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Un manual para emergencias

Por Arlen Buchara.- A casi 20 años de su primera aparición, se reeditó por tercera vez un trabajo que procura enseñar con ejemplos prácticos y al alcance de cualquiera cómo actuar ante accidentes. El propósito es limitar posibles secuelas o directamente salvar vidas.


emergenciaA casi 20 años de su primera edición en 1993, se acaba de reeditar el “Manual práctico de emergencias, socorrismo y primeros auxilios”, del enfermero y experto en incendios Rafael Hidalgo. El libro, estampado en un práctico formato de 20 por 14 centímetros, recorre en 120 páginas distintos conceptos y formas de actuar ante una situación de emergencia. Fue realizado con el auspicio de las empresas Urgencias 435-1111, Laboral Medicina del Trabajo y el Sanatorio Mapaci.

La publicación, que fue lanzada a fines de 2012 en la librería Ross y que se distribuye en todo el país, apunta tanto al público específico de todas las instancias prehospitalarias como a uno más general. Por esto, Hidalgo destaca que el manual fue concebido a partir de “un lenguaje comprensible para cualquier persona”.

Respecto a la evolución en relación a las ediciones anteriores de 1993 y 1998, el autor destaca que el manual ha cambiado mucho en base a las nuevas normas de American Heart y a los avances que se han producido en ese campo. “Hubo que actualizar mucho porque la medicina de un año a otro cambia constantemente”, resalta.

El prólogo, a cargo de la directora de Asociación de Escritores Argentinos  (Adea – delegación Mar del Plata) Angelina C. Fagnano de Ambrosini, destaca que la idea del manual no es preparar eruditos en la materia, sino formar una conciencia de respecto a la conducta que conviene asumir dependiendo de las circunstancias. Para la funcionaria el valor del ejemplar radica en la difusión de una serie de conceptos generales de carácter práctico para aplicar en situaciones límites y destaca que “para salvar una vida no basta con la voluntad de hacerlo sino que hay que saber cómo hacerlo”.

No hacer antes que hacer mal

Para Hidalgo, la inquietud que mueve al libro es satisfacer necesidades básicas en la emergencia, teniendo en cuenta que “es tan o más importante a veces dejar de hacer que hacer las cosas mal”. La idea general es preparar al lector para una correcta y oportuna atención de la víctima, partiendo siempre de la premisa de que “la prudencia salva más vidas que la urgencia”.

El manual no sólo recorre las reglas generales de los primeros auxilios, sino que también hecha luz acerca de cómo actuar frente a distintas situaciones de riesgo. De esta manera, se plantea al mismo tiempo como un manual teórico y práctico a través de ilustraciones sobre distintas acciones que son necesarias llevar a cabo en cada caso.

Específicamente, se destacan los instructivos sobre los signos vitales y cómo percibirlos, las diferentes formas de reanimación, cómo actuar frente a hemorragias, curación de heridas, quemaduras, traumatismos, asfixia, hipotermia, así como la aplicación y utilidad de distintos tipos de vendajes.

Conjuntamente, se recorren las distintas formas de acción ante un incendio o un accidente de tránsito, tanto si se está fuera o dentro del vehículo involucrado. Asimismo, resulta de interés el procedimiento ante intoxicaciones, mordeduras y picaduras de animales e insectos.

Uno de los capítulos finales está dedicado a emergencias en situación de parto, en donde se especifica cómo actuar dependiendo del lugar donde el mismo se produzca. Por último, se destacan especificaciones sobre cuidados pediátricos.

El botiquín

Pero no siempre el conocimiento sobre cómo accionar es suficiente. Por esto Rafael Hidalgo dedica un capítulo al “Botiquín” y las provisiones que nunca pueden faltar, además de una lista pormenorizada de teléfonos de utilidad y centros de salud en Rosario.

Sin dudas, el mayor aprendizaje que proporciona la publicación, que se encuentra disponible en librería Ross, radica en dos cuestiones primordiales: no cometer errores y no permanecer neutrales ante una emergencia que pueda salvar una vida. Siempre hay que partir de que un accidente tiene altas posibilidades de supervivencia si se aplica rápida y correctamente un primer auxilio antes de ser trasladado a un centro asistencial.

“Si en algún momento alguien salva una vida o limita las secuelas de un accidentado, mi meta está lograda”, remarca Hidalgo.

Autor con experiencia propia

Rafael Hidalgo nació en el barrio de Alberdi y se graduó como enfermero en 1987. Es experto en incendios y trabajó en investigaciones epidemiológicas sobre Sida. Como enfermero profesional se desempeñó en distintos servicios de internación como urología, clínica y terapia intensiva. Además realizó distintas colaboraciones en medios gráficos y radiales.

Hoy se desempeña como coordinador de la sala de de Cuidados Intensivos del Sanatorio Mapaci y es asesor pericial en Higiene y Seguridad Laboral en los Tribunales provinciales.

Es integrante de la Fundación Conciencia Vial, organización que trabaja la prevención de accidentes de tránsito.

Auxilios curiosos

* Nunca hay que dar líquido a una persona inconsciente, puede broncoaspirarse.

* Si hubo intoxicación hay que llevar el elemento causante al consultorio o el envase correspondiente.

* Ante una mordedura de serpiente no hay que realizar torniquete ni succionar el veneno, ni realizar cortes con cuchillo. Se recomienda reposo absoluto.

* El torniquete es la última medida para detener una hemorragia. Sólo se realiza en caso de amputación.

* Una persona envuelta en llamas no debe correr.

* Nunca hay que dejar a un herido solo, en caso de necesitar ambulancia enviar a un tercero responsabilizándolo.

Interdisciplinario

Para la elaboración del “Manual práctico de emergencias, socorrismo y primeros auxilios” se consultó a diferentes profesionales de la salud, entre ellos: cardiólogos, traumatólogos, obstetras, enfermeros, bioquímicos, médicos de familia, especialistas en higiene y seguridad laboral, médicos laborales y toxicólogos. De allí surgió el texto apto para todo público.

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