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Una empresa rosarina es pionera en exportar a Angola

Por Santiago Baraldi.-  Hace 12 años que la panificadora La Cumbre vende productos al país africano, que ahora se puso de moda.


Para Graciela de Alabarce hablar de negocios con Angola no es ninguna novedad. Hace 12 que exporta productos a ese país africano, que se puso de “moda” a raíz del viaje que la presidenta Cristina Fernández realizó la semana pasada con el objetivo de abrirle oportunidades de negocios al empresariado argentino. Alabarce es la directora comercial del establecimiento de panificación La Cumbre, una empresa rosarina que no sólo envía parte de su producción al África, sino también a Estados Unidos y Chile. Durante 2011, La Cumbre vendió más de 5 millones de paquetes de galletitas fortificadas a Angola.

“Me impactó mucho la imagen de la presidenta en Angola. Me ha tocado estar con ella en Moscú, Panamá o Guatemala, donde uno iba a misiones comerciales y la esperaban embajadores o Cancillería y ver esta imagen de (Guillermo) Moreno diciéndole al oído a la presidenta si habíamos llevado vacas o vinos; no es lo que Argentina necesita para salir al mundo a exportar”, señaló la empresaria, que a su vez es vicepresidenta de la Organización Argentina de Mujeres Empresarias (Oame). Alabarce había sido invitada hace un mes, a la primera misión que encabezó el secretario de Comercio Moreno, pero después la llamaron para avisarle que “era sólo para hombres”; y de esta última expedición a Angola no le interesó participar.

“Los empresarios necesitamos un marco para tener previsibilidad en los negocios. Hoy estamos en el momento más álgido de la situación, aun peor que cuando fue la 125”, describió.

—¿Cómo evaluó la misión argentina a Angola, teniendo en cuanta que hace doce años que exporta allí?

—Ahora que todos descubrieron Angola, queremos decir que nosotros exportamos con mucho respeto, conociendo a dónde vamos. La primera barrera que nos tocó derribar en 2000, cuando nos comenzamos a abrir a otros mercados, fue justamente el incumplimiento, muchas veces, del exportador argentino; por eso la imagen que uno da como país, como empresario, tiene que ser seria. Para nosotros es importante haber desarrollado el mercado de Angola, que es de un volumen muy importante; de habernos consolidado en Chile y en Estados Unidos. Tenemos mucho respeto por la exportación, se ponen en movimiento engranajes que generan muchos puestos de trabajos directos e indirectos, y lo hemos hecho en silencio, de manera ordenada, y con respeto, como hay que ir a atender los mercados externos e internos.

—¿La invitaron a participar de la última misión a Angola?

—Me pasó un hecho muy particular: hace un mes y medio, cuando se hizo la primera misión, me invitaron pero no pude viajar… por ser mujer. Fueron sólo hombres. Igual, nosotros ya tenemos nuestros productos allá, en nuestro caso era más que nada afianzar los lazos que buscar clientes; pero una semana antes me avisaron de que mujeres no podían viajar, nos pareció un acto discriminatorio. En esta última no pudimos y no quisimos estar porque no nos pareció el marco adecuado para presentarnos después de estar más de diez años exportando.

—¿Participó de otras misiones comerciales con la presidenta?

—Me impactó mucho la imagen de la presidenta en Angola. Me ha tocado estar con ella en Moscú, Panamá o Guatemala, donde uno iba a misiones comerciales y la esperaban embajadores o cancillería, y ver esta imagen de Moreno diciéndole al oído a la presidenta si habíamos llevado vacas o vinos… no es lo que Argentina necesita para exportar. Soy partidaria de una balanza comercial positiva en función de que exportemos más y no de que no exportemos nada. Todo parte de un sinceramiento de la economía y de la información, y necesitamos saber claramente cómo están las cuentas hoy en la Argentina y cuál es el respaldo que el país tiene después de haber utilizado dinero de distintos financiamientos como la Ansés o el Banco Central, con qué vamos a respaldar esta nueva situación que se presenta a nivel de balanza comercial. No podemos tener 30 mil autos parados en el puerto. En nuestro caso, tenemos una máquina en la Aduana y nos está costando mucho sacarla y no porque no tengamos balanza a favor…

—¿Qué producto del establecimiento La Cumbre exportan a Angola?

—Angola compra dos tipos de galletitas: las fortificadas para las escuelas, y otras de consumo masivo. La verdad es que fueron productos que han tenido buen suceso y ahora que se han sumado líneas de supermercado vamos a enviar productos para góndola. Las galletitas fortificadas las desarrollamos primero para el mercado interno argentino: le vendemos a una empresa que abastece a cinco provincias para el programa de desayuno y merienda escolar. Es una galletita fortificada con siete vitaminas y dos minerales, que el chico en edad escolar tiene la posibilidad de incorporar, para la ingesta diaria, hasta el 40 por ciento del requerimiento en vitaminas y minerales. Hemos desarrollado este producto, se ha presentado ante el World Fruit Program de Naciones Unidas, es decir, nuestra empresa está registrada ante la ONU para este tipo de programas; esos son caminos superadores dentro de la elaboración industrial para tener productos que puedan ayudar a una mejor calidad de vida, en este caso orientado a la nutrición infantil.

—¿Cómo ve la situación económica en la pequeña y mediana empresa?

—Hay que tener un criterio de cómo no lesionar la producción local, que depende todavía del ingreso de insumos importados. En el caso de La Cumbre, afortunadamente nuestros insumos son todos de la región. Pero hay quienes dependen de un insumo importado, que es primordial para su actividad y que hoy no se produce en la Argentina y está teniendo problemas para importar. Hay que tener cuidado cuando se anuncia poner una barrera a los productos que ingresan al país, ¿qué va a pasar con los que venimos exportando? Quienes manejamos el tema de comercio exterior hace más de 20 años, sabemos que las respuestas son inmediatas. Para las Pymes que tienen una gran historia importadora hoy están pasando una situación muy difícil porque se ha hecho muy complicado el ingreso de insumos importados al país. Por otro lado, participo de las paritarias con los sindicatos y debo destacar que el sindicato con el que conversamos, el de Confiteros y Pasteleros, es serio, muy coherente, con buen diálogo; pero ahora vemos que la posibilidad de un 30 por ciento de aumento, como ha sido en otros años, pone en riesgo la continuidad de muchas empresas pequeñas y medianas. Es un síntoma de preocupación, la caída de la actividad el mes pasado y en este es notoria. En realidad, la desaceleración viene desde octubre.

—¿Cree que es preocupante la realidad económica para el sector?

—Hoy no está todo bien, hay temas muy serios por solucionar. La actividad empresaria está ante un nuevo escenario: de un día para el otro el que importa no puede ser exportador y el que tiene que usar dólares para su actividad comercial los necesita y no puede comprar cuando manifiesta tener capacidad financiera para hacerlo. Está bien que los empresarios argentinos venimos de distintos escenarios, pero necesitamos un marco de previsibilidad en los negocios. Hoy estamos en el momento más álgido de la situación, aun peor que cuando fue la 125.

—Usted ha estado con la presidenta, ¿qué le recomendaría?

—La considero una mujer muy inteligente y que está actuando con mucha voluntad para que Argentina tenga un proceso de inclusión. A mí me gustaría que se rodeara de actores reales de la economía, que tuviera un equipo económico junto a ella, en el que uno vea que hay más de tres personas decidiendo los destinos del país. Todo pasa por que la gestión sea más consensuada y no tan frontal, porque los problemas son serios hoy y pueden serlo más si no se toman medidas adecuadas. Necesitamos más consenso y no de manera cerrada, con muy pocos actores alrededor de ella.

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