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Un tesoro ecológico único está en peligro en Tierra del Fuego

Una investigación global identificó que la desconocida península Mitre, en el sudeste de la Isla Grande almacena más de tres años de emisiones de dióxido de carbono de toda la Argentina


CLT

Una investigación global identificó que la península Mitre, en Tierra del Fuego, almacena el equivalente a más de tres años de emisiones de dióxido de carbono de toda la Argentina, por la particularidad de su ecosistema compuesto mayormente por turberas.

Las turberas almacenan en el mundo cerca del 30% del carbono de los suelos en tan solo un 3% de la superficie terrestre, el doble de lo almacenado por la biomasa vegetal. Además, albergan el 10% del agua dulce del planeta.

En la Argentina, el 95% de las turberas se encuentra en la provincia de Tierra del Fuego, concentradas en península Mitre, lo que evidencia la necesidad de conservar este territorio.

La sanción de una norma que le otorgue un marco legal de conservación a la península Mitre como Parque Provincial protegería ese valioso ecosistema y evitaría que el carbono almacenado en el suelo y la biomasa vegetal regresen a la atmósfera, aumentando así el efecto invernadero.

Hace más de 17 años que se busca la protección del área. Ante el actual escenario de crisis climática global, la captura de carbono es considerada una medida clave de mitigación frente al desborde de emisiones mundiales de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, los principales causantes del calentamiento global. La protección de la península tendrá repercusiones para todos los argentinos.

El secretario de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Rodolfo Iturraspe, explica: “En América del Sur, la concentración más importante de turberas extra tropicales son las que están ubicadas en Patagonia. En península Mitre se encuentra la principal concentración de turberas del país, con 2.400 kilómetros cuadrados de turba”.

El rol y el riesgo de las turberas

Las turberas son un tipo de humedal, que se caracteriza porque en ellas se produce y acumula progresivamente materia orgánica muerta llamada turba. La turba es materia orgánica semidescompuesta que proviene de plantas adaptadas a vivir en condiciones de saturación permanente de agua, baja presencia de oxígeno y escasa disponibilidad de nutrientes.

En ese ciclo, ese carbono que se fija en casi todas las plantas se descompone cuando la planta muere y el carbono vuelve a la atmósfera.

Las turberas cumplen una función importante en la regulación del ciclo de carbono. Son capaces de captar en forma indefinida el dióxido de carbono, transformándolo en materia orgánica. Y crecen indefinidamente.

Por eso, es muy importante el cuidado en el manejo de las turberas, porque en el caso de generar un desequilibrio, como ser drenarles toda el agua, la materia orgánica seca se descompone y cuando eso sucede, todo el material que se acumuló a lo largo de miles de años regresa a la atmósfera aumentando el efecto invernadero.

The Conservation Land Trust

Sin azul no hay verde

Frente a la actual crisis de extinción global y para atender la salud del planeta, en el 2017, la organización CLT (The Conservation Land Trust) lanzó el Programa de Conservación Marina “Sin Azul No Hay Verde” destinado a proteger el hábitat y las especies de las costas y del Mar Argentino. Desde entonces, en conjunto con el Foro para la Conservación del Mar Patagónico ha impulsado la creación de las primeras Áreas Marinas Protegidas aprobadas por ley en diciembre del 2018. Actualmente, está trabajando para prohibir la salmonicultura en la Argentina y para crear el Área Natural Protegida Península Mitre, extremo sudeste de Tierra del Fuego.

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