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Un hombre de 87 años pidió que el apellido de su padre biológico figure en su partida de nacimiento

Después de muchos años un hombre decidió pedir a la Justicia que le agreguen el apellido de su padre biológico. Contó que "merece nombrarse y ser nombrado con la verdad y que esa verdad es que su padre era VC y él es su hijo"


Tiene 87 años, desde adolescente sabe que su apellido no es el de su padre biológico. Contó su historia al juez, resaltó que merece nombrarse y ser nombrado con la verdad y que esa verdad es que su padre era VC y él es su hijo.  Con este argumento pidió se sume el apellido paterno a su nombre y así revalorar su identidad y a sus antepasados. El magistrado Marcelo Quiroga le dio la razón y ordenó la inscripción en el Registro Civil y en su documento de identidad.

Su mamá era una adolescente cuando debió irse de la casa materna por problemas intrafamiliares. Fue a parar a la casa de una familia amiga y se vinculó sentimentalmente con un joven identificado con inicial C. pero la dueña de casa no estuvo de acuerdo con la relación y la obligó a terminarla. Entonces la chica comenzó un vínculo con R., hijo de la familia que la cobijaba y el 24 de noviembre de 1935 nació RR.

El niño fue anotado con el apellido de R. pero la duda sobre su identidad no tardó en llegar. Su madre terminó contándole que era hijo de C. cuando RR era un adolescente. La mujer se reencontró con C. y tuvieron otras dos hijas que fallecieron de pequeñas. Los tres vivieron juntos hasta que su mamá murió producto de una enfermedad cuando tenía apenas 27 años.

Su padre viajaba constantemente por trabajo entonces su abuela lo crio. Pasó su vida con un apellido que no le correspondía y a sus 86 años decidió hacer una presentación judicial, patrocinado por las abogadas Lorena Di Matteo y Natalia Sarrú donde pidió sumar el apellido de su padre biológico.

Contó que fallecido su padre, que se había vuelto a casar, mantuvo vínculo con su esposa hasta su muerte en 2001, quedó como donatario de la casa familiar junto a dos sobrinas, mantiene vínculos con la familia de su padre y relató que los restos de su padre, madre y dos hermanas que perdió cuando eran muy pequeñas se encuentran en el mismo nicho familiar.

Dijo que no es su deseo perseguir la impugnación de la paternidad sino ver reflejado en su partida de nacimiento su verdadero apellido y revalorar así su identidad y a sus antepasados, ya que hoy, a los ochenta y seis años de edad, tal deseo se limita a dejar establecida la verdad de su origen y su vida, acto que, por otro lado, acompañan todos sus hijos y nietos, quienes luego decidirán si eligen seguir sus pasos.

El caso quedó en manos del juez en lo civil y comercial Marcelo Quiroga quien evaluó que el hombre contó que su padre, según surge de la partida de nacimiento, no era en realidad su padre biológico, hecho que recién conoció cuando era un adolescente y pretendía ingresar en el Ejército Argentino.

La descripción que el hombre “hace de los hechos que derivaron en su nacimiento pintan una realidad de tiempos pasados y de situaciones que, aquellos que hemos nacido en pueblos y pequeñas ciudades del interior provincial, hemos conocido de primera mano. Tales situaciones aparecen anacrónicas a la luz de los valores que, hoy en día y mayormente, se practican en nuestra sociedad, pero quien sabe esas historias sabe también de las rigideces que reinaban antaño en el ámbito social de esos pueblos y pequeños ciudades y cómo de mal se veía una situación como la que tuvo que atravesar el actor y también, por qué no, sus progenitores. Otras épocas, otras formas de mirar la vida”, cuenta.

En ese marco y teniendo en cuenta las especialísimas circunstancias relatadas el juez entendió justo el motivo planteado y hizo lugar al planteo y resolvió autorizar a R. para que se adicione el apellido de su padre biológico.

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