Un partido con pantalla como en el cine

Debutó la selección argentina contra Islandia y se estrenó la pantalla gigante en el Museo del Deporte, en el ex Batallón 121. Cientos de hinchas de la celeste y blanca llegaron al corazón de zona sur con banderas, camisetas, galeras, gorros y pelucas. La temperatura no superaba los 2 grados pero el sol le hizo un guiño al día y todo se hizo un poco más llevadero. Todos murmureaban y vaticinaban sus pronósticos minutos antes de que empiece el partido. Y la ilusión era la misma: que gane Argentina.

En el Parque Héroes de Malvinas, donde nació y se crió Lionel Messi, se juntaron más de 300 personas entre familias, grupos de amigos y parejas, que llegaban con sus reposeras, sillas y lonas para alentar a la selección.
Empezó a girar la redonda y todos estaban atentos a la pantalla, de 24 metros de ancho por 14 de alto, donde abajo una bandera rezaba: “Vamos Argentina”.

En el predio de 30 hectáreas de zona sur no faltaron los vendedores de pororó, pastelitos, empanadas turcas y tortas. Y también dijo presente el carrito que ofrecía choripán y hamburguesas a precios populares.

A unos metros de la pantalla gigante, un hombre araña vestido con los colores albicelestes, ofrecía caretas del superhéroe a 80 pesos, galeras a 100 y banderas a 50. El Spiderman rosarino se comportó como un verdadero ídolo: gritó durante todo el partido alentando a la selección mientras ofrecía su merchandising.

Laura, Cecilia, Carolina, Marcelo, Nicolás y Luciano son un grupo de amigos que organizaron con anterioridad mirar el partido en la pantalla gigante de su barrio. Pero tienen una cábala: durante el tiempo que juegue la selección se mantienen todos abrazados. Creer o reventar.

El partido fue por la mañana, pero no faltaron los apasionados por el trago. Dos hombres pasados de copas (y no del Mundo) se abrazaron y compartieron durante los más de 90 minutos de juego un vino blanco a la salud de los integrantes del seleccionado.

Transcurría el primer tiempo, chicos, grandes y no tanto, sostenían en sus manos banderas de argentinas, cuando el Kun Agüero hizo el gol y todos al unísono lo gritaron, se abrazaron y saltaron.

En el segundo tiempo todos los presentes alentaban y hacían fuerzas para que la selección logre otro gol. Pero lamentablemente Argentina no pudo con Islandia y empataron 1 a 1.

Durante el partido los bombos y las trompetas se adueñaron de la escena. El Kun fue uno de los que más aplausos se llevó. Otro de los vitoreados fue Angelito Di María cuando hicieron el cambio con Cristian Pavón.

Terminó el partido y todos los hinchas se fueron con sus sillas, sus banquetas, sus banderas y sus perros. Con la esperanza de que el próximo jueves, a las 15, la selección albiceleste ante Croacia cambie la historia.

Opiniones y esperanzas

Algunos rosarinos se animaron a opinar tras el empate. Y las referencias fueron en especial al penal errado por Lionel Messi y a la ausencia de Lo Celso en el equipo.

Para Marcos fue un buen partido. “No pudimos romper el empate. Un jugador profesional tiene que estar con la cabeza muy abierta para patear un penal. Habría que poner a un mediocampista más creativo que Biglia, como por ejemplo, Lo Celso. Pavón es más rápido y tiene buena pegada, es una buena figurita para la selección”, advirtió.

Martín y Andrés son hermanos y viven en barrio República de la Sexta. Se enteraron a través de redes sociales de la pantalla gigante en el ex Batallón 121. No lo dudaron y decidieron mirar el partido allí. “No me pareció malo el partido pero queríamos era ganar. Podríamos haber hecho tres goles. Messi no metió el penal, pero no me pareció aburrido”, expresó.

Andrés dijo que el partido fue interesante. “Si hubiese entrado Lo Celso podría haber cambiado el rumbo. El ataque de la selección argentina es excelente pero la defensa tiene que ser más sólida. El próximo partido vamos a ganar”, aseguró.

Susy es una apasionada del fútbol y fue con sus amigas a alentar a la selección. “Messi es un crack en el exterior, no acá. Cuando pateó el penal se lo dio en las manos al arquero de Islandia. Le falta garra”, afirmó la mujer.