“Por Perón, por Evita, por Néstor, por Cristina, por los derechos de las mujeres, de las personas con discapacidad, por nuestros adultos mayores, por nuestros compañeros, por el pueblo argentino que la está pasando mal y por mi querido pueblo de Moreno, sí juro”. En diciembre de 2019, Romina Uhrig asumió una banca en la Cámara baja del Congreso en reemplazo del electo intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
Ingresó al recinto con el antecedente de ser ex subsecretaria de Relaciones Institucionales y ex secretaria de Desarrollo Productivo del municipio de Moreno, donde su esposo, Walter Festa, fue jefe comunal entre 2015 y 2019.
Uhrig venía de sufrir una dura derrota en territorio. El entonces jefe comunal había caído meses atrás en las PASO ante Mariel Fernández, la actual mandamás de Moreno. Un golpe tan duro del que ninguno se pudo recuperar.
En ese entonces, Festa hizo lo imposible para intentar desactivar la lista que encabezaba Fernández. Al punto de que habilitó otras nóminas de su riñón para intentar restarle poder a la dirigente del Movimiento Evita. Pero su estrategia no dio frutos y perdió la interna sumando solo el 18 por ciento de los votos a su favor.
Uhrig no se dio por vencida. Y en 2021 se presentó como candidata a concejal el año pasado a través de un partido vecinal ya que el Frente de Todos no abrió internas y apenas pasó el corte de las primarias con un 2,5 por ciento de los votos. Finalmente, no ingresó.
Algo que, según se dio a conocer en las últimas horas, tampoco se le dio en su intención de acceder a la casa más famosa del país. Sucede que la ex diputada y ex funcionaria de Moreno se anotó para ingresar a Gran Hermano, realizó el casting pertinente y tampoco pudo pasar el corte.
Uhrig, quien actualmente se desempeña en el gabinete de presidencia del Instituto de Previsión Social bonaerense, realizó un video de presentación en el que aseguró que “me encanta trabajar en lo social, lo hice en la gestión de Walter y hoy lo sigo haciendo, con muchos menos recursos, pero trato de hacer lo que está a mi alcance”.
Y agregó: “Me encanta entrenar, hago musculación, trato de cuidarme con las comidas y empecé hace poco a jugar al tenis”,. Sobre su gusto por la cocina, se sinceró: “Es una de las cosas que es como mi cable a tierra”.
A modo de mostrarle a quienes decidirán un lugar en el reality show, afirmó que tiene “una familia hermosa” y además su costado religioso: “Creo mucho en Dios y me encantaría entrar a la casa de Gran Hermano”. Por último, mostró un poco más sobre sus gustos: “Hago uñas esculpidas, despeja mi cabeza un montón”. De esta manera, presentó su solicitud con la esperanza de poder ser elegida y cumplir su sueño postergado desde los 17 años.
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