El Hincha

El Ciudadano en los JJOO

Una historia que conmueve: las chicas y chicos de Vanuatu

Los equipos femenino y masculino del país insular localizado en el océano Pacífico Sur jugaban descalzos y con palos de madera al hockey. Un mes antes de llegar a Buenos Aires, les dieron zapatillas. El Ciudadano te cuenta cómo se adaptaron


Por Franco Albornoz – Especial para El Ciudadano (Desde Buenos Aires)

Comenzaron hace un año a practicar hockey. Lo hicieron descalzos, en la tierra y con palos improvisados de madera. Recién el mes pasado recibieron las zapatillas y demás elementos con los que hoy compiten en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Se trata de los equipos femenino y masculino de Vanuatu, un país insular localizado en el océano Pacífico Sur, unos 1.750 kilómetros al este de Australia.

Más allá de que perdieron por goleada sus primeros partidos, hoy viven su propio sueño olímpico. Bailan, cantan y festejan a pesar de las derrotas. Y disfrutan de cada partido junto a las miles de personas que se acercan a alentarlos al Parque Olímpico. El público argentino los adoptó como favoritos.

La mayoría de los deportistas de Vanuatu tuvo su primer contacto con la bocha en la previa de la cita olímpica de Buenos Aires. Pero según la autraliana Jeniffer Bowtell, entrenadora del equipo femenino, “la adaptación de las chicas fue muy buena”.

“Muchas de las chicas no van a la escuela y enfrentan dificultades solamente para asistir a los entrenamientos. Es difícil hacer que sigan viniendo, porque muchas veces sus familias no quieren y porque además la cultura del país dice que no deberían estar haciendo deporte, sino que tienen que quedarse en la casa y tener hijos”, contó Bowtell.

La entrenadora del conjunto vanuatense explicó además que “muchas de ellas practicaban otros deportes, como fútbol. Pero son atletas por naturaleza y estoy muy orgullosa de ellas”. Y no es para menos.

El país de las mil lenguas

La República de Vanuatu es un conjunto de 83 islas, de las cuales apenas un tercio están habitadas. Sus habitantes hablan casi un millar de lenguas distintas, lo que significa una de las mayores riquezas lingüísticas de este planeta.

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