Sociedad

Arte en la construcción

Un hombre realiza réplicas de transportes a ojo

Julio César Soldano, oficial retirado del Ejército y traductor de francés, sólo utiliza fotografías sacadas de Internet para definir las escalas de sus maquetas, que confecciona desde hace más de 25 años, cuando hizo la primera réplica de un tranvía


Maquetas en escala con los más mínimos detalles de locomotoras, cupecitas de Turismo Carretera, colectivos y hasta la Catedral de Notre Dame totalmente iluminada se exhiben en los vitrales de los ventanales de una casa del barrio porteño de Barracas, confeccionadas por un hombre de 72 años, quien las realiza como hobbie y que se define como “un apasionado del arte”.

Julio César Soldano, oficial retirado del Ejército y traductor de francés, sólo utiliza fotografías sacadas de Internet para definir las escalas de sus maquetas, que confecciona desde hace más de 25 años, cuando hizo la primera réplica de un tranvía.

Las primeras maquetas las hizo de plástico y fueron de avioncitos y tanques y eran “solamente para armar, no tenía que pensar tanto”, dijo en diálogo con Télam.

Luego, Julio comenzó a armar sus propias réplicas de transportes urbanos de Buenos Aires como un tranvía, un colectivo modelo “bañadera” y un coche de la línea A de subterráneo, el cual expresó como “su favorito”, aunque fue construido a pedido para un coleccionista.

“Me gusta trabajar en todos los materiales: plástico, chapa, madera. El tema es usar la cabeza y saber con qué material queda mejor la réplica, porque una réplica es hacer lo más parecido al original, con el más mínimo detalle”, detalló el artista.

“Para el tranvía respeté la cantidad de vueltas que tenía los amortiguadores para hacer lo mismo con un resorte. Todo lo que hago lo investigo previamente porque no hay planos. Siempre intento buscar los detalles en cada fotografía y para la escala veo una foto y tomo una medida y a partir de allí, saco las escalas. Digo que la escala que uso es ‘una en que se yo’ y que trabajo a ‘ojímetro’“.

En el living de su departamento en el barrio porteño de Barracas exhibe una réplica de la Catedral de Notre Dame, la cual tiene una historia particular.

“La Catedral de Notre Dame vino en fascículos. Cuando la terminé de armar la vi y le dije a mi mujer que era una porquería y a través de fotos sacadas de Internet la hice completamente a nueva”, aseguró y remarcó: “Tardé 5 años en rehacerla. Hay detalles que son fideos munición, que estaba dentro de la escala”.

“Cuanto más grande es la pieza, mayor es el desafío porque hay más detalles. Las réplicas más chicas son más rápidas de hacer”, detalló.

Julio tiene tres hijas y cuatro nietos, quienes dicen que “se vuelven locos” cada vez que lo visitan en su casa, donde también tiene un pequeño taller.

Su próximo objeto para realizar será una réplica confeccionada con una impresora 3D del histórico Torino que corrió en las 84 horas de Nürburgring en 1969.

“Creo que todos tenemos un talento, creo que con el tiempo tenemos que tener constancia, paciencia y cuando salga algo mal, no hay que bajonearse y seguir intentándolo”, completó.

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