Policiales

juicio a los monos

Un informe de calle y un crimen impune en el origen de la causa

Este lunes declaró el ex jefe de la División Judiciales y uno de sus subalternos, además de un perito policial.


Una jornada intensa de declaraciones se vivió este lunes en el Centro de Justicia Penal, donde se lleva adelante el juicio a la banda de Los Monos. Con la ausencia de una testigo clave, la mujer de Martín “Fantasma” Paz, que lo acompañaba en el auto junto a su bebé el día que lo acribillaron a balazos se abrió la puerta a los testigos. Sin dudas el testimonio más relevante fue el de Cristian Romero, a cargo de la División Judiciales, cuya Brigada fue la encargada de la mayor parte de la investigación que llevó adelante el juez Vienna. La Fiscalía intento apuntalara la pesquisa que dio lugar a lo que vino después, mientras que las distintas defensas intentaron desacreditar el origen basado en información de calle, que daba cuenta que Ramón Machuca plantificó el crimen, contrató a un sicario (Alejandro G.) y que Claudio “Pájaro” Cantero pagó por sus servicios. Esa teoría se esfumó en la pesquisa ya que nunca se llegó a probar. Y rápidamente apareció una investigación realizada por la misma Brigada de Judiciales denominada “sicarios” que abrió las puertas a las escuchas y los allanamientos que vinieron después.

La primera testigo, Brenda Veira, se excusó de presentarse en el juicio alegando problemas psiquiátricos. El Tribunal se comprometió a volver a citarla, a la vez que los reclamaron que se verificara su imposibilidad de presentarse, es decir que un médico forense determinara sobre su salud.

Después declaró el policía Pablo Orellano, quien trabajaba en la comisaría 5ª, y fue el primero en llegar a la escena del crimen de Paz, que ocurrió el 8 de setiembre de 2012.

El policía aseguró que secuestró los tres teléfonos de la víctima y sostuvo que había tanto en el auto como en la cuadra –la balacera comenzó en el semáforo de 27 de febrero y Entre Ríos– ya que el auto terminó estrellado en Corrientes y 27 de febrero.

Luego declaró el perito informático Roberto Vera, que peritó los celulares de Paz. Uno de ellos tenía sólo 11 contactos, varios de ellos a nombre de Diego, con quien más asidua comunicación mantenía. También estaban los de sus cuñados, Monchi y Guille Cantero y también el del Pájaro que era el marido de su hermana. El perito sostuvo que copió manualmente la agenda, los mensajes y los destinos de los llamados. Y es por eso que los defensores hicieron hincapié que la mayoría de las comunicaciones las mantenía con Diego, que sería Diego Cuello, quien terminó preso en 2015 en una causa por drogas.

Brigada de Judiciales

Cristian Romero fue el jefe de la División Judiciales desde marzo de 2013, de quien dependía la Brigada (ahora disuelta) que fue creada con el objetivo de investigar homicidios y violencia urbana, ya que en ese momento Rosario presentaba la tasa de muertes dolosas más alta del país. Enumeró las tres causas en las que intervinieron, hasta que a fines de marzo se entrevistaron con el juez Juan Carlos Vienna para exponerle una hipótesis de trabajo sobre la muerte del Fantasma, “que  fue ejecutado con características de sicariato por una deuda impaga”, dijo Romero.

A partir de ese dato la Brigada se hizo de una copia de la causa y con “información que maneja el personal de calle que uno va verificando”, Romero le pedía al juez las intervenciones telefónicas. Así, en abril de 2012, intervinieron los teléfonos de Monchi, Pájaro, el Negro Alejandro y de Milton César.

También explicó que entre marzo y abril de 2013 presentan a Vienna el informa denominado “sicarios”. El defensor Fausto Yrure le preguntó cómo se construyó ese informe, qué juez lo supervisó, a lo que Romero respondió que las tareas de calle se le “rendían” a él y no a un juez.

También resaltó Yrure que el informe describe a la organización denominada “sicarios” como dedicada a realizar atentados, daños, homicidios y a vender protección a otras bandas, aunque cuestionó que esos informes no fundamentaran la actividad delictiva de la banda, ni en qué se basaban para sostener la hipótesis. Luego el defensor lo interrogó para saber si pudo corroborar la hipótesis del homicidio, algo que se fue desarmando en la investigación que no logró establecer quién mató al Fantasma.

Luego Yrure le preguntó sobre su relación con Vienna, que según el testigo se hizo más cercana en la parte operativa, es decir en los allanamientos.

Otro de los puntos tuvo que ver con Luis Medina, el supuesto narco asesinado el 30 de de diciembre de 2013 cuando viajaba con su novia Justina Pérez Castelli rumbo al casino City Center. Al respecto, un informe citado en el juicio da cuenta de que Medina había dejado de pagar protección a la banda de Los Monos por lo que eran sospechosos en el crimen.

Yrure le recordó que tras la muerte de Medina parte de la Brigada de Judiciales sin orden de juez alguno, irrumpió en un country de Pilar donde vivía Medina, y terminaron demorados y con una causa realizada por la DDI de San Isidro y con una declaración en el juzgado de Alejandra Rodenas.

Otra de las preguntas de los defensores fue a cerca del integrante de la Brigada Germán Almirón que está preso y que fue protagonista de una escucha en la que da cuenta de un plan para matar al juez Vienna y al fiscal Guillermo Camporini.

“Tenía una forma muy individualista de trabajar, no sabía trabajar en equipo”, sostuvo Romero sobre su subalterno.

Luego volvieron sobre el tema Medina, ya que en uno de los informes desde la Brigada de Judiciales aseguraron que fueron a Pilar a buscar a Monchi que podría estar escondido en esa casa de Pilar.

Policías escuchados

Luego de una declaración que duró varias horas y un breve cuarto intermedio, el comisario Cristian Romero se volvió a sentar como testigo en la causa contra Los Monos donde se reprodujeron dos escuchas telefónicas incorporadas por pedido de la defensa de los acusados. En las mismas se puede oír una conversación que mantiene con Ariel Lotito, quien era su subalterno cuando comandaba la División Judiciales de la UR II.

Las dos comunicaciones ocurrieron en enero de 2014 (solicitadas en otra causa) y en ambas, los policías mencionan al juez Juan Carlos Vienna quien encabezaba la pesquisa por asociación ilícita contra la familia Cantero a partir del homicidio de Martín “Fantasma” Paz, en septiembre de 2012.

En la primera escucha, Lotito le detalla a su superior Romero una estrategia para que la pesquisa por el asesinato de Luís Medina se acumule en el juzgado de Vienna. La propuesta era aprovechar informes relativos al empresario acribillado que ya tenían realizados para que “pase todo a Vienna”. Romero le preguntó si Vienna iba a pedir eso y Lotito le respondió: “Si lo cerraríamos con cualquier juez, mucho mas rápido lo vamos a cerrar con Vienna”.

En la segunda escucha, ambos policías conversan sobre su superior, Tirrito Sacone, al referir que se encuentra realizando reuniones con fiscales para definir cómo va a quedar el esquema policial (luego de la reforma del Código Procesal Penal que se implementó en Santa Fe en febrero de 2014). En un fragmento de la conversación Romero se muestra desinteresado al referir que “total vamos a seguir con Vienna en el viejo sistema”. Romero reconoció su voz y la de Lotito pero le quitó valor al contenido de las comunicaciones. Dijo que en todo caso eran “opiniones de Lotito”, a quien definió como alguien “que habla constantemente, habla mucho”. En relación a preguntas más específicas dijo: “No me acuerdo, uno habla tantas pavadas”.

“Calle”

Luis Quevertoque, quien estaba a cargo de la Brigada de la División Judiciales, declaró como testigo con pronunciada dificultad para recordar los informes que le labraba al juez Vienna, y en los que pedía escuchas y allanamientos. Dijo que comenzó a investigar a la familia Cantero por datos de la “calle”,  a partir de “informantes anónimos” que sindicaban a la banda de haber mandado a matar al Fantasma Paz porque les debía dinero.