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Un mortal ataque a balazos con un blanco equivocado

Oscar Heredia fue atacado en la puerta de su casa y murió. Su madre, de 85 años, también fue herida.

“No fue un ajuste de cuentas”. Eso dijeron a coro los familiares de Raúl Oscar Heredia, un fletero de 54 años que anteanoche fue acribillado a balazos en la puerta de su casa de barrio Tablada, durante una fugaz balacera en la que también resultó herida su madre, de 85 años. Ambos tomaban mates en el zaguán de la amplia vivienda ubicada en la esquina de Sánchez de Thompson e Hipócrates, cuando un muchacho “chiquito y morocho” detuvo su Yamaha Cripton roja y les disparó sin miramientos. Luego retomó la marcha en dirección a Hipócrates donde dobló y siguió la fuga por Juárez.

Eran cerca de las 21 de anteayer. Los gritos de María, de 85 años, siguieron a los disparos y alertaron a los vecinos que no tardaron en socorrerla y le hicieron un torniquete en el tobillo, donde uno de los plomos calibre9 milímetrosla había alcanzado, aunque nada pudieron hacer por su hijo, quien agonizó unos minutos y falleció. Dos disparos en el pecho y uno en cada brazo le provocaron una muerte casi instantánea a la que ninguno de sus familiares pudo encontrarle explicación, aunque la mecánica del homicidio pareció responder a un ajuste de cuentas.

“Seguro que fue un error. Raúl era un hombre bien decente, con buenos principios morales. No tenía hijos y hace dos años enviudó. Vivía con su mamá desde agosto del año pasado”, dijo su cuñada, tras anunciar que los vecinos ya estaban organizándose para hacer una marcha y pedir justicia.

“Esto que hicieron fue una masacre. Vinieron a matarlos a los dos. Se deben haber equivocado de dirección”, agregó una vecina que fue la primera en socorrer a los heridos y alcanzó a ver a un muchacho emprender la huida a toda velocidad a bordo de una motocicleta.

La misma incertidumbre esgrimieron ayer voceros policiales tras indicar que el fletero era un hombre grande, viudo y sin hijos, que no contaba con antecedentes penales que les permita encauzar la investigación. “Por ahí no era a él a quien buscaban”, dijo un algo jefe policial que no descartó ninguna hipótesis y barajó que los disparos podrían haber estado destinados a otra persona, inclusive a algún familiar.

“En Tablada ya no se puede vivir, los robos, la droga yla Policíaque no hace nada porque seguro está metida; acá se vende droga a toda hora del día, hay tiroteos a diario y los que trabajamos somos los que pagamos el pato”, dijo una mujer indignada por lo que le ocurrió a su vecino tras reclamar que el móvil policial tardó 45 minutos en llegar.

Ayer, mientras los familiares de Heredia finalizaban los preparativos del velorio y organizaban una movilización con vecinos de la zona, el llanto de la anciana se prolongaba entre la gente. A la mujer, de 85 años y con profundos rasgos árabes que heredó de su padre nacido en Beirut, Líbano, le costaba recordar los hechos sin romper en llanto: “Estábamos por entrar a cenar, mi hijo Raúl estaba parado y de atrás de la chata (la camioneta de su hijo que en esos momentos estaba estacionada en la vereda) empezaron a disparar. Yo ni cuenta me di”.

Varios disparos impactaron en el frente de la casa y otros traspasaron el ingreso y golpearon las paredes internas de la casa. Sólo un plomo alcanzó en una pierna a María, que recibió las curaciones y fue dada de alta mientras que a su hijo lo perforaron al menos cuatro disparos que le provocaron heridas de muerte.

Ayer, los familiares de la anciana lamentaron su suerte y recordaron que hace dos años la mujer enviudó y poco después, a fines de 2009, sufrió un violento asalto en la misma vivienda que ayer fue baleada, en el que la maniataron y golpearon.

El crimen es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 1º Nominación, a cargo de Roxana Bernardelli, con la colaboración de la brigada de Homicidios y la seccional 11ª, que tiene jurisdicción en la zona.

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