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Resistente a sequía y glufosinato

Una buena y otra mala para el trigo transgénico argentino HB4: aval en EE.UU. y revés local

Juez de Mar del Plata prohibió cautelarmente su cultivo en la provincia de Buenos Aires, mientras que el desarrollo del Conicet que comercializa Bioceres dio un paso trascendente para su aprobación en el gran mercado estadounidense


El trigo transgénico HB4, un desarrollo argentino del Conicet y la biotecnológica Bioceres, sumó los últimos días una buena y otra mala noticia. La última, en la Justicia de Mar del Plata, a partir de una resolución que prohíbe temporalmente su uso y liberación en la provincia de Buenos Aires a partir de una presentación colectiva firmada por productores de establecimientos agroecológicos, organizaciones socioambientales y pueblos indígenas. La novedad favorable llega de Estados Unidos: la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) concluyó positivamente una revisión del cultivo resistente a la sequía, un paso clave aunque no definitivo para la comercialización en la potencia del norte que sigue el camino de las aprobaciones en Brasil, Australia y Nueva Zelanda.

La adversidad judicial local emanó del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 2 de Mar del Plata, que respondió a la demanda colectiva con una cautelar. La prohibición, válida para territorio bonaerense y provisoria, es según el texto hasta que se conforme la Comisión de Biotecnología y Bioseguridad Agropecuaria. A ese organismo le corresponde elaborar un informe sobre la introducción y liberación del transgénico y sus efectos en los recursos naturales, la salud, la producción y la comercialización.

 

Cultivo y agroquímico asociado

La decisión del magistrado Néstor Adrián Salas ratifica que aunque el Estado nacional tiene autoridad para aprobar la comercialización de transgénicos y agrotóxicos, como el HB4, son las provincias las que mantienen la potestad para su liberación efectiva en los territorios bajo su jurisdicción, porque detentan el dominio sobre los recursos naturales.

El juez argumentó que la liberación del primer trigo transgénico aprobado en el mundo podría generar un “daño grave e irreversible” en el ambiente y la salud humana. Eso, tanto por el cultivo en sí como por los agroquímicos asociados, como el glufosinato de amonio en el HB4.

Respecto de la semilla modificada, la resolución de Salas señala que “si se libera el material en territorio bonaerense, siendo este el primer evento genético que se aplicará a la semilla de trigo, podrá importar el cruzamiento del material con trigo no modificado genéticamente de forma irreversible”. El juez fundamentó su decisión en varios documentos, entre ellos uno de la Comisión Nacional de Biotecnología (Conabia) que expone “la potencial transferencia horizontal o intercambio de genes” entre el trigo transgénico y las demás semillas.

Visto bueno en el norte

 

Tras cinco años de evaluación, la FDA aprobó el trigo HB4 que comercializa el Grupo Bioceres, un paso clave aunque no definitivo para la comercialización en ese país: falta todavía el aval del Departamento de Agricultura (USDA).

Bioceres, en un comunicado, destacó que es la primera vez que la FDA concluye favorablemente la evaluación de un desarrollo argentino de este tipo. Llevó tiempo: el pedido había sido iniciado en 2018. El paso favorable en Estados Unidos sucede a la aprobación por parte de China, en mayo último.

“La FDA llegó a la conclusión de que no tiene más preguntas sobre la seguridad de trigo HB4, y que no plantea cuestiones que requerirían una revisión previa a la comercialización o aprobación de la FDA”, celebró la biotecnológica argentina en su comunicado.

Las perpectivas económicas son altas en un contexto de alta demanda global de trigo a causa de la crisis desatada por la guerra entre Rusia y Ucrania y el cierre de exportaciones de la India, el segundo productor mundial.

La FDA ya dio el visto bueno respecto de la seguridad como alimento del trigo HB4 ante de su ingreso al mercado. Resta que la USDA haga lo propio enrelación al riesgo de daño de las semillas transgénicas a otras plantas.

 

La discordia: un herbicida más potente que el glifosato

 

La tecnología HB4 se basa en modificar genéticamente las semillas de trigo y soja con genes de girasol para que expresen resistencia a la sequía y a la salinidad, pero también al glufosinato de amonio. Quienes están  fvor del desarrollo sostienen que la resistencia al herbicida oficia sólo como un “marcador” para seleccionar las semillas que, efectivamente, adquirieron las propiedades buscadas y desechar el resto. Aseguran que no es una cualidad agregada para cultivo con el agrotóxico.

El proceso de modificación genética de las plantas es complejo y, además, ineficiente en el sentido de que la proporción de semillas tratadas que expresan el gen buscado es muy baja. Para separar las exitosas de las otras, entonces, se usa un químico que desecha (destruye) las fallidas. En el caso del HB4, el glufosinato de amonio. Los desarroladores argumentan que la resistencia al herbicida es apenas una propiedad seleccionadora.

Sin embargo, el argumento choca contra lo que dicen documentos de la comercializadora del trigo en cuestión, la biotecnológica argentina Bioceres, que promocionó la propiedad de resistencia al glufosinato como un valor agregado al de resistencia a la sequía.

Publicaciones específicas citan como ejemplo una presentación en 2018 en Pergamino, durante una jornada organizada por Trigall Genetics. Allí, el gerente de productos y tecnologías de Indear (la empresa de I+D del grupo Bioceres), Matías Ruffo, decía: “En los ensayos los productores destacaron el mayor número y tamaño de espigas del trigo HB4 y el excelente control de malezas, con lo cual se pudieron apreciar claramente los atributos de la tecnología HB4, que son la tolerancia a sequía y al herbicida Prominens –que incluye glufosinato de amonio–”. Y agregó que eso es aún más importante en un contexto en el que, por su elevado uso, crece la resistencia de malezas a herbicidas como el glifosato.

A tono con esa publicidad, un año después y en una nota con Infocampo, Francisco Ayala, gerente de Producto de Bioceres, señalaba que “un plus que tiene esta tecnología es la posibilidad de incorporar un nuevo herbicida selectivo para trigo HB4 para el control de gramíneas y latifoliadas”, porque “el control de las malezas gramíneas se está volviendo un problema serio”.

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