Ciudad

Ícono de la ciudad-puerto

Por Santiago Baraldi. Se inaugura hoy el Barquito de Papel, la obra que pedazo a pedazo se alza en avenida Francia y Avenida de la Costa. Y es tal como lo canta Joan Manuel Serrat: sin nombre, sin patrón sin bandera y sin timón. Y aunque no pueda, está listo para “salir a navegar”.


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“Nos parecía interesante que la obra se nutriera de cosas significativas de la ciudad, históricas, que han moldeado a Rosario; el río y el puerto nos cayeron muy bien, nos pareció muy sintético, poético y sencillo”, resumen los arquitectos Gustavo Augsburger y Daniel Kosik sobre la escultura Barquito de Papel, ganadora de la cuarta edición del Premio Arnet a Cielo Abierto y de la que participaron 83 proyectos de artistas de todo el país; el jurado seleccionó 12 propuestas finalistas, siendo la de los rosarinos la ganadora. La obra será inaugurada hoy desde las 11 en la rotonda de Avenida de la Costa y Francia, frente al río. Hace tres meses que los rosarinos son testigos de la construcción de la obra que mide 14 metros de largo, siete de ancho y seis de altura y de la que participaron en su construcción alumnos de la facultades de Arquitectura y Bellas Artes, además de soldadores, electricistas y pintores.

Barquito como síntesis

La empresa proveedora de internet, que premió con  60.000 pesos a los ganadores, hace cuatro años impulsa en distintas ciudades del país la convocatoria al arte; así, primero fue en Tigre, luego en Puerto Madero, el año pasado en Córdoba y en esta edición le tocó el turno a Rosario. La Municipalidad de cada lugar indica qué lugar elige para levantar la obra y el Palacio de los Leones prefirió la rotonda de la avenida Francia y Avenida de la Costa. Augsburger y Kosik, amigos de toda la vida, se enteraron del concurso y comenzaron a pensar qué poner sobre la rotonda: “Probamos varias ideas hasta que apareció el barco y quedamos flasheados con la idea. Nos enamoramos, la elaboramos, la definimos, trabajamos la escala, hicimos varias pruebas y la presentamos al concurso. Cuando nos llamaron para avisarnos que nuestro trabajo había sido elegido y fuimos en busca del premio, los ocho miembros del jurado estaban realmente emocionados, con sus rostros iluminados”, dicen Kosik y Augsburger sobre los materiales elegidos.

“A la hora de imaginar cómo construirla pensamos en cemento, en otros materiales, y nos inclinamos por la chapa, que tiene que ver con los talleres metalúrgicos de la zona, los talleres del ferrocarril; pero la chapa también da sensación de fragilidad, austero, algo común, y nos parecía equivalente al papel, material con el que trabajamos también desde nuestro oficio como arquitectos”.

La ciudad ya cuenta con un nuevo ícono y sus autores esperan que no termine siendo blanco de los aerosoles, o pintadas futboleras, y reconocen que ya han pasado casamenteros y quinceañeras posando junto al Barquito de Papel. “El otro día estábamos soldando y vino un fotógrafo con sus sombrillas y una modelo y realizó una producción. Es increíble cómo la gente se suma y comenta a qué le remite el barquito, también vino una señora y nos dijo que no le gustaba nada. El arte es incomparable, como las personas, no hay dos iguales; como decía Chéjov: «Hay dos tipos de arte: el que me gusta y el que no me gusta, no conozco otro criterio». Está anclada en algo muy potente de la ciudad y para percibirlo hay que ser muy rosarino, esta misma obra en Mendoza no tiene el mismo sentido y eso dice mucho de la pieza. Fijate que el Monumento a la Bandera es una alegoría de una nave que se abre paso y nosotros llegamos a lo más simple”, explica Kosik.

Un barco por navegar

Los arquitectos explicaron cómo pensaron la ubicación de la escultura y que de la sensación de movimiento: “Fue buscada porque teníamos que ver cómo se veía el barquito desde las avenidas. Trabajamos con varias maquetas y teníamos que atender cómo la ven, por ejemplo, los automovilistas que están detenidos en los tres semáforos que hay en la rotonda. No podíamos ubicar al barquito ni totalmente de costado ni totalmente de frente, buscamos que la gente lo vea semi escorado, tiene sensación de volumetría. Es un barco que está por navegar, está sobre una plaza seca, que visto de lejos parece que está apoyado sobre una duna, parece un barco encallado o recién hecho para salir a navegar, da la sensación que si esta zona se inundara, el barquito saldría a navegar”, dijeron.

Antes de que empiece la ceremonia, en el Museo Macro de los Silos Davis, donde están las maquetas de los doce finalistas, se les entregarán diplomas honoríficos a los participantes y en la Ciudad de los Niños, sobre la calle Vélez Sarsfield, se invitará a plegar barquitos de papel de colores para acompañar esta inauguración y allí actuarán la Banda Infanto Juvenil de Villa Hortensia y el grupo Lovely Rita, realizando covers de los Beatles. El Jurado de premiación de esta cuarta edición consecutiva estuvo integrado por Marcela Römer directora del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino; Roberto Echen, director del Departamento de Agenciamientos Artísticos del Centro de Expresiones Contemporáneas de Rosario; Fernando Farina, curador de artes visuales; Alberto Kleiner, de la Secretaría de Planeamiento Urbano de la Municipalidad de Rosario y Miguel Ángel Rodríguez, artista plástico, ganador del “Premio Arnet A Cielo Abierto 2011”.

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