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“Un país es lo que ha leído y también lo que no ha leído”

Por Laura Hintze.- El escritor Mempo Giardinelli rescató el acto como “herramienta para fortalecer la libertad y la democracia”.

“En un futuro, el derecho a leer deberá incluirse en la Constitución Nacional. Leer fortalece la libertad, es un derecho de todos y todas, esencial para la sociedad democrática”: esta idea –y unas cuántas más de la misma índole– fueron expuestas el viernes por el escritor Mempo Giardinelli, quien brindó la conferencia de clausura de la III Semana de la Lectura en Rosario. Su charla se basó en “El derecho a leer”, poniendo en juego conceptos e ideas acerca de qué es la lectura, su importancia para la existencia de la democracia y libertad de las personas. “Leer es un derecho universal y absoluto. Su ejercicio sólo depende de la voluntad del que lo ejerce”, sentenció, más de una vez, Giardinelli.

La charla que brindó Mempo Giardinelli se llevó adelante en la Biblioteca Argentina, frente a una sala que no estaba llena. Llamó la atención entre los presentes la poca difusión que hubo del evento, teniendo en cuenta que ni siquiera estuvo en los volantes repartidos ni el cronograma que figura en la página web de la Secretaría de Cultura. Sin embargo, más de cien personas estuvieron allí, entre ellas la intendenta Mónica Fein y la concejala socialista Clara García.

En primera instancia, Giardinelli halagó a la biblioteca más grande de la ciudad y llamó a todos los presentes y a la ciudadanía en general a “mantenerla viva”. Luego, y por casi una hora, llevó adelante una charla enfocada en la importancia y la necesidad de que una sociedad lea. “Durante la dictadura, la desaparición y la quema de libros condenaron a la desaparición y al exilio de la lectura. En democracia, la lectura tiene que ser política de Estado, un derecho universal. Toda democracia depende de la lectura”, señaló el escritor. “Argentina es un país que lee mucho más que hace diez o veinte años. Eso significa que ahora viene el baile duro: elevar el nivel y calidad de lectura”, añadió.

Mempo Giardinelli es escritor y periodista. Nació en Resistencia, Chaco, donde se crió y donde vive. Pero residió en Buenos Aires entre 1969 y 1976 y permaneció exiliado en México entre 1976 y 1984. Cuando regresó, fundó y dirigió la revista Puro Cuento, que  se editó desde 1986 a 1992. Entre 1993 y 2000 se radicó en Paso de la Patria, Corrientes y en 2001 volvió a sus pagos. Estuviera donde estuviera, nunca dejó de escribir. Es autor de novelas, libros de cuentos y ensayos, y publica regularmente en diarios y revistas de la Argentina y otros países. En 1996 donó su biblioteca personal de 10.000 volúmenes para la creación de una fundación, con sede en el Chaco, dedicada al fomento del libro y la lectura, y a la docencia e investigación en Pedagogía de la Lectura. Esta fundación ha creado y sostiene diversos programas culturales, educativos y solidarios: www.fundamgiardinelli.org.ar Previamente a la charla, Mempo Giardinelli estuvo en contacto con El Ciudadano, explicando un poco de qué trata “El Derecho a leer”

—Su conferencia es sobre “El derecho a leer”; ¿por qué leer es un derecho y cómo se garantiza?

—El Derecho a Leer debe ser garantizado constitucionalmente porque toda sociedad democrática necesita leer, y todo Estado debe garantizar que la lectura sea un bien común, no un lujo ni una obligación. Es un derecho de todos que, además de construir ciudadanía, ayuda al ejercicio pleno de la democracia.

—Por naturaleza, la escuela tiene un papel central en la formación de lectores. ¿Cuánto hace en este sentido? ¿Cuánto resta por hacer?

—La escuela argentina hace mucho por la lectura, pero necesitamos que haga muchísimo más. Un país que no lee es un país condenado a su propia ignorancia. Por eso digo siempre que un país es lo que ha leído, pero también es lo que no ha leído. Por fortuna, la capacitación lectora de la docencia argentina es cada vez mayor.

—Usted ha asesorado al Ministerio de Educación sobre la formación de lectores, en especial en la necesidad de recuperar la lectura en voz alta, todos los días un poquito. ¿Por qué esta propuesta?

—La lectura en voz alta es una de las estrategias de lectura más importantes, y la que históricamente ha dado mejores resultados en todo el mundo. Por suerte en algunas provincias se está incorporando esta estrategia, que se combina con la dotación de libros gratuitos para los alumnos de todos los niveles. La lectura en voz alta es placentera, amorosa, veloz, gratuita, llena de encanto y libertad. Es una extraordinaria manera de generar el deseo de leer. Nuestro programa de Abuelas Cuentacuentos es una prueba de ello.

—¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías y los medios masivos en esta formación y búsqueda de lectores?

—Un papel fenomenal. Hoy es inimaginable un mundo sin lectores, y no importa si el mundo hoy lee en libros de formato industrial clásico, o en una pantalla de puntos. Lo que importa es que una nación lea, porque así mejora su calidad de ciudadanía, y todas las nuevas tecnologías pueden estar al servicio de tan noble propósito.

—En ese sentido, y teniendo en cuenta también su trabajo con las Abuelas Cuentacuentos, ¿hay diferentes “maneras” de promover el placer por los libros?

—Sí, claro, la lectura es una necesidad que muchas personas ni saben que tienen. Y lo que usted llama “maneras”, y nosotros llamamos estrategias para formar lectores, apuntan a lo mismo: desarrollar todas las posibilidades para que las personas accedan a este fantástico alimento del espíritu.

—Siempre se dice que este es un problema de chicos que “no leen”, pero ¿qué pasa con los adultos?

—En efecto, siempre sostengo, y también lo dije aquí en Rosario hace un par de años, que el problema de la lectura (eleva la voz) “no” es un problema de los chicos, sino de los grandes. Y es que es muy simple: convencer a un niño de las virtudes de la lectura y animarlo a ser lector es relativamente sencillo y siempre es posible. En cambio, es dificilísimo hacer que lean los grandes, sean padres, maestros, dirigentes, etcétera. La resistencia a la lectura siempre se da en los adultos, no en los chicos.

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