Espectáculos

Clínica “musical” decididamente rítmica

Hugh Laurie mostró su pasión por la música en un cálido concierto que ofreció en Metropolitano, acompañado por un cuarteto de experimentados multiinstrumentistas de jazz, blues y dixieland. Un show rico musicalmente que mostró la otra cara de Dr House.


Hugh Laurie cantó las canciones de ""Let Them Talk" y versionó algunas otras conocidas. Foto Gustavo Villoldo.

Por Juan Aguzzi

El británico Hugh Laurie, protagonista de la serie “Dr. House”, presentó anoche en el Metropolitano “Let Them Talk”, un álbum que refleja su afinidad con el blues acompañado de una banda de gran nivel y experimentada en las lides del género, sobre todo en el oriundo del sur estadounidense. Al mismo tiempo que puso en evidencia su popularidad haciendo guiños al público, Laurie ofreció pruebas de un acercamiento honesto al blues sureño, caracterizado por la preeminencia del piano, que tocó Laurie mucho mejor que la guitarra rítmica a la que se le animó aclarando previamente que él no es guitarrista. El músico y actor, vestido de jeans y camisa del oeste norteamericano, de esas con flores en la pechera, fue un correcto anfitrión y explicó quién había hecho y tocado cada uno de los temas que se escucharon. La escudería de sesionistas llamada The Copper Botton Band la conformaron una primera guitarra a cargo de Kevin Breit, que también tocó maravillosamente el banjo; un saxofonista, clarinetista y armoniquista negro llamado Vincent Henry, que si no fuera por su atildado traje gris parecía salido de una casucha algodonera al lado de un pantano en New Orleans; un tecladista que también se valió de un acordeón cuando la ocasión lo requería que respondía al nombre de Kevin Warren; un virtuoso contrabajista al que agradeció algunos arreglos, David Piltch, y Jay Bellerose (batería), un baterista que hizo gala de su instrumento extrayéndole bríos cuando algún tema country lo pedía. Así, el repertorio que sonó tenía la marca de Nueva Orleans o Louisianna, y los compositores fueron desde Louis Amstrong, Memphis Slim y Proffesor Longhair a Jelly Roll Morton, y el blues tuvo casi un papel preponderante en un repertorio que además se nutrió de algunos rock and rolls primitivos, algo de gospel y country-blues, todo increíblemente rítmico y contagioso. Enfáticos, con gracia y sutileza sonaron el bellísimo “Unchain my Heart”, el movedizo “Yeh Yeh”, y los encantadores “Wild Honey” y “Tipitina”. Una puesta con veladores y una araña colgando dieron un marco de intimidad a una puesta que remitía a un escenario de pub o a un gran living doméstico. Con la única salvedad del “gracias” que fue lo único que dijo en castellano, el actor y cantante habló mucho en un inglés bastante digerible y en un momento, con una bandeja en la mano que tenían unas copitas de whisky encima, lamentó no tener más para convidar a un público compuesto fundamentalmente por mujeres que no cesaban de gritar “I love you” para recibir el atento “Me too”, que lanzaba entre risitas Laurie. Luego cantó un par de temas con el guitarrista y el contrabajo, un carismático trío de cuerdas, que hizo sus proezas rítmicas mientras Laurie se mostraba admirado y haciendo caras, lo que fue una constante de toda la noche, y casi como una continuidad de Dr. House (el médico de la ficción que en realidad parece ser la verdadera cara de Laurie), un campeón haciendo tics y gesticulando. Sobre el final vendrían temas más tranquilos como “Let Them Talk”, que da nombre al primer disco, para luego arremeter con una especie de rock steady llamado “Green Green Rocky Road” que elevó la temperatura nuevamente, en todo caso, la sostuvo, ya que el concierto tuvo un alto nivel musical y un formato elegante y efectivo en la recreación de un repertorio que se escuchó ejecutado desde las ganas y la creatividad. Seguramente los  rosarinos presentes gozaron de ese “consultorio” musical.

“Yo ví a House”

Fotos de Gustavo Villoldo

Por Patricia Dibert

Finalmente las fans pudieron verlo en directo. Hugh Laurie el actor que personificó a Dr. House durante ocho temporadas trajo su faceta musical y bluesera a Metropolitano.

Una concurrencia ávida de escucharlo, lo seguía con cámaras de fotos y celulares grabando las canciones. El músico mostró su mejor humor.

Cuando las luces se apagaron, el actor se paró frente al micrófono del centro y comenzó a hablar en perfecto castellano, pero después de saludar, la voz expresó que en realidad era Salvador Delgado, el actor que lo dobló durante ocho temporadas televisivas, y que ahora ofrecía sus servicios ante el final de la serie Dr. House. El clima del concierto estaba declarado.

Hugh dialogó con el público siempre en inglés, algunas mujeres le gritaban su amor, y las cámaras de fotos siguieron en alto, todo el concierto, dificultando la mirada de las filas traseras.

La puesta acompañó en la comunicación, un telón pesado de terciopelo dibujaba la escena a la manera de un teatro. Una araña de finas lámparas en el centro de la escena, cinco lámparas de pié y de mesa encendidas todo el tiempo, ubicadas entre los cinco músicos, y los instrumentos ornamentados con cintas y fajas multicolores.

El inglés salió para los bises con una camiseta de la selección argentina, con el número 10 y su nombre en la espalda. Los accesorios de la escena fueron cuidadosamente elegidos, como tres banderas colocadas sobre el piano, una mayor de Argentina, y las otras más pequeñas de Estados Unidos e Inglaterra.

Laurie dejó casi dos horas de excelentes canciones, acompañado por experimentados músicos que tocaron toda clase de instrumentos, desde armónicas, banjo y  acordeón.

Si bien no habrá nuevos capítulos del médico preferido de muchos, queda claro que la faceta musical le va de maravillas, y que vendrán nuevos desafíos para este actor, convertido definitivamente en músico.

 

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