Ciudad

Un pingüino suelto en Rosario

Richard Stallman, el gran impulsor del software libre a nivel global, se reunió durante la mañana con el rector de la UNR, Darío Maiorana, y por la tarde llevó su prédica sobre GNU/Linux al intendente Lifschitz.

Por: Guillermo Correa

Primero defendió el proyecto frente al rector de la Universidad Nacional de Rosario, Darío Maiorana. Después, en la misma Sede de Gobierno de la UNR se plantó frente a periodistas, que literalmente lo bombardearon a preguntas. Apenas comenzada la tarde, café de por medio, fue el intendente Miguel Lifschitz el que lo escuchó. Y al salir –tras una nueva pulseada con la prensa, ahora en el Palacio de los Leones– el destino fue la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura, donde 600 personas colmaron el salón de actos de Pellegrini 250. Ante todos y cada uno, el visitante sostuvo el mismo discurso sin variar un ápice: se trata del programador estadounidense Richard Stallman y lo que desplegó en la cargada agenda de su primer día en Rosario fue una defensa sin grietas del software libre y del sistema operativo GNU/Linux, cuyo logo es un pingüino.

No hay diferencias para el fundador del Movimiento por el Software Libre si se trata de la Universidad o la administración pública de la ciudad, de periodistas, alumnos o usuarios: todos, Estado y personas, deben escapar del “control” del software privativo. Por ello, con la misma idea Stallman visitará hoy el Concejo, donde será recibido por su titular, Miguel Zamarini, y el centro municipal de distrito Antonio Berni.

Ayer, Stallman arrancó el día pidiendo al rector un esfuerzo para que todas las facultades de la UNR, y no solamente Ciencias Exactas, utilicen software libre tanto en la administración como para los alumnos. Pero el marco no pudo ser más amistoso: la entrevista, pactada para unos pocos minutos por compromisos de Maiorana, se transformó en un diálogo de casi tres cuartos de hora, donde programador y rector se indagaron mutuamente sobre el avance del software libre en el ámbito universitario.

Después sería el intendente: “¿Conoces los cuatro principios fundamentales del software libre?”, preguntó un distendido Stallman a un sonriente Lifschitz. Y recitó las cuatro “libertades” que sostiene el proyecto GNU/Linux –poder usar un programa con cualquier propósito, poder modificarlo a gusto para adaptarlo a cualquier necesidad, la libertad de poder copiarlo y distribuirlo para ayudar a otros, y la libertad de poder mejorarlo para beneficiar a la comunidad– a lo que el intendente respondió asintiendo, acaso respaldado por el proyecto “Munix”, que hace 15 años puso a Rosario en la vanguardia en esa área.

Y después fue a granel: sin hacer notar su cansancio, Stallman, que seguía enchufando su pequeña computadora en cada toma que tenía a mano, enfrentó a un auditorio lleno. Y de nuevo: “Las cuatro libertades fundamentales del software son…”

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