Espectáculos

Un cuento chino al Goya

Afuera en la carrera al Oscar como película extranjera, “Un cuento chino”, el filme más visto por los argentinos, se toma revancha con la nominación a los Premios Goya, el mayor galardón de España, donde Ricardo Darín es un mimado del público.

“Un cuento chino”, dirigido por Sebastián Borensztein y protagonizado por Ricardo Darín, quedó seleccionado por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España para competir por un premio Goya a la mejor película Iberoamericana.
La película que resultó la más taquillera de producción local en los cines argentinos durante 2011 con 905.851 entradas vendidas, competirá contra “Violeta se fue a los cielos”, de Andrés Wood; “Boleto al paraíso”, del cubano Gerardo Chijona Valdés; y “Miss Bala”, del mexicano Gerardo Naranjo, informó DPA.
Rodada en Buenos Aires y Alicante (España), esta coproducción argentino-española en la que están involucrados Pampa Films, Tornasol Films y Telefé fue escrita y dirigida por Borensztein, quien recordó al presentar la película que “hace tiempo quería escribir sobre un personaje que había estado en Malvinas. Me pegó muy personalmente el tema y sentía como una asignatura pendiente”.
Darín, por su parte, reconoció entonces que “tuve mucha suerte de que apareciera esta historia en la que transitamos un humor muy poco frecuente. El humor generalmente nace en el dolor y esta es una buena oportunidad para demostrarlo. La película está
plagada de situaciones complicadas y difíciles, pero el humor nos permite recorrerlas”.
El también protagonista de “Nueve Reinas”, “El secreto de sus ojos” y “Carancho”, reflexionó que “a pesar de estar enojado con la sociedad en general, Roberto (su personaje) está hecho de buena madera y no puede dejar a nadie en la clle, ni siquiera a este extraño. Así, asistimos a los padecimientos de alguien con un  temperamento muy particular, ya que es tan gruñón y hosco como solidario”.
Con un elenco mínimo en el que también destaca la presencia de Muriel Santa Ana (como Mari, una eterna enamorada de Roberto que no es correspondida), “Un cuento chino” llegará a la gala de entrega de los Goya, que se celebrará el 19 de febrero en el
Palacio Municipal de Congresos de Madrid tras un recorrido internacional en el que obtuvo varios premios.
Un cuento chino ganó mejor película y premio del público en el Festival de Roma; en el Festival de Cine de Mannheim obtuvo el Fassbinder que reconoció la narrativa no convencional del filme y el premio del público. En tanto en diciembre ganó mención del jurado en La Habana.
Contrariamente a la preferencia de la taquilla argentina, el filme de Borensztein no fue  el elegido para representar a Argentina en el Oscar a mejor película extranjera, que recayó por votación de críticos especializados en Aballay, el Hombre Sin Miedo, de Fernando Spiner.

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“Un cuento chino”, que se estrenó en la Argentina el 24 de marzo del año último, es una comedia dramática en la que Darín encarna a Roberto, un ferretero huraño y rutinario cuya aburrida y solitaria tranquilidad se ve afectada por la irrupción de un joven chino (Ignacio Huang), que no sabe ni una palabra de español pero con el que inicia una relación de profunda amistad que le cambia la vida.
De tono oscuro y hasta trágico, esta película sigue las desventuras de esta pareja despareja, en una relación que genera malos entendidos vinculados con las diferencias culturales que hay entre ambos, algo que de todos modos no impide que cada uno de ellos -a pesar de sus defectos y contradicciones- deje aflorar lo más solidario y humano de sí.
El encuentro entre Roberto (Darín) y el chino Jun (Huang), que es robado y abandonado en la calle apenas llega a Buenos Aires, a donde vino desde China -luego de perder a su prometida a causa de una vaca que cayó del cielo y la aplastó- en busca del único familiar que tiene vivo, su tío.
Roberto es un ferretero obsesivo y ermitaño, coleccionista de noticias absurdas, veterano de la guerra de Malvinas, cuya vida parece haberse detenido hace 20 años a causa de un duro revés del destino y desde entonces vive recluido en su casa, atrincherado, sumergido en una vida gris.
Su rutina perfectamente programada y cronometrada (todos los días, por ejemplo, se acuesta y apaga la luz exactamente cuando su reloj marca las once de la noche) se rompe completamente cuando la aparición de este extraño, con el cual se ve obligado a convivir en su propia casa, y con quien sólo puede comunicarse a través de señas, lo despierta y lo trae de regreso a la vida.

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