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Una de piratas absurda, ingeniosa e irreverente

“Our Flag Means Death”, de Taika Waititi, realizador de “Jojo Rabbit”, propone una parodia donde un aristócrata inglés se convierte en pirata para desafiar sus privilegios de clase y encontrar estímulos en aventuras que desconoce y que hasta lo harán toparse con el sanguinario Barbanegra


Especial para El Ciudadano

HBO Max, la plataforma de streaming que incluye material de los canales premiun de HBO y de Warner en general, estrenó recientemente (el 3 de marzo), como parte de sus producciones originales, la serie Our Flag Means Death (Nuestra bandera significa muerte, en castellano).

Si bien la cabeza del proyecto es el estadounidense David Jenkins (People of Earth), se ha elegido difundir y promocionar el proyecto amparándose más específicamente en el ya renombrado realizador neozelandés Taika Waitiki (What We do in the Shadows, Jojo Rabbit), quien oficia como productor, director de algunos episodios y coprotagonista.

La decisión, sin embargo, no es caprichosa, la serie destila ese mismo humor con que Waitiki reinventaba a los vampiros para, en este caso, dar una visión absurda, caústica e irreverente de la piratería en el siglo XVIII. Su sello ya reconocible en el humor disparatado está más que presente.

La serie se lanzó con los tres primeros episodios estrenados en conjunto, y se irán sumando los restantes semanalmente hasta llegar a los diez que componen esta primera temporada. Este no deja de ser un tema interesante. Tal política, hasta ahora inamovible, no es una decisión secundaria. A diferencia de la plataforma Netflix que estrena las series completas en un solo día, otras como HBO y Apple TV+ siguen apostando a esa lógica dilatada y dosificada que exige, para quien esté dispuesto a seguirlas en ese tiempo, la espera del siguiente episodio, y allí la consecuente postergación de una satisfacción inmediata del deseo suscitado por cada cierre.

Si no es menor tal iniciativa, es porque quizás el concepto de las series tiene que ver específicamente con ese punto: el de verse obligado a “esperar” para satisfacer el deseo generado por el capítulo visto y su “gancho” final. Entregarlas completas, de un solo golpe, en cierto sentido, atenta contra su propósito (contra el propósito de una serie como tal), pero claro, abona el terreno de la inmediatez, la obsolescencia y el reemplazo inmediato, o lo que es lo mismo, la vertiginosa lógica del consumo. Pero este, claro, es otro tema que excede a la serie en cuestión.

Basada en hechos y personajes históricos

Aunque al verla resulte increíble y en cierto modo, por qué no, irrelevante, Our Flag Means Death, está basada en hechos y personajes históricos “reales”. Pero no hay aquí la intención, bajo ningún punto de vista, de reconstruir un hecho histórico, como si tal cosa fuese posible, sino, en cambio, partir de él para desarmar sus múltiples aristas desde la parodia exacerbada.

Así es que el señor Bonnet (Rhys Darby), el delirante “pirata gentil”, existió, como también existió el temido capitán Barbanegra (el mismo Taika Waikiki), pero en la propuesta de Jenkins y el neozelandés tal cosa pasa a un segundo plano y se torna, incluso, irrisoria. No se trata aquí de constatar o de ilustrar aquello acaecido, sino de servirse de esos personajes tan singulares para dinamitar el género histórico con una feliz irreverencia satírica que ya no es tan frecuente.

El foco del relato es la singular figura de Stede Bonnet, un aristócrata inglés que en 1717, aparentemente harto de su vida mediocre, toma la determinación de abandonar sus privilegios de clase y convertirse en un pirata para encontrar algún tipo de estímulo en aventuras que, desde ya, desconoce plenamente.

Convertido en el capitán de una tripulación memorable de “queribles” rufianes sanguinarios, Bonnet descubrirá que sus fantasías sobre esa aventura nada tenían que ver con la realidad. El señorito inglés partirá al mar sobre la base de un imaginario romántico forjado en sus privilegios de clase, y es en esa brecha, tan propicia para el paso de comedia, donde la dupla Jenkis/Waikiki enarbola con eficiencia esta sátira irreverente que se desentiende de la historia fosilizada de manual para dar rienda suelta a miradas ácidas sobre la masculinidad, el colonialismo, el mercantilismo y el imperialismo en la Europa del siglo XVIII.

Quien haya visto What We do in the Shadows, puede imaginarse el tono del humor disparatado que propone Our Flag Means Death. No es que esta, como aquella (la película y la serie) esté planteada también con el formato de falso documental, sino que igualmente retoma una idea de sátira absurda, ingeniosa e irreverente. En este caso, una sátira que juega tanto con los estereotipos del cine de piratas como con la coyuntura de su referente histórico.

Un pirata que no tolera ni la violencia ni la sangre

Cuidada en su producción, Our Flag Means Death despliega, en la brevedad de cada episodio (25 minutos, como corresponde en general a las comedias), un mundo de personajes que funcionan casi de manera coral, acumulando detalles y situaciones delirantes y siempre insospechadas por fuera de lugar. Cada integrante de la estrafalaria tripulación gana protagonismo alternativamente, poniendo el eje en el choque entre la brutalidad de esos desclasados y la absurda fantasía del capitán “gentil”, que sueña con ser un gran pirata pero que no tolera la violencia ni la sangre.

En estos tres primeros episodios se ha desarrollado más de una escena memorable, como aquella, entre muchas, en la que los piratas deben cocer hacendosamente una bandera para proponer el estandarte que los identifique. Una escena paradigmática que, con ese tono juguetón y disparatado como el que campea en general, remite gratificantemente al humor de los legendarios Monty Python, con las distancias y diferencias evidentes, claro.

Si bien el formato paródico parece proponerse en primera instancia como una estructura algo fragmentaria y acumulativa, como una simple suma de situaciones absurdas y de gags cómicos, la serie va apuntando rápidamente a una construcción incluso más sólida narrativamente.

Con el correr de los breves primeros episodios, mientras se va presentando a los personajes y su vida diaria en el barco, el horizonte narrativo se dirige hacia el esperado encuentro entre Bonnet, el “caballero pirata”, y el legendario Barbanegra. Un encuentro que, históricamente, tuvo lugar, y que desató una serie de acontecimientos que terminaron con la condena a muerte de Stede Bonnet por actos de piratería.

Habrá que ver que hace Our Flag Means Death con todo eso, pero de seguro, la supuesta fidelidad de la reconstrucción histórica aquí no tiene importancia. Este “caballero pirata” no es el de los libros de historia, es otro que, patético y tierno a la vez, se contenta con que el único botín de un saqueo pirata sea una maceta con una plantita medio seca, porque dispuesta discretamente en la mesa de su sala, “llena el espacio”.

Our Flag Means Death / HBO Max / 1era. Temporada

Creación: David Jenkins

Dirección: Nacho Vigalondo, Taika Waititi

Intérpretes: Rhys Darby, Eden Grace Redfield, Ewen Bremne

 

 

 

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