A mitad de camino entre el relato y la crónica de viaje, El Entenado, del santafesino Juan José Saer (1937-2005), es una novela extraordinaria porque con poco descubre un mundo incierto, extraño, un mundo del pasado en el que un joven navegante que vivió entre los habitantes originarios de estas tierras a instancias de la “conquista” vuelve a Europa y escribe sus memorias. Publicada por el autor de El limonero real en 1983, la escena local recuerda una bella y poética versión teatral de esa novela dirigida por el siempre presente Norberto Campos.
Ahora, con dos funciones previstas para esta noche y mañana, a las 21, en el CEC (Paseo de las Artes y el río), y recientemente estrenado en el marco del Argentino de Artes Escénicas que tuvo lugar en la ciudad de Santa Fe a comienzos de mes, se conocerá en la ciudad Cinco. Ficción física, el nuevo trabajo del talentoso Marcelo Díaz, en cierta forma, heredero del elogiado Diego y Ulises, e inspirado en El Entenado.
“Es un acontecimiento escénico generado desde la improvisación y autoría colectiva, con procedimientos de la danza contemporánea, cercano a lo que podría definirse como un teatro de estados físicos”, sostiene Díaz, quien agrega: “Presenta una estructura flexible y aleatoria que hace que cada función sea un hecho singular e irrepetible; invita al espectador a ser testigo íntimo de relaciones, momentos y atmósferas que se despliegan durante el suceso”.
El espectáculo, del que participan en escena Ulises Fernández, Diego Stocco, Juan Orol, Mauro Cappadoro y Carlos Fiocatti, se revela como una mirada sobre la novela El Entenado, de Saer y, por lo mismo, “es una obra acerca del cuerpo, la ficción y lo humano en su desmesura”, completa Díaz.
El equipo de trabajo tomó como disparador una frase de ese texto de Saer que dice: “Lo desconocido es una abstracción; lo conocido, un desierto; pero lo conocido a medias, lo vislumbrado, es el lugar perfecto para hacer ondular deseo y alucinación”.
“La cita de Saer es una clave, una marca que está presente en cada uno de los aspectos de este proceso: como modo de concebir el lenguaje escénico contemporáneo, como una guía del carácter de los procedimientos de creación que aplicamos, como un pensamiento entre las relaciones de escena y espectador”, explica Díaz acerca de este nuevo montaje cuya ficha técnica se completa en la dirección compartida con Alejandra Anselmo, diseño escénico de Francisco Nakayama, vestuario de Cristian Ayala y diseño sonoro de Franco Bongioani.
Díaz y su equipo proponen también una singular lectura y una serie de interrogantes acerca de los significantes del cuerpo en escena al que se refieren como “el cuerpo del final”. “Nos preguntamos qué cuerpo público es el de la danza de esta época. Nos preguntamos qué cuerpo están proponiendo las artes escénicas mientras en la escena social proliferan los cuerpos de los «linchamientos», de los enfrentamientos violentos, el cuerpo herido, muerto o mutilado muy exhibido por la televisión. Frente a toda esa realidad, nos preguntamos cuál es el cuerpo que proponemos nosotros. Y por esto, frente a lo que suele hacer la danza que muestra un cuerpo preparado (cuerpo académico), ponemos el cuerpo que tenemos (cuerpo real), el que nos queda después de un largo recorrido”.
Cinco. Ficción física es el resultado de un año y medio de trabajo de un colectivo artístico integrado por diez personas, todas ellas dedicadas a diversos aspectos de las artes escénicas provenientes de la danza, el teatro, las artes urbanas, la fotografía, la música, el diseño y la plástica escénica. El mismo colectivo estrenó en 2011 la referida Diego y Ulises, inspirada en el universo cinematográfico de Gus Van Sant, con la que participó en importantes festivales nacionales e internacionales de Argentina, Chile, Venezuela, Inglaterra, España, Marruecos y Canadá.
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