Ciudad

Un mundo de sensaciones

Por Laura Hintze.- El Concejo aprobó la creación de plazas aromáticas “inclusivas” además de recreativas. “Todo lo que ayude a la participación de no videntes es bueno”, dijo la Asociación Rosarina de Deportes para Ciegos.

Más que una plaza aromática, un mundo de sensaciones. Considerando colores, texturas, aromas, formas y movimientos, el pasado jueves el Concejo Municipal aprobó el Proyecto de Ordenanza presentado por el concejal radical Jorge Boasso, que contempla la necesidad de crear plazas aromáticas para que los no videntes puedan insertarse en espacios al aire libre de la ciudad y disfrutarlos. “Se trata de no sólo presentar proyectos lazarillos, sino del disfrute de los sentidos”, resumió el concejal. Por su parte, Norberto Catalano, presidente de la Asociación Rosarina de Deportes para Ciegos, señaló que de esta iniciativa “no hay ninguna contra”. “Todo lo que ayude a la participación de los no videntes es bueno”, manifestó.

En concreto, el proyecto recientemente aprobado contempla crear en la ciudad de Rosario plazas especiales o adaptar espacios verdes ya existentes con plantas aromáticas y piso de diferente textura para personas no videntes o disminuidos visuales. El objetivo principal es brindar a las personas con capacidades diferentes un espacio propio de esparcimiento y disfrute del aire puro con aromas, aunque serán abiertos para todos. Se estima que entre el uno y dos por ciento de la población podrá disfrutar de este nuevo espacio, aunque, tal como señaló el concejal Boasso, autor del proyecto: “Sea no vidente o no lo sea, a cualquiera le gusta disfrutar de lugares y aromas naturales”.

Estas plazas estarán distribuidas por toda la ciudad, y, de la mano con campañas de concientización para que la población se adapte a este nuevo espacio, deberán contar con: especies vegetales que despidan fuertes fragancias para que puedan ser percibidas por el olfato; pisos de distintas texturas y colores que puedan ser percibidos por los no videntes y detectados por los disminuidos visuales; mapas del lugar y de otros puntos en sistema Braille; juegos para niños discapacitados y juegos de mesa especiales para disminuidos visuales; rampa de acceso con barandas; bancos de descanso; etcétera. Cuidarlas, entenderlas y disfrutarlas correrá por cuenta de toda la ciudadanía. “No veo ninguna complicación por parte de la sociedad. Llevarlo adelante no es más que voluntad política de la intendencia”, dijo el edil radical.

Para Norberto Catalano, presidente de la Asociación Rosarina de Deportes para Ciegos, de esta iniciativa sólo se desprenden buenas consecuencias. “Ahora se me ocurren tres ventajas, pero esto esconde muchos estímulos positivos, muchos de los cuales aparecerán con el tiempo”. Así, enumeró: que una plaza implica una actividad inclusiva para las personas ciegas, que ponen en evidencia la existencia de la disparidad y que va a dar de qué hablar. “La gente va a hablar, a reflexionar del tema”, resaltó.

“El objetivo principal de la creación de esta plaza es la inclusión social, que los disminuidos visuales tengan un espacio de recreación”, reza el documento presentado en el Concejo. Así, el proyecto invita a un punto de reflexión no menor: al fin una ordenanza que no propone nuevos “lazarillos” para discapacitados, sino que invita a abrir instancias de disfrute. A su vez, implica analizar de cuántas otras maneras la ciudad está cerrada a las personas “con capacidades diferentes”. Faltan rampas, semáforos, señalizaciones, y también falta, por ejemplo, un parque o expresiones artísticas de diferentes índoles para que todos y todas puedan disfrutarlas.

En este sentido, cabe destacar que el proyecto fue tratado paralelamente en la comisión de Derechos Humanos del legislativo municipal. “Justamente, el documento trata de eso: de promover el derecho a una ciudad de todos, de nuevos espacios para los que disfrutan de manera diferente y de generar una ciudad adaptada no sólo en términos de accesibilidad sino también de disfrute”, señaló la concejala María Eugenia Bielsa.

Diseñar espacios de esta índole implicará trabajarlos desde la intención de exaltar el sentido de la vista, teniendo en cuenta colores, texturas, contrastes entre luces y sombras, formas; o sea, conocer las plantas, saber cuáles son aromáticas y en qué horarios y épocas del año desarrollan su mayor esplendor. En Argentina, varias localidades ya han construido plazas aromáticas o “espacio para tocar y oler”, como Boedo, San Lorenzo, San Salvador de Jujuy, Mar del Plata; mientras que en el mundo ya existen experiencias de este tipo, como en Ginebra, Sevilla y Córdoba, Nueva York, Dublín, Venezuela y Roma.

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