Policiales

Villa Gobernador Gálvez

Una fiesta, un intento de robo y un asesinato: 30 días preso

Un hombre fue imputado por un homicidio en medio de una fiesta de cumpleaños. La víctima se enojó porque intentaron robarle la moto y recibió una represalia brutal. La última noche de Mario Ezequiel Vega


El intento de robo de una moto en la puerta de una casa en Villa Gobernador Gálvez terminó con el dueño del rodado asesinado. En esa casa se festejaba un cumpleaños y el motociclista fue invitado por su cuñado. Cuando salieron a comprar bebidas se encontró con el tambor de arranque de la moto violentado. La víctima se fue. Al rato volvió armada y con otros amigos. Le recriminó al cumpleañero por el hecho y terminó con dos tiros en la espalda disparados por otra de las personas que estaba en el lugar. La fiscal aseguró que cuando la víctima cayó herida el atacante se acercó y le disparó en la cabeza. Otro muchacho que intentó auxiliarlo también fue herido. Todo apuntó al apodado Ale como el autor y el sospechoso fue detenido. Este miércoles, la Fiscalía lo imputó por homicidio y tentativa de homicidio agravada por el uso de arma y tenencia. Si bien el juez entendió que en principio se reunieron evidencias para entender que existe responsabilidad en el hecho, sugirió profundizar la pesquisa en base a la postura defensista y dictó la prisión preventiva por 30 días.

Iván festejó su cumpleaños en una casa de calle 12 de octubre al 2200 de Villa Gobernador Gálvez. El evento tuvo lugar el 27 de enero y varios de sus amigos fueron a comer, entre ellos Matías y Antonio Alejandro M. Ya entrada la madrugada Matías invitó a su cuñado Mario Ezequiel Vega, de 26 años, que fue con su novia Brisa y la novia de Matías, hermana de la víctima. Cerca de las 4 Ezequiel, como le decían a la víctima, y Brenda salieron a comprar bebidas pero el tambor de arranque de la moto estaba forzado y no podía arrancarla. Ezequiel enfureció y se fue tirando la moto. Pero al rato regresó con algunos acompañantes y armado.

Quería saber quién le había querido robar la moto. Discutió en la puerta con Iván, el cumpleañeros. En la disputa se metió otra persona que desde atrás le disparó en dos oportunidades. Los balazos le entraron por la espalda. La fiscal Marisol Fabbro dijo que una vez el en piso su agresor se acercó y lo ejecutó de un tiro en la cabeza. Cuando Víctor G., primo de Brenda, intentó auxiliarlo, otra persona que estaba en el lugar le disparó en el brazo casi a la altura del hombro. El pibe corrió y recibió un tiro en la muñeca mientras Brenda fue blanco de los tiros.

La testigo

La testigo presencial de la ejecución de Ezequiel fue Brenda, quien describió al atacante pero no dio nombres. Dijo que en el velorio le dijeron que se apodaba Ale, le mostraron fotos del perfil de Facebook del muchacho y de otros que estuvieron en la fiesta pero no lo reconoció.

Víctor, la otra víctima, contó que fue con su prima a la casa de Ezequiel y de ahí a un cumpleaños. En un momento Ezequiel comenzó a discutir con el cumpleañeros y escuchó disparos, al darse vuelta vio a una persona armada dispararle Brenda. Repentinamente se encontró tirado en el piso, lo habían herido. Entonces se levantó y mientras corría sintió el tiro en la muñeca.

La fiscal sostuvo que Ezequiel nunca sacó el arma que tenía encima, el dermotest dio negativo y pidió la prisión preventiva de Antonio Alejandro M. Pero el defensor Fausto Yrure dijo que el relato de la fiscal fue recortado.

Afirmó que Ezerquiel Vega no estaba invitado a la fiesta, sí su cuñado y el imputado. Explicó que la víctima, al ver la moto forzada, se fue y volvió con personas armadas. Aparentemente el autor del intento de robo había sido un tal Chenie. No hay testigos que hablen de que el autor del robo fue el imputado o alguien que estaba con él. Aseguró que tanto Iván como Matías estaban adentro cuando escucharon los disparos y Brenda no dio nombre, sólo una descripción que habla de alguien morrudo y morocho.

Dijo que en una de las declaraciones surge la presencia de un grupo de pibes que se hace llamar los Palomeros o Palmeros, cuyo cabecilla es un tal Pipinga, quien discutió con el dueño de casa porque no los dejó entrar. Explicó que es un grupo problemático y que se quedó en la esquina y esa línea no se investigó. Yrure pidió la libertad de su pupilo.

Finalmente el juez Alejandro Negroni entendió que en estos primeros momentos hay evidencia para entender que los hechos pudieron resultar como los planteó la fiscalía aunque fijó la prisión preventiva por 30 días para profundizar la investigación del caso.