El seleccionado argentino sufre la falta de gol como pocos en las Eliminatorias pero sus delanteros hicieron los goles que faltaron en la última doble fecha contra Uruguay (0-0) y Venezuela (1-1), que lo dejaron en zona de repechaje.
La efectividad de Lionel Messi en el Camp Nou y los abrazos con el uruguayo Luis Suárez, que se repitieron tras los tres gritos del rosarino, están lejos de equipararse cada vez que viste la camiseta albiceleste por múltiples motivos: la ausencia de un socio, de un asistidor y de un conductor.
El mejor ejemplo se observó contra Espanyol, ya que el croata Rakitic ocupó su lugar en la cancha que él debe tomar en el representativo nacional, detrás de la mitad del campo, y lo buscó ya cerca de la zona de peligro para el arco rival, donde más pesa y donde más hace sentir su categoría. Además, la cara de alegría y diversión también contrasta con su gesto adusto con la 10 de Argentina y esa capitanía que pesa como una mochila de piedras.
Y esta película se repite en todas las ligas europeas, en las que Paulo Dybala, quien prácticamente no tocó la pelota contra Uruguay y Venezuela, al punto que salió reemplazado en ambos cotejos, tuvo apenas 30 minutos con Juventus y dejó su marca contra Chievo.
Otro que acompañó en el éxito del hexacampeón italiano con un golazo fue Gonzalo Higuaín, quien recientemente quedó afuera de la convocatoria, pero seguramente regresará luego de la magra cosecha en el debut oficial de Jorge Sampaoli.
Además, Sergio Agüero marcó otro récord personal en Manchester City, al convertirse en el máximo goleador no europeo de la Premier League de Inglaterra durante la aplastante victoria 5-0 contra Liverpool.
De hecho, el ex Independiente ni siquiera sumó minutos, vio las magras presentaciones nacionales desde el banco de suplentes y el seleccionador optó hasta por el debutante Darío Benedetto a la hora de mandar un delantero a la cancha, por encima de sus 124 tantos en el fútbol inglés y los 33 gritos en la mayor.
