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Un Nobel para Vargas Llosa

Con el galardón discernido por la Academia Sueca el novelista peruano culmina una trayectoria antes jalonada por los premios Príncipe de Asturias y Cervantes, el más prestigioso de las letras en español.

El escritor peruano Mario Vargas Llosa, de 74 años, uno de los protagonistas del boom de las letras latinoamericanas de los 60 y autor de obras como La ciudad y los perros y La tía Julia y el escribidor, fue galardonado ayer por el premio Nobel de literatura.

Con la obtención del Nobel de literatura –para el que había sonado como candidato recurrente en las dos últimas décadas– Vargas Llosa, que en 1993 recibió la ciudadanía española, sella el reconocimiento a una obra que resultó decisiva en la ponderación de la literatura latinoamericana.

“Todavía no me lo creo. Desde hace mucho que mi nombre no era ni siquiera mencionado”. Con esas palabras describió Vargas Llosa su reacción tras ser notificado de que había obtenido el máximo galardón de las letras universales.

El escritor estaba en Nueva York entregado a la lectura para preparar una clase sobre Jorge Luis Borges que debía dictar minutos después en la universidad de Princeton como invitado cuando sonó el teléfono: “Mi mujer contestó y me dijo que no sabía muy bien qué querían. Volvieron a llamar y es entonces cuando me dijeron que había sido premiado”, indicó en declaraciones al periódico español El País.

La elección de Vargas Llosa supone un motivo de celebración para el conjunto de la comunidad literaria latinoamericana, ya que desde 1990 –cuando recayó sobre el mexicano Octavio Paz– Latinoamérica no había figurado en las elecciones y se tuvo que conformar con ver cómo la premiación se centraba principalmente en escritores europeos o de literatura “europeizante”.

Con el premio al escritor peruano-español se rompe la larga ausencia de las letras en castellano en la lista de los Nobel, pero también la regla no escrita de que la inclusión de su gran oponente político y personal, el colombiano Gabriel García Márquez, neutralizaba la posibilidad de que lo ganase.

El autor de La ciudad y los perros, fue premiado “por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia, sublevación y derrota del individuo”, según el fallo de la Academia Sueca.

De conocida postura liberal y crítico de la izquierda política –que lo hacía antipático ante la “correcta” Academia– Vargas Llosa es responsable de grandes clásicos de la literatura castellana como Conversación en la catedral y Los jefes, entre otros.

Además de las anteriormente citadas, entre sus obras se destacan las novelas La casa verde (1966, que le hizo merecedor del premio Rómulo Gallegos) y, más recientemente, La fiesta del chivo (2000).

El nombre de Vargas Llosa está asociado al llamado “boom” de la literatura latinoamericana de los años 60, junto a Gabriel García Márquez (Colombia), Carlos Fuentes (México) y Julio Cortázar (Argentina), que supuso una renovación estilística decisiva.

Su biografía literaria es extensa y en varias oportunidades ha provisto de tramas al cine, como Pantaleón y las visitadoras (1973), en la que narra la vida de un oficial que regentaba un prostíbulo para militares.

El escritor también se ha caracterizado por una activa vida política, que lo llevó a ser candidato a la presidencia de Perú durante las elecciones de 1990, en las que resultó electo Alberto Fujimori. Tras su fracaso político volvió a las letras, de donde –según manifestó– nunca debió salir.

“Escribir es un trabajo que requiere perseverancia, horarios, imponerse una disciplina y respetarla, eso creo que es fundamental. La razón por la cual me someto con tanta facilidad a esa disciplina en mi trabajo es porque no tengo la sensación de que sea un trabajo sino un placer”, alegó en una entrevista.

Con la obtención del Nobel de literatura, el escritor completa una tríada integrada por los mayores galardones de la literatura mundial, ya que en 1986 recibió el premio Príncipe de Asturias y en 1994 el premio Cervantes, el de mayor prestigio de las letras en español.

“Los latinoamericanos somos soñadores por naturaleza y tenemos problemas para diferenciar el mundo real y la ficción. Es por eso que tenemos tan buenos músicos, poetas, pintores y escritores, y también gobernantes tan horribles y mediocres”, señaló en una oportunidad.

Nacido en una familia de clase media, fue educado por su madre y sus abuelos maternos en Cochabamba (Bolivia) y luego en Perú. Tras sus estudios en la Academia Militar de Lima obtuvo una licenciatura en Letras y dio muy joven sus primeros pasos en el periodismo.

El escritor se instaló poco después en París, donde se casó con su tía Julia Urquidi, 15 años mayor que él (que inspiraría más tarde La tía Julia y el escribidor) y ejerció varias profesiones: traductor, profesor de español y periodista de la agencia de noticias France-Presse.

Años después se divorció y se casó con su prima hermana Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos, con la que residió alternativamente entre París, Londres y Barcelona.

Entre sus libros más recientes figuran las novelas El paraíso en la otra esquina, en 2003, y Travesuras de la niña mala en 2006, su última novela publicada.

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