Es un escándalo, un Patón con los pies llenos de barro
Por Kurt Lutman
Doy vueltas en círculos juntando bártulos. Me apuro a preparar el bolso para subirme en un rato al bondi que me lleva a Las Parejas. Hoy me junto con su gente a charlar de fútbol mientras pienso en lo que pasó ayer.
Tengo la pulsión de escribir algo pero estoy lleno de imágenes mezcladas y sonidos. Pongo libros en el bolso con la esperanza de venderlos esta noche.
Paso frente a la computadora, me mando desodorante a bolilla y tiro palabras sueltas que se me arriman al marote.
Manos. Laburantxs. Frazadas. Barro. Desocupados. Abrazos. Lágrimas.
Siento que ahora sí se acomodan algunas en fila.
Ayer el Patón Guzman volvió a confirmar que ciertas magias sanan.
El tipo sabe que de las galeras se sacan conejos, palomas o si se le ocurre, un elefante. No importa el tamaño de la galera cuando uno cree en la magia.
Ayer junto a varias organizaciones y miles de personas se vivió una fiesta patria sin buscar que ese sea el objetivo.
El hermoso Club de barrio Mercadito Lux fue el escenario.
Frazadas, alimentos no perecederos, ropa y abrazos a montones. Los ex combatientes con su camión cargado de chocolatada para toda la gurisada.
La gente agarrada al alambrado sintiéndose cerca de “sus ídolos” cayendo en la trampa de sentirlos mejores y más grandes cuando en verdad todxs valemos uno y nadie (haya pisado el césped de cualquier cancha) es más que nadie.
El Patón nos convocó como un Sub comandante Marcos rockanrrolero que viene de México y se hunde en barrio Ludueña sur. (A mí me llegó la invitación en un papelito escrito en lápiz, hoja arrugada y en clave que dejaron bajo mi puerta).
Él sabe contra qué palo tiene que volar.
La cara de lxs pibitxs. El cuerpo de lxs adultxs. Las manos de los excombatientes.
Y todos queremos besarlo al Trinche.
Y Pomelo Mateo abraza a todxs y el gato Formica firma mil autógrafos.
Y la gente le grita al chelito y al petaco y ellos están en su salsa.
Y el mono de Kapanga se ríe a carcajadas y Leonel Capitano juega como un tango de Manzi.
Y algo de vos llega hasta mí.
Y el estado está ausente.
Y la gente copa el lugar y grita que acá no se rinde nadie.
Y La Patria, mis amigxs (ladre lo que ladre la gilada) fue, es y será el otro.
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