron hipoacusia. Luego de recorrer “cielo y tierra” para que el niño pueda acceder a un implante coclear, sus padres lograron que esa intervención se realizara esta semana en el hospital Vilela.


Yamile Da Rosa y Jonatan Aliendro, de 22 y 24 años, son los padres de Dylan, un niño de apenas tres años que padece hipoacusia perceptiva neurosensorial bilateral desde su nacimiento. La familia vive en San Lorenzo, en el barrio Capitán Bermúdez. Ambos lamentan no tener empleo: la mamá del niño se dedica íntegramente a su cuidado, y el papá perdió su trabajo hace ya un tiempo. Recorrieron “cielo y tierra”, dicen, para poder acceder a hacerle un implante coclear a su hijo, hasta que finalmente el jueves pasado lo pudieron  realizar con éxito en el Hospital Víctor J. Vilela. La intervención quirúrgica duró cuatro horas y le permitirá al paciente que los electrodos implantados transmitan impulsos eléctricos directamente al nervio auditivo para comenzar a percibir los sonidos.

La mamá de Dylan explicó que cuando fue a hacerle los análisis pertinentes a su hijo, que en ese entonces tenía cuatro meses, los médicos le detectaron que padecía hipoacusia. “Recorrimos muchos lugares, fuimos hasta el Hospital Garrahan en Buenos Aires, y terminamos en el Centro Médico de Especialidades Ambulatorias (Cemar), que es el referente donde se realiza el diagnóstico definitivo para dar comienzo a los tratamientos efectivos”, recordó Yamile.

Lo cierto es que tras aquellos primeros pasos y luego de la exitosa operación realizada  hace días, la familia está ahora, cuenta la joven, esperando que “pase el tiempo rápido para que nuestro hijo pueda empezar a escuchar”. “Hay que cuidarlo mucho, tener la precaución de que no se golpee la cabeza porque se le puede desplazar el implante. Este trasplante le sirve para que pueda hablar y se pueda relacionar con los otros”, explicó la mamá de Dylan.

Tras eso, Yamile describe que su hijo es muy activo y concurre al jardín desde que cumplió el año de vida. “Dylan hace una vida normal, comparte con sus compañeros, aprendió a ordenar la mesa, a guardar los juguetes. Le gustan los juegos didácticos, los rompecabezas, se maneja solo con el celular y le enseña a su abuela materna cómo entrar a internet, es muy inteligente. Agradecemos todo lo que hizo el equipo médico del hospital”, subrayó algo emocionada.

La historia de Dylan, con sus particularidades, claro está, es sólo una de las que se encuentran y se cuentan en los pasillos de los nosocomios estatales de la ciudad. Desde el año 1996 la Secretaría de Salud Pública municipal creó el Centro Integral de la Audición, cuyo objetivo es el abordaje temprano de patologías auditivas. Hoy en forma coordinada con la provincia, el Nodo Rosario realiza más de 10 mil otoemisiones –screening auditivos– anuales, para poder detectar tempranamente la hipoacusia, diagnosticar y brindar tratamientos específicos.

La incorporación de otoemisores es fundamental para realizar el screening neonatal con el objetivo de detectar tempranamente problemas auditivos. Según las estadísticas internacionales, entre uno y cinco de cada 1.000 nacidos tiene alguna dificultad auditiva. En el sur de la provincia al ser detectada la patología los niños son derivados al Cemar, el referente nodal, donde se realiza el diagnóstico definitivo para dar comienzo a los tratamientos efectivos.

Con todo, el screening neonatal es obligatorio para todos los niños recién nacidos de acuerdo a la ley nacional 25.415. En el caso de la red de Salud Pública el objetivo es poder determinar si existe una dificultad auditiva en el bebé y ante esta situación realizar la derivación (siempre en el caso de que el hecho se detecte en el nodo Rosario) al Cemar, donde funciona el centro regional de audición.

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