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SERIES / BALANCE

Un western fantástico, terror sobrenatural de alto nivel y espías caídos en desgracia: los temas de lo mejor que pudo verse en 2022

“Tierra de nadie”, “La hora del diable”, “Slow Horses” y “El viejo” fueron cuatro propuestas destacadas en el universo del streaming durante el año que termina, donde hubo una gran oferta con tópicos demasiado desgastados


"The Old Man", espías con pasado tenebroso

Especial para “El Ciudadano”

Llegado a este punto del año, como resulta habitual, se torna en cierto modo una exigencia realizar una suerte de balance o cuanto menos proponer un panorama general de lo sucedido en el universo del streaming. ¿Qué pasó de destacable, en términos generales? ¿Cómo se reconfiguró, si lo hizo, tras el auge pandémico la producción y el consumo? ¿Qué fue lo mejor, qué lo peor? Todas, por cierto, preguntas de difícil respuesta, dado principalmente el abultado volumen de series presentadas por las distintas plataformas a lo largo del año y la consecuente imposibilidad de abarcarlo sin caer en estadísticas reduccionistas y rankings arbitrarios.

Sin embargo, por lo pronto, se puede cuanto menos echar una mirada parcial sobre el fenómeno y sus derivas, en estos momentos en que todo el campo audiovisual sigue gestionando su mudanza de las salas a las plataformas de streaming.

En cierta forma la cantidad de estrenos y regresos parece haberse mantenido, afirmando cuantitativamente (y no cualitativamente, claro) a las cadenas líderes en sus puestos: Netflix, Amazon y Disney, con alguna que otra producción costosa pero, como es habitual, carente de ideas. Sí, por el contrario, pudo percibirse una retracción en otras cadenas importantes que configuraban una destacable alternativa de personalidad y originalidad en sus propuestas, como Apple y HBO. En estos últimos casos la falta se hizo notar marcadamente.

Pocas fueron las jugadas que despegaron de una media perezosa asentada en fórmulas ya extenuadas, y apenas si algún que otro proyecto logró esbozar rasgos de originalidad y riesgo. Allí donde hasta hace poco tiempo se podía poner la mirada para encontrar alternativas distintivas y estimulantes, a lo largo de este año no sólo la cantidad se redujo, sino también ese carácter distintivo. El panorama, por cierto, en este aspecto, no se ha mostrado alentador.

“Tierra de nadie”, un western apocalíptico

 

Un reciclaje de operaciones efectivas

Es allí, en ese último punto, donde tal vez pueda focalizarse el fenómeno de las series en este difícil (en muchos aspectos) 2022 que ya termina. No es nada nuevo, claro. Y de cierta manera no es sino lo que históricamente ha marcado los derroteros del espectáculo audiovisual, pero que quizás parece acrecentarse dramáticamente por las características del vertiginoso consumo vía streaming. Se trata de una cierta homogeneización, de una repetición incansable de mecanismos narrativos y lugares comunes tomados como punto de partida para establecer productos de consumo fácil y descomprometido.

El gran magma de series, más allá de las características de cada plataforma, se ha presentado como una gran máquina de reciclaje de operaciones efectivas. Desde ya que esto no es nada nuevo, pero puede pensarse que se acrecienta dadas las formas actuales de consumo audiovisual, donde se torna una exigencia el acopio maratónico de relatos seriales. Se trata, en gran medida, de terminar uno para seguir con otro. Y así hasta el infinito. Inmediatez y obsolescencia son las reglas de este juego algo perverso.

No es que no haya habido nada rescatable, desde ya, pero sí se ha hecho notar finalmente esa extraño nivel plano que deja a todo en el mismo terreno llano, sin picos ni aristas, sin accidentes ni aventuras de descubrimiento. Los universos ya conocidos se expanden, El señor de los anillos, Marvel, Juego de Tronos y Stars Wars, por ejemplo, apelando incansablemente a una innecesaria ramificación de tramas ya agotadas. Por otro lado, el fenómeno del “true crime” apuntaló como nunca esa obscena fascinación por los criminales puestos en el rango de estrellas o de héroes, como en la escabrosa Dahmer.

El fantástico que acentúa el misterio hasta el absurdo sigue impiadosamente su debacle con propuestas fáciles y pretenciosas, con 1899 a la cabeza. Biopics innecesarias. Thrillers con sus hilos desgastados puestos a la intemperie (gran parte de la producción del año). Intolerable cinismo de ricachones como en The White Lotus. Corrección política vaciada de sustento. Tim Burton siguiendo ya su línea lavada y estableciendo el último éxito masivo del año, y poco más que eso, en términos muy generales.

“La hora del diablo”, terror sobrenatural de efectiva intriga

 

Lo destacable apareció esporádicamente

Lo destacable, por su parte, se ha hecho notar esporádicamente. Podrían señalarse algunas, arbitrariamente. Outer Range, notable aproximación al western y al fantástico de Brian Watkins para Amazon, de lo más bello y oscuro de este año, con aires quizás de aquella entrañable The Leftovers. Las británicas The Devil’s Hour y Slow Horses, la primera jugando impiadosamente con el terror y la segunda con las desventuras de unos espías caídos en desgracia. The Old Man, de FX, con unos veteranos Jeff Bridges y John Lithgow inmersos en un complejo thriller otoñal de aires trágicos.

Severance, de Apple, para quien guste de esos sofisticados e ingeniosos juegos como los que proponían hace años Spike Jones y Michel Gondry. Y la lista seguiría, claro, haciendo un poco de memoria para desmadejar esa inmensa maraña de medianía que fue este 2022 para las series.

Por lo pronto, si hubo realmente un acontecimiento, ese fue, sin lugar a dudas, la despedida definitiva de la maravillosa Better Call Saul, tal vez la última sobreviviente de lo que fueron buenos momentos para el mundo de las series. Pero de esto ya hemos “hablado” bastante a su debido tiempo.

Cabe desear y esperar entonces un mejor 2023, y no sólo en lo relacionado a las series, claro, que no dejan de configurar un fenómeno secundario, sino en otros aspectos urgentes y realmente imprescindibles que nos afectan a todxs.

“Slow Horses”, otra de espías que quita el aliento

 

 

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