Policiales

Asociación ilícita y muerte

Un nuevo detenido por el secuestro y ejecución del prestamista Lucio Maldonado

El personal de la TOE hizo dos allanamientos en la zona noroeste y detuvo a un hombre de 35 años, quien está sospechado de haber participado en el homicidio ocurrido en noviembre de 2018. Esteban Alvarado está detenido sindicado como instigador del crimen


Un hombre de 35 años quedó detenido este viernes por estar sospechado por el crimen del prestamista Lucio Maldonado ocurrido en noviembre del año pasado y por el que Esteban Alvarado está sindicado como instigador y jefe de una asociación ilícita. El rol del apresado en el secuestro y asesinato del prestamista se conocerá el próximo lunes a las 12.30 en la audiencia imputativa que estará a cargo de los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery en el Centro de Justicia Penal, informaron voceros judiciales.

El sospechoso, identificado como Germán Facundo F., de 35 años, fue detenido este viernes por la tarde en los dos allanamientos que hizo el personal de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE). Uno fue en una vivienda de Vélez Sarsfield al 7000 y otro en el domicilio ubicado a la altura de la colectora de Circunvalación, Juan Pablo II al 800 (ex Estados Unidos), donde fue atrapado.

En 2017, este hombre había sido apresado en la misma casa cuando el fiscal Schiappa Pietra pidió allanamientos para intentar esclarecer la desaparición de Sergio Andrés Ramos: una hija de la víctima había apuntado a la pareja de su padre; la mujer era una mae umbanda cuyo domicilio en Barra al 3300 también fue allanado, y allí hallaron manchas de sangre y drogas. Por ese tiempo, Germán F. fue demorado y quedó a disposición de la Justicia federal por el hallazgo de estupefacientes en su vivienda.

Tras los operativos de este viernes, personal de la TOE también secuestró 13 celulares y una notebook, agregaron las fuentes policiales y judiciales para indicar que el hombre quedó detenido e incomunicado hasta este lunes a las 12.30 cuando realice la audiencia imputativa a cargo de los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, quienes darán a conocer el rol que le adjudican haber ocupado en el homicidio del prestamista.

Secuestro y muerte

Según pudieron reconstruir los investigadores, el 11 de noviembre de 2018 a las 0.42 Lucio Maldonado fue obligado a subir a una Renault Kangoo por cuatro hombres en la puerta de su casa de barrio Tablada. Esa secuencia quedó registrada en la cámara de seguridad de la casa de su hermano que vive enfrente. También se llevaron su auto, un Chevrolet Cruze blanco.

Maldonado fue llevado a una quinta del paraje Los Muchachos, propiedad de los hijos de Alvarado en la localidad de Piñero. Los captores luego volvieron a la casa de la víctima, media hora más tarde, y permanecieron en el domicilio de Maldonado por una hora.

Esta vez llegaron en el Cruze del prestamista y una camioneta Amarok blanca. Dejaron el auto con el GPS borrado. El cuerpo de Maldonado fue hallado a los dos días en Circunvalación y Oroño con cuatro tiros, las manos atadas y la nota: “Con la mafia no se jode”.

La investigación siguió el rastro de esa camioneta hasta Entre Ríos. En tanto, los fiscales aún esperaban los resultados de las pericias que le hicieron a la Amarok blanca ya que hallaron rastros de sangre y sospechan que la usaron para arrojar el cuerpo de Maldonado en la avenida Circunvalación.

Por el homicidio de Maldonado están detenidos e imputados: Mauricio Laferrara, sindicado como uno de los cuatros que secuestró al prestamista, Facundo “Lapo” Almada, el jinete y cuidador de caballos que estaba en la quinta Los Muchachos donde estuvo cautivo y Esteban Alvarado señalado como el instigador del secuestro y crimen de Maldonado. Una de las hipótesis sobre el móvil fue que Alvarado habría tenido un diferendo con la víctima por un negocio inmobiliario.

Tras su detención a finales de octubre pasado, la Fiscalía le atribuyó a Mauricio Laferrara ser el brazo ejecutor de la banda de Alvarado y también lo acusó por otros cinco crímenes. Tres de ellos en la ejecución a mansalva ocurrida en Granadero Baigorria de abril de 2018, donde murieron Gerardo “Abuelo” Abregú y los hermanos José “Grasita” y Ezequiel “Parásito” Fernández, trío que según la hipótesis fiscal tenía la tarea de atentar contra Alvarado, pero éste se anticipó a la jugada y pagó 250 mil pesos a Laferrara para que los matara.

También, el secuestro en Cabín 9 de Cristian Enrique, ocurrido en octubre de 2018, quien fue hallado a principios de noviembre desfigurado y muerto, al parecer en represalia por haber intentado matar a Jorge Laferrara, el padre de Mauricio.

Además, Mauricio Laferrara y su primo Ángel “Rastrillo” Bini, un policía en disponibilidad, quedaron imputados de participar en el ataque a balazos a la distribuidora de su propio tío César “Manco” García, que terminó en el crimen de Cristian Belis y varios heridos, entre ellos el Manco, quien quedó hemipléjico: una teoría es que no le quiso vender su local a Alvarado y por eso fue atacado.

Si bien no están aún relacionados con la asociación ilícita ni el crimen de Maldonado, un hermano de Mauricio, llamado Miguel y conocido por todos como Lolo, junto al padre de ambos, Jorge –un veterano chatarrero vinculado al narcomenudeo y los caballos en los barrios Plata y Las Flores–, fueron relacionados por la pesquisa con la Amarok que apareció en Entre Ríos: Lolo fue apresado en la ciudad de La Paz, donde se encontró la camioneta, mientras que escuchas y otras medidas ubicaron a Jorge con el intento de venderla en aquella localidad, pero ninguno está preso por esto sino por causas judiciales anteriores.

La asociación ilícita

Tras su detención en febrero pasado, Alvarado también fue acusado como líder de una asociación ilícita integrada por una treintena de personas entre las que se encuentran su histórico abogado Claudio Tavella, civiles y jefes policiales santafesinos.

Para los fiscales Schiappa Pietra y Edery la organización funcionó entre junio de 2012 y fines de abril de 2019. Dice la pesquisa que Alvarado repartía las tareas de la asociación en tres estamentos: el primero lo integraban quienes procuraban medios materiales para la comisión de crímenes violentos contra la propiedad y las personas. El segundo conformado por personas que dotaban de impunidad los crímenes de la organización, entre ellos policías que trabajaban para los fiscales y están detenidos. En relación con este nivel, el 24 de diciembre pasado el policía Pablo Báncora –que trabajó en el Organismo de Investigaciones hasta junio, cuando lo detuvieron– fue el primero de los acusados en esta causa al firmar un acuerdo abreviado a un año de prisión tras reconocer que sacaba información de la oficina de fiscales para suministrársela a la banda de Alvarado y procurarle impunidad.

Según la investigación, el policía anticipaba lugares que se iban a allanar y brindaba datos falsos a la Fiscalía, como números telefónicos falsos para despistar a los pesquisas o inculpar a miembros de la banda enfrentada con Alvarado, Los Monos. También el uniformado acercó información apócrifa para vincular a Hugo Maldonado, hermano del prestamista asesinado, con un grupo de ciudadanos colombianos a fin de incriminarlos.

En tanto, el tercero de los estamentos estaba integrado por un entramado de empresas comerciales y unipersonales que le permitían ocultarse tras el amparo que brindan las estructura societarias.

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