El Hincha

Éxito Botellero

Un salto de categoría: Fernando Moreyra y su ascenso con Deportivo Maipú a la Primera Nacional

El defensor rosarino fue una de las grandes figuras del conjunto mendocino que subió a la segunda divisional del fútbol argentino. “Logré el objetivo que me planteé cuando llegué al club”, afirmó el zaguero en charla con “El Hincha”, mientras espera definir en los próximos días su futuro


“Me genera una satisfacción total porque se logró el objetivo máximo que era ascender”, afirmó el rosarino. Foto: Juanjo Cavalcante

La próxima edición de la Primera Nacional tendrá un viejo conocido que hacía tiempo no estaba en la segunda categoría del fútbol argentino. Deportivo Maipú de Mendoza vuelve a la categoría luego de 30 años y uno de los grandes responsables de este ascenso que obtuvo el Botellero desde el Federal A es un representante rosarino: Fernando Moreyra.

Moreyra fue uno de los baluartes defensivos que tuvo el conjunto cuyano para lograr el ansiado salto de categoría tras la reanudación de la actividad por el parate a causa de la pandemia del coronavirus. Atravesaron la Zona Campeonato y tras el reducido terminaron logrando el ascenso con un triunfo 2-0 como local ante Deportivo Madryn.

De regreso a Rosario, el zaguero que pasó por Newell’s, Gimnasia de Jujuy, Tiro Federal, San Jorge, Kristianstads de Suecia y Sportivo Belgrano de San Francisco, charló con El Hincha sobre las claves de este éxito del Botellero, su actuación personal, y cómo fue entrenar y volver a jugar en tiempos de pandemia.

—¿Cuáles son las sensaciones después del logro conseguido?

—La primera es de satisfacción por cumplir el objetivo que nos habíamos puesto como grupo, una alegría inmensa porque creo que cosas así, como son un ascenso o un campeonato, no se consiguen todos los años. Lograrlo en tan poco tiempo me pone muy feliz.

—¿Qué puntos podemos marcar como claves para subir?

—Sin dudas que lo más importante fue que todos los que están trabajando en el club hicieron lo suyo, tanto nosotros los jugadores, como el cuerpo técnico, los dirigentes y los empleados siempre dieron lo mejor para el club y para que estemos cómodos. También fue clave que agarramos rápido la idea del técnico, se dieron los resultados y el equipo mostró que estaba a la altura para pelear el ascenso y por algo lo logramos. Fue fundamental el trabajo en conjunto que hubo desde el primer día.

—¿Estarás más que satisfecho por tu actuación personal?

—La verdad que sí. Desde que se reanudó la actividad por el parate de la pandemia, mi objetivo era ir a un club que pelee el ascenso y gracias a Dios se dio esta chance que me sedujo muchísimo. Desde el primer día que hablé con los dirigentes y que llegamos a un acuerdo, me planteé que demos el salto de categoría, no se hablaba de otra cosa. Ahora todo esto me genera una satisfacción total porque se logró el objetivo máximo que era ascender.

—¿Cómo fue lograr esto en tiempos de pandemia?

—Desde el principio fue muy raro. En mi caso, me fui el 20 de agosto a Mendoza y ahí tuve que estar catorce días aislado y entrenando solamente en el cuarto del hotel, algo que me costó muchísimo. Después entrené sólo hasta que se habilitó hacerlo en grupo, salir a correr, levantarse temprano y hacer una rutina parecida a la que estábamos acostumbrados antes, que es practicar de mañana, pero tampoco había gimnasios habilitados por lo que uno entrenaba como se podía. Fue un sacrificio enorme hasta que volvimos a trabajar en equipo y creo que ese sacrificio termina siendo clave para llegar bien a la reanudación de la actividad.

—La anormalidad de no poder disfrutarlo en la cancha con la familia y los hinchas.

—Eso es raro hasta el día de hoy en la vida cotidiana y en el fútbol más aún. Imagínate que nosotros no podíamos entrar al vestuario o compartir un mate con el compañero, algo a lo que estamos acostumbrados, ya que llegábamos una hora antes a los entrenamientos, cuando estaba todo normal, y charlábamos con mate de por medio. Cuando se arrancó y hoy todavía es estar 10 minutos antes, apenas saludarse con todos los protocolos de por medio y arrancar a entrenar. A nadie se le hizo fácil, pero a la larga te acostumbras y disfrutás que volviste al ruedo tras más de ocho meses parados. Fue acostumbrarse a lo “anormal” y el resultado está a la vista.

—Pensando en lo que viene, ¿cómo sigue tu carrera?

—Ahora disfrutando unos días de la familia en Rosario y la próxima semana veré que rumbo tomo. Me sentaré a charlar con Fede, mi representante (trabaja con FC Global Sports), para ver qué hacemos. Trato de no pensar mucho en eso y sí disfrutar de este momento con mi gente, que lo tuvieron que vivir desde lejos. Sé que vendrán cosas lindas así que por eso vivo este momento, a la espero de lo que se dé.

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