Ciudad

Un debate para pensar la ciudad de los próximos años

La discusión en torno al Plan Urbano Rosario 2007-2017 reunió a sectores con miradas opuestas.

Fueron más de dos horas de un fluir de opiniones, no técnicas, en la mayoría de los casos, sino políticas, de los vecinos, especialmente del norte de la ciudad, del área de Nuevo Alberdi, quienes reivindicaron la tierra como un lugar para vivir, “no como una mercancía”, según lo planteó el padre Daniel Siñeriz, en una de las primeras intervenciones de las 17 realizadas por representantes de entidades barriales y profesionales y funcionarios del Departamento Ejecutivo, en el marco del debate del Plan Urbano Rosario 2007- 2017 que tuvo lugar en el Concejo Municipal.

El arquitecto Juan Carlos Sarrabayrouse fue el primero en plantear la necesidad de un debate profundo para ir de lo general a lo particular, y un rato después al exponer la secretaria de Planeamiento, Mirta Levín, recogió el guante y tras elogiar el debate coincidió en la necesidad de fijar una agenda para la discusión. Su segundo en el área, Raúl Álvarez, también destacó que las reuniones para debatir serán varias.

También el presidente del Concejo, Miguel Zamarini, y el titular de la comisión de Planeamiento, que organizó el debate, Jorge Boasso, señalaron la necesidad de continuar con los debates. Al abrir la reunión, Zamarini dijo que “nunca dejó de debatirse”.En tanto el titular de la comisión de Planeamiento, Jorge Boasso, indicó que con la reunión se iniciaba “una ronda de consultas para pensar y repensar la ciudad a 10 años vista”.

Comenzó la serie de exposiciones el decano de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario, Héctor Floriani, quien destacó la iniciativa del Concejo y remarcó: “Es un tema de indudable trascendencia”. El arquitecto Floriani recordó que en 2011 se cumplirán 100 años del primer plan urbano y aludió asimismo a la experiencia de los años 40 y 50, para recordar al respecto al agrimensor Alberto Montes. Asimismo indicó que el único plan urbano que cumplió todos los pasos legales “lo hizo un régimen de facto”, en el período 1967-1968, aunque, precisó que no había en ese momento ámbito legislativo para discutir.

Por otra parte sostuvo que “el urbanismo puede fijar reglas pero no solucionar conflictos”. Asimismo puso a disposición del Concejo equipos técnicos de la Facultad para trabajar en el tema.

Posteriormente habló el arquitecto Juan Carlos Sarrabayrouse, quien planteó la necesidad de trabajar “desde lo general a lo particular”, y en tal sentido recomendó “primero trabajar sobre un marco general y luego situaciones sectoriales”.

Calificó como “muy bueno” el método implementado por el Concejo, e insistió en el trabajo de un marco general y en tal sentido cuestionó que se pudiera encarar antes que el Plan Urbano “las playas de estacionamiento subterráneas”. Planteó definir “a dónde queremos ir, si una ciudad industrial, mantener un área agrícola”, consignó, entre otros aspectos.

A su turno, el padre Daniel Siñeriz, en representación de la Asamblea de Nuevo Alberdi, la capilla y los vecinos de la zona, sostuvo que “la tierra ni se compra, ni se vende, no es una mercancía”.

Expresó asimismo su temor ante la posibilidad que el área pueda ser afectada por nuevas inundaciones, dado que si bien reconoció que la mitad “está resguardada por la presa del Ludueña”, el resto no. Resaltó la preocupación a partir de los “emprendimientos inmobiliarios” en la zona de Roldán.

Finalmente sostuvo: “¿Para quiénes se supone que se gobierna? ¿Para bienestar de unos pocos o para la vida digna de todos?”.

En tanto Alejandro, de la agrupación Giros, expresó: “No nos oponemos a un plan urbano, sino a éste”. Y agregó que las soluciones “deben buscarse escuchando a los afectados”.

En esa línea, mencionó el proyecto que elaboraron “Ciudad Futura, con economía autogestionada, una ciudad para todos y no fragmentada”.

Por su parte Marta Borrás, de la Asamblea de Nuevo Alberdi destacó la “importancia que sea minuciosamente estudiado”. Y añadió: “Nosotros también hacemos propuestas porque defendemos nuestra tierra, trabajo y dignidad”.

Mientras que Daniel Fernández, en nombre de los ladrilleros de Nuevo Alberdi, dijo que están en el lugar no desde hace algunos meses, “sino desde hace 14, 10, 7, 8 años”.

“Allí se van a realizar las viviendas del Plan Federal y ahora no podemos vender los ladrillos. Somos 30 familias, unas 200 personas, muy preocupados por la fuente de trabajo”, enfatizó Fernández.

José María Escobar, también de la Asamblea de Nuevo Alberdi, relató que en la zona se vive con temor a que puedan ser desalojados; mientras que Álvaro De Raco, expresó su preocupación por la privatización de la tierra y pidió que se pregunte “a la gente”.

Víctor Schmid, de barrio Malvinas, dijo que “Rosario no es una ciudad sustentable”, recordó la lucha contra las cerealeras, que se encontraban donde ahora se construyen los complejos edilicios de Puerto Norte y sostuvo que “el sendero peatonal que se deja es de 15 metros, cuando según el Código Civil, debería ser de 35”. Sobre el tema del camino sobre la costa consignó que “en Brasil se dejan 60 metros y en Australia 110 metros”. E insistió en que “se escuche la voz del pueblo”.

También expuso el decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), Emilio Farruggia, quien tildó de “más que interesante” a la convocatoria y acotó: “Nos da la impresión que nos faltan datos sobre cuáles fueron los resultados” de proyectos implementados hasta el presente. Especificó al respecto la falta de datos sobre “cuáles fueron los resultados en Pichincha o en el centro”. Con todo, ofreció los equipos técnicos de la casa de estudios.

Narciso Cantero, de la Asamblea de Schweitzer al 8300, dijo que “esto no es un conflicto, el derecho para una vivienda digna no es un conflicto, es un derecho”.

“Las tierras del parque habitacional Jorge Newbery fueron abandonadas por la firma Aldea que dijo que nos iba a tapar el agua”, señaló. Para indicar que “en cada uno de esos lugares viven familias”.

Al exponer la secretaria de Planeamiento de la Municipalidad, Mirta Levín, calificó de “auspicioso” el debate y remarcó: “Venimos a presentar no a imponer un plan”.

Dijo que la propuesta “recoge las planificaciones llevadas adelantes en más de 20 años” y en tal sentido mencionó los planes de 1991, 2001 y 2005.

Mencionó diversos aspectos contenidos en el plan como el objetivo de 12 metros cuadrados de espacio abierto por habitante, la creación de suelo industrial o la vivienda pública.

Levín indicó también la necesidad de “debatir punto a punto” a través de una agenda de discusión, “en éste o en el ámbito que se decida”.

Mientras que Daniel Orayen, del Centro de Estudios Urbanos de Rosario (Ceur), recordó todos los planes implementados desde 1939, la creación de organismos tales como la Prefectura del Gran Rosario, la Comisión Ferrourbanística, Vial y Portuaria, entre otros.

Asimismo reivindicó la necesidad del transporte ferroviario en el futuro plan.

Ernesto Ribone planteó la necesidad de “una ciudad inclusiva” y el subsecretario de Planeamiento de la Municipalidad, Raúl Alvarez, dijo que este es el inicio de una serie de debates, sobre el tema.

En tanto el director del área de Plan Urbano de la Secretaría de Planeamiento, Pablo Varese, también aludió a planes anteriores y recordó a quien fuera titular de dicha Secretaría, Juan Carlos Viotti, quien señalaba que la continuidad de las políticas “en algunos casos fue fortuita, pero afortunada”, como el caso de los trabajos sobre el frente costero.

La gerenta del Ente de Transporte Rosario (ETR), Mónica Alvarado, reivindicó la tarea efectuada en cuanto al rubro, en lo que se denomina Plan de Movilidad Urbana, y destacó la importancia del transporte público. Resaltó asimismo la necesidad de un “amplio debate”.

Cerró las exposiciones el titular del Colegio de Arquitectos, Edgardo Bagnasco, quien sostuvo que el Concejo “es el ámbito adecuado para la discusión” para una ciudad “solidaria, inclusiva y democrática”.

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